Parte del montaje mediático-opositor construido en las últimas semanas se basa en la “insensibilidad” de Cristina, “propia de los monstruos”, según se aventuró una diputada del Pro que se mandaba mensajitos con el fiscal Nisman, no obstante lo cual da cátedra sobre independencia de poderes y no injerencia de la política en el sistema de administración de Justicia. No es nuevo. La supuesta prohibición de la mandataria al canciller Timerman de que participe en la marcha en París que repudió la acción terrorista contra el semanario francés, fue el nuevo pincelazo a un decorado que viene de lejos.
Ese adorno discursivo no es menor. Busca legitimar ante la opinión pública las continuas operaciones de desgaste, las permanentes acciones corrosivas de una derecha que se ha vuelto decididamente golpista. Ojo. “Pestilente realidad”, “graves síntomas de descomposición”, “inoperancia y desvergüenza”, puede leerse en un mismo texto editorial, publicado en simultáneo a estas líneas en el diario Clarín, por una de sus plumas más destacadas.
Ofendida, contrariada, violentada por el contenido de sus políticas, por su sentido de la historia, por su decisión y compromiso ideológicos, la derecha le apunta al kirchnerismo por sus formas. Su tupé. Sus palabras a veces destempladas, que llama “soberbia”.
Néstor y Cristina todavía deben un llanto público por el incendio en Cromañón, por la tragedia de Once, por los muertos en las canchas, dicen quienes afirmaron como al pasar y sin que se les mueva un pelo, que la demostración popular de dolor ante la muerte de Néstor Kirchner fue fabricada por Fuerza Bruta.
Eso: quienes sugirieron, o dejaron decir, o hicieron decir a otros ciertamente más impresentables que ellos, que Néstor tendría que haber sido velado con el cajón abierto para despejar las dudas sobre su muerte, señalan con el dedo a Cristina porque sus primeros comentarios ante la muerte del fiscal que cuatro días antes la había denunciado penalmente por encubrimiento del atentado en la AMIA, fueron por Facebook. ¿Será que les molesta precisamente eso: la imposibilidad de mediar en la comunicación de la líder política con su pueblo?
Exactamente los mismos que dicen que Cristina “sobreactuó” en su mensaje por cadena nacional, al vestirse de blanco y presentarse sentada en una silla de ruedas, critican a la presidenta por no haber enviado públicamente sus condolencias a la familia del fiscal.
Aunque, ¿qué habría pasado en ese caso? Si Cristina hubiera hecho un pésame público por Nisman, como le reclaman oportunistas de todos los colores que sólo saben hacer cumplidos políticos, esos mismos que la critican, ¿no dirían que sobreactuó su pesar?
Algunos vinieron a la política a hacer formalidades únicamente. No le pusieron el cuerpo a ningún enfrentamiento en serio con los centros de poder real, pero tienen especialistas en marketing, publicistas que cobran fortunas, para asesoramiento de imagen. Su mayor política de Estado es ganar centímetros en la prensa hegemónica, que los trata con indulgencia. Están para enviar condolencias, mandar declaraciones de apoyo o solidaridad sin poner jamás el cuerpo, sacarse una foto, y punto. No hacen política, la caretean. Posan con Violetta, con Shakira, con los Rolling