El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, inauguró la tercera reunión general a la que asisten 29 jefes de Estado y cuatro cancilleres de los países que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que este año se centrará en el combate a la pobreza y condenará el embargo de Estados Unidos contra Cuba desde 1962, no sin alentar el diálogo entre ambos estados.
Solís, quien pasará el timón de la Celac a su colega ecuatoriano, Rafael Correa, recibió en Pedregal a los gobernantes y delegados de los 33 países del bloque y a la cual no asistieron los presidentes de Argentina, México, Paraguay, Perú y Honduras.
La cumbre se desarrollará durante dos días en un centro de eventos en San Antonio de Belén, provincia de Heredia, situada unos 10 kilómetros al oeste de San José. "Resulta necesario que la región promueva una agenda que reconozca las necesidades específicas de desarrollo de los llamados países de renta media", especialmente los más vulnerables de la región, dijo Solís en un discurso pronunciado en español, inglés, francés, portugués.
Señaló que la unidad y la cooperación son "la aspiración legítima de todas las Américas", en aras de trabajar para reducir la desigualdad y la pobreza. "Es trascendental que trabajemos en conjunto en la elaboración de un Plan de Acción de las Naciones Unidas, para coordinar los esfuerzos de cooperación" hacia los países más necesitados, añadió el mandatario.
Según el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), presentado esta semana, el 28 por ciento de los 600 millones de latinoamericanos viven en pobreza y el 12 por ciento en pobreza extrema
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