Ramón “Allan” Héctor Bogado tenía algunas cuentas pendientes con la Justicia. El supuesto agente de Inteligencia tuvo que declarar ayer como imputado del delito de estafa ante el juez federal Sergio Torres. Bogado había sido denunciado por el fiscal Alberto Nisman como el enlace entre el gobierno kirchnerista y los contactos informales de la diplomacia iraní en Buenos Aires. En esta causa por estafa estaba prófugo, pero como desde la semana pasada tiene custodia, pudo ser ubicado y llevado ante la Justicia Federal, para ser interrogado por una presunta falsificación en el marco de una estafa inmobiliaria.
El martes, la Secretaría de Inteligencia (SI), a cargo de Oscar Parrilli, le hizo saber al juez federal Ariel Lijo que las dos personas mencionadas por Nisman como miembros de la SI “no pertenecen ni han pertenecido (a la ex SIDE) como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio”. Se refería a Bogado y al ex juez Héctor Yrimia. En ese momento, Parrilli le indicó al magistrado que Bogado tenía, además, dos causas por tráfico de influencias, porque se hizo pasar por integrante de la SI ante la Dirección de Aduanas y ante un particular en una causa por extorsión. Estos dos procesos corresponden a 2013 y a 2014, respectivamente.
La causa referida a la Aduana se investiga por una denuncia de la propia SI ante el juzgado federal de Luis Rodríguez. En agosto de 2013, el Tribunal Oral Criminal Nº 1 quiso saber si Bogado era agente porque se había hecho pasar por tal en un expediente vinculado con una extorsión. Y en ese momento se le informó al TOC Nº 1 que Bogado “no pertenece ni ha pertenecido al organismo como personal contratado ni como personal de planta permanente”. Una de estas denuncias la había formulado el propio jefe de la Secretaría de Inteligencia Antonio Stiuso, en noviembre de 2014. Bogado, de 44 años y nacido en Misiones, solía ir por diferentes despachos públicos diciendo que era de “Presidencia” o de la “SI”.
En la causa en la que fue indagado consta que en 2005 Bogado alquiló una propiedad en el barrio parque El Remanso a través de una inmobiliaria y para ello aportó dos garantes, que aportaron como garantía una propiedad ubicada en Avellaneda. Estas personas, según informó Infobae, se llamaban Carlos Díaz y Silvia González y fueron intimados a pagar las deudas que había dejado Bogado, que no abonaba el alquiler, y por eso les quisieron rematar su vivienda. La investigación determinó que quienes habían firmado en la escribanía no eran los verdaderos Díaz y González sino dos personas que el presunto agente había llevado con documentos falsos. Ya lo tenían identificado porque los investigadores habían cotejado la huella digital que Bogado estampó en la escribanía con la que figuraba en su prontuario, pero desde que Torres comenzó la causa, en 2010, nunca pudo ser localizado.
En su declaración, según precisó este medio en base a fuentes judiciales, el espía señaló que su ex suegro fue el responsable de la estafa. Bogado, lanzado a un fugaz primer plano por haber sido mencionado en la denuncia de Nisman, tiene custodia de la Policía Federal. Así llegó a los tribunales federales de Retiro y del mismo modo se retiró, pero no quedó detenido porque está acusado por un delito excarcelable.
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