Los que nadie mira:
Hay algunos hechos que rodean la muerte del fiscal federal Alberto Nisman, que llaman la atención; sin embargo, para la fiscal que investiga la causa de su deceso, no parecen revestir importancia.
El primero es quién le dio el arma al occiso.
Diego Lagomarsino, contratado por la Fiscalía de Nisman, con una facturación mensual de 40.000 pesos, para realizar no se sabe qué.
Este contratado, estuvo en el departamento particular del titular de la fiscalía que lo contrató, un día sábado y le llevó una pistola Bersa calibre 22.
Un arma igual a la que Nisman tenía registrada a su nombre en el RENAR; y que hasta ahora, no aparece.
Diego Lagomarsino, fue presentado ante la prensa como un buen chico, que vive con los padres, que está muy asustado y muy deprimido por lo sucedido.
No es para menos.
Cualquiera empatizaría con él.
Hasta que uno se pone a buscar datos sobre Diego, y encuentra que tiene un hermano, Gerardo que está empleado en el estudio Sáenz Valiente; el mismo que es parte o está asociado al grupo Clarín.
Entre sus méritos, está haber trabajado para el Bank of New York y para el Chase Manhattan Bank, ambos bancos vinculados a la pelea con los fondos buitres; siendo que al primero se le suspendió la licencia para operar en nuestro país.
Recordarán que la representación del BoNY en Argentina, la ejercía la sobrina del que firmó el Megacanje, Federico Sturzenegger, hoy diputado PRO.
Avanzando un poco más sobre la profesión de Diego Lagomarsino, es que aparece la sorpresa.
Su empresa CITOS (Corporate It Outsourcing Services) tiene oficinas en Miami, Santiago de Chile y Buenos Aires.
Esto no sería tan extraño, si no hubiera sido que el auto en el que se movilizaba el fiscal federal Alberto Nisman, estaba a nombre de Fabián Picón y Eugenio Ecke , siendo que este último estuvo vinculado judicialmente al crimen de José Luis Cabezas; y a los saqueos que provocaron el estallido social del 19 y 20 de diciembre en 2001 dejando decenas de muertos en todo el país.
Eugenio Ecke además está vinculado al agente de la CIA, Frank Holder a través de la agencia Kroll; y a Mariano Grondona, (American Task Force Argentina) al haber estado casado con María Grondona Lynch.
Holder y Ecke eran “compañeros de trabajo” en el Grupo Exxel, el que “compró” las empresas de Yabrán, una vez que aparecieron todos los trapitos al sol del empresario vinculado a la AMIA; a tráfico de drogas, armas, correo, distribución, logística y free shops.
El grupo Exxel compró además, entre 1993 y 1999 diferentes empresas entre las cuales había desde supermercados hasta la cadena Musimundo. Hoy redujeron su cartera quedándose con negocios menos visibles, como los aparatos detectores de explosivos.
En los siguientes links se puede avizorar un poco cuáles eran estos negocios y cómo silenciosamente se fueron desprendiendo de ellos, casi, sospecho, coincidentemente con la estatización del servicio de logística del aeropuerto.
Entre los que nadie mira, está el que dio primero la noticia de la muerte del fiscal Nisman.
El día domingo 18 de enero, a las 23,35 horas, cuando apenas había llegado el juez a la casa del fiscal, Damián Pachter, periodista del Buenos Aires Herald, tuitea que tenía información sobre un incidente en la casa de Nisman.
Minutos después, tuitea:
“Encontraron al fiscal Alberto Nisman en el baño de su casa de Puerto Madero sobre un charco de sangre. No respiraba. Los médicos están ahí”.
Nada que no se supiera unos minutos después. Nada raro con esa información, que si bien tuvo el privilegio de ser primicia, no infiere ningún delito que pudiera achacársele al periodista.
Hasta ahí todo bien, nada que ningún otro periodista con semejante información, hubiera hecho de manera diferente.
Hasta hace 48 horas en las que montaron una opereta de “periodista perseguido por el gobierno”aunque no aclara nadie por qué lo persguirían.
Para darle viso de credibilidad a su denuncia, se quedó sin afeitar un par de días, y se sacó las fotos en el aeropuerto, con el pasaje en la mano, “una gorra para no ser reconocido” (sic Infobae).
