Por Ailín Bullentini
El rol de los fiscales en la investigación por el atentado a la AMIA no puede mostrar grandes logros. Los dos primeros que actuaron en la causa, Eamon Mullen y José Barbaccia, acabaron imputados y serán enjuiciados a partir de junio por encubrimiento. Alberto Nisman, quien estuvo a cargo de la Unidad Fiscal para la Investigación de la causa AMIA (UFI-AMIA), tampoco había logrado avances interesantes en el esclarecimiento de la voladura. Tras la muerte de Nisman, su
remplazo es inminente y genera expectativas, no sólo por los cambios que podría llegar a implicar en la funcionalidad del organismo, sino por las esperanzas de alcanzar justicia para las 85 víctimas mortales del hecho y los más de 300 heridos. La procuradora general, Alejandra Gils Carbó, se reunirá hoy con las diferentes agrupaciones que representan a los familiares y amigos de las víctimas y con las autoridades de las entidades de la comunidad judía, la AMIA y la DAIA, para dialogar sobre el reemplazo. Según deslizaron desde la Procuración, el objetivo es “lograr consenso” respecto de las nuevas designaciones: la búsqueda apunta a conformar un equipo de fiscales. Recién cuando se conforme el equipo comenzarán a “estudiar” los contratos de ese grupo de trabajo que emplea a 40 personas, entre ellas a Diego Lagomarsino para hacer tareas de informática por 40 mil pesos al mes.
El reemplazo de Nisman al frente de la UFI-AMIA será el eje de las reuniones entre Gils Carbó y la Agrupación 18-J, Memoria Activa, Apemia y las entidades de la colectividad. Serán cuatro encuentros por separado. La intención del Ministerio Público Fiscal es construir consenso alrededor del “equipo de trabajo” que reemplazará a Nisman. “Que nazca con respaldo amplio de todos los sectores afectados en el atentado”, puntualizaron allí. Que sean varios fiscales que “trabajen en la causa” es, aseguraron fuentes de la institución, una decisión tomada. Las fuentes indicaron que serían tres o cuatro los fiscales a cargo de la unidad especial. En la Procuración creen que una causa de la envergadura de la AMIA no puede recaer en una sola persona. La reflexión llegó luego de la muerte de quien permaneció como único titular de la acusación fiscal en la investigación durante una década. “Su muerte dejó en claro que una causa de esta relevancia no puede estar en las espaldas de una sola persona”, explicaron en la Procuración.
La selección de los integrantes de ese equipo es confidencial, por el momento. Trascendió que la búsqueda dejará afuera a fiscales “del riñón de la gestión de Gils Carbó”, así como a aquellos “con vínculos con los sectores de Inteligencia”. Formalmente no existen registros de acceso público a ese dato, aunque desde la Procuración aseguran contar con esa información.
El nombramiento de fiscales y autoridades representantes del Ministerio Público Fiscal en organismos ligados a esa función del Estado es una atribución de la procuradora general. Versiones periodísticas indicaron ayer que la oposición intentaría impulsar al fiscal Guillermo Marijuán, enfrentado con la procuradora, para que tome el rol de Nisman. Sin embargo, Gils Carbó decidió, para tal tarea, oír las opiniones, recomendaciones y reclamos de las agrupaciones de heridos y familiares de víctimas de la explosión, sucedida en julio de 1994, y de las entidades de la comunidad judía. Los nombramientos no deben ser convalidados por ningún otro poder democrático.
Más que a recomendar, reclamar y opinar, desde Memoria Activa aseguraron a Página/12 que asistirán a la reunión con la procuradora para “oír” y opinarán públicamente tras el encuentro. Desde la agrupación 18-J también se reservaron su “posición tomada” para compartirla en el encuentro de hoy, aunque adelantaron que no acuerdan con que “sea una sola persona la que se haga cargo” de la UFI-AMIA. Sergio Burstein es miembro de ese grupo y consideró, en diálogo con este diario, que “dada la triste realidad de la muerte de Alberto Nisman y la necesidad imperiosa de reemplazarlo, pretendemos buscar la manera de que se pueda mejorar el funcionamiento de la unidad fiscal, hacerlo más ejecutivo y rápido en sus resoluciones”. En ese sentido, aseguró que el pedido de 18-J solicitará que “la unidad fiscal tenga respuestas concretas y que no genere falsas expectativas como ocurrió durante mucho tiempo”. “No queremos, y se lo planteamos a Alberto en la última conversación que tuvimos, falsas expectativas: si hay una pista fuerte, queremos que nos lo digan y que se ahonde en su investigación. Si no hay nada, también queremos que nos lo digan”, añadió. Por último, reclamó “sentido común y respeto por los muertos. Tanto por Alberto como por los nuestros, los de la AMIA”, en relación con la “politización” que, estimó, puede hacerse del nombramiento de las nuevas autoridades en la unidad fiscal especial. “Espero que no empiecen a meter intereses mezquinos, bastardos intereses mezquinos mediáticos y políticos. Que no sea la nueva excusa para medir plataformas electorales”, exigió. En esa línea, Memoria Activa calificó la muerte de Nisman como una “maniobra política”. “Sentimos que no tiene nada que ver con la causa AMIA”, destacó Ana Reisfeld, y remarcó: “Queremos que se siga investigando el atentado, que nombren a otro fiscal rápido y que comience el juicio”. Las autoridades de la AMIA y las de la DAIA optaron por guardar silencio frente a las consultas de este diario. Esta mañana, desde las 11, la AMIA ofrecerá un acto por el día internacional en memoria por las víctimas del Holocausto. Allí, quizá, mencionen algo más.
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