Es de suponer que si alguien es perseguido por un Estado, trate de huir de ese país, con la mayor discreción posible.
Pues no parece ser el caso de Damian Pachter, quien citó en el aeropuerto a dos periodistas, uno de Clarín y otro de Infobae.
Se sacó al menos 10 fotos ante la policía de seguridad aeroportuaria.
Se paseó ante las cámaras de seguridad que cuentan con el programa de reconocimiento facial.
Y argumenta en la nota que le hacen estos periodistas, que está siendo perseguido por haber publicado la misma información que minutos después recorría el país.
Parece que los tres años que el ciudadano israelí, Damián Patcher pasó en el ejército de ese país, no le enseñaron nada. O sí.
Ya que sale del país, 48 horas después de conocerse la noticia de que el auto de Nisman no era de él, sino de un empresario vinculado a la CIA.
Hasta ese momento, Damián Pachter tuiteaba feliz, charlaba con sus amigos, trabajaba normalmente en la redacción de Ambito financiero…
Que haya elegido Clarín (vinculado a Frank Holder y la CIA) y a Infobae, el diario de Daniel Hadad que está vinculado a Mario Montoto el vendedor de armas y elementos de seguridad, que es vicepresidente de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí; tampoco puede ser casualidad.
La operación de Pachter, sigue desde el exterior, más precisamente desde Israel, al igual que la de un amigo de Nisman , así se presenta Gustavo Perednik, que apareció en los medios para hablar mal del gobierno nacional y difundir la nueva supuesta denuncia de Nisman contra la presidenta de la nación.
Metiendo el perro:
Hay otra persona a la que la Fiscal Viviana Fein debería tener en cuenta y aún no la vio.
Es la diputada del PRO, Patricia Bullrich.
Ella estaba a las 2 de la mañana en la puerta de la casa del Fiscal Nisman al conocerse la noticia de su muerte.
Dio datos sobre los llamados que habían intercambiado el día sábado para ponerse de acuerdo con la presentación de la denuncia por encubrimiento que debía exponer ante el Congreso.
Es una de las últimas personas que habló con el occiso.
Aparece en la puerta de su casa al conocerse la noticia.
No dejó canal de TV sin visitar para hablar sobre el supuesto encubrimiento del gobierno hacia los supuestos iraníes, sin aportar más datos que su palabra que proviene de lo dicho por el fiscal que ya no puede hablar.
Carolina Serrano era el nombre de “guerra” de Patricia Bullrich en la organización Montoneros.
Era la hermana de Julieta Bullrich la pareja de Rodolfo Galimberti, jefe montonero encargado junto a Mario Montotode la compra de armas.
Se las compraban a Monzer Al Kassar, el traficante de armas y drogas que en los 70 les fue presentado por el empresario Jorge Antonio.
Al Kassar, el traficante estaba vinculado no sólo al gobierno de Carlos Saúl Menem, sino también a su ex ministro del Interior José Luis Manzano (hoy en el Grupo UNO, junto a Vila y De Narváez) y a Emir Yoma, con quienes realizaron la venta de armas a Croacia y Ecuador.
Estas transacciones de armas fueron prolijamente descriptas por Mariano Perel (asesinado ) y por Lourdes di Natale (“suicidada”) cuya causa por su extraña muerte fue juzgada y archivada por la jueza Fabiana Palmaghini (la misma que hoy debe investigar la dudosa muerte de Nisman).
El financista de esas maniobras, según dijo Perel , era Rubén Beraja, titular de la DAIA en el momento de la explosión.
Jorge Antonio, además de ¿amigo? de Monser Al Kassar era muy amigo, de la jueza Riva Aramayo.
Jueza que junto al juez Galeano pergeñaron desviar la investigación plantando pistas falsas, y para eso coimearon a Telleldín, y al policía bonaerense Ribelli.
Riva Aramayo es la que hizo nombrar juez a Gabriel Cavallo, hoy abogado de Clarín al igual que Jorge Anzorreguy, el hermano de Hugo, que cuando explotó la AMIA-DAIA, era jefe de la SIDE; de donde salió el dinero para esas coimas.
Cavallo es el juez que sobreseyó a los involucrados en la causa ARMIAS (Jorge Orlando Pacífico, procesado en la causa AMIA y en el robo de armas al ejército)
Riva Aramayo, alias la Piru, falleció. En esos años, tenía como secretario a Ariel Lijo. El mismo juez que debe juzgar el encubrimiento de la causa.
El mismo juez al que Nisman le llevó esta denuncia por el supuesto encubrimiento, de la que hoy nadie habla, pero sigue en el despacho del juez que habilitó la feria para darle curso.
El mismo juez que visita la embajada de EEUU y cuyo hermano era auditor en las reuniones de Galeano con Telleldín y Ribelli.
La Cámara le había pedido a Lijo que eleve a juicio oral este año, dicha causa. Al agregar una nueva denuncia con muchos involucrados y 350 fojas, podría estirar un poco los plazos y así no verse comprometido a resolver este nudo gordiano de pistas falsas que es esta causa.
En la misma causa se juzga por encubrimiento a Fino Palacios, que salvó del allanamiento a los sirios; a Galeano por sembrar pruebas falsas con Telleldín y Ribelli; y ahora el mismo fiscal que investigó todo eso, agrega al estofado el supuesto encubrimiento de los iraníes que la CIA y la SIDE de Anzorreguy le dijeron que debía culpar , pero no presentó nunca una prueba concreta de su responsabilidad en el atentado.
Es extraño que Patricia Bullrich ponga tanto énfasis en culpar a los iraníes, ya que su primo, Abdul Karim Paz, es el imán de la mezquita at Tauhid, donde iba Yusuf Khalil, el de las escuchas telefónicas que motivaron la denuncia de Alberto Nisman contra la presidenta de la nación.
Bueno, el nombre legal no es Abdul Karim Paz, es Santiago Ricardo Paz Zuberbühler Bullrich.
Pero a pesar de las vinculaciones que Nisman decía que había entre Yusuf Khalil y los iraníes que él sindicó a pedido de la CIA como responsables del atentado, jamás se le ocurrió vincularlo a la posible protección que podría haber dado a estos “terroristas” mientras estuvieron en suelo argentino.
Una pregunta posible sería : ¿Fueron los iraníes que culpó Nisman y el primo de Patricia Bullrich es encubridor?
¿ Puede Abdul Karim Paz, la mano derecha de Mohsen Rabbani, imputado por ser la conexión local de los terroristas desde 1987, haber desconocido que se le brindaba protección a los iraníes que perpetraron el atentado?
¿Puede estar detenida la causa por encubrimiento, por encontrarse todos los iraníes en otro país, con pedido de captura, pero no indagarse a la mano derecha del imán Rabbani?
Abdul Paz sostiene la inocencia de los iraníes mencionados por Nisman en sus farragosos e incomprobables dictámenes.
Y aunque se le ocurrió pensar que podía estar en peligro, prefirió reservarse el pensamiento y no intervernir, tal vez para no complicarse. O tal vez, porque ahora que ya pasó, puede aprovechar la ocasión para desmentir a Nisman sin ser objeto de ataques.
A pesar que la lógica indica que el nexo con Irán debería haberse investigado desde la mano derecha de uno de los imputados, en lugar de un asistente a la mezquita, parece que al Poder Judicial argentino, le cuesta mucho incluir en sus informes a las familias patricias, al punto de ni mencionarlos.
Las conexiones entre traficantes de armas, financistas, iraníes, y con los lavadores de dinero unen a Patricia Bullrich.
Uno de los lavadores de dinero españoles a los que les entregó la empresa Aerolíneas Argentinas por la módica suma de UN EURO; terminó creando el diario Crítica de la Argentina, junto a:
Gabriel Cavallo ex juez de la causa de encubrimiento al atentado;
Pablo Jacoby: socio del anterior en el estudio jurídico J-C asociados y abogado de Memoria Activa.
Fernando De Santibáñez: ex jefe de la SIDE, sucesor de Hugo Anzorreguy
Jorge Lanata: empresario fallido en al menos dos ocasiones, con experiencia en fundir medios y no pagar las indemnizaciones correspondientes. Hoy trabajando al igual que Cavallo en el Grupo Clarín con clara intencionalidad política.
Tal vez, debería investigarse cuál es la vinculación real de Patricia Bullrich con la Causa AMIA y estos nefastos personajes que siempre la rodean.
Porque si mueve la cola, tiene cuatro patas y ladra, la lógica indica, que se trata de un perro.
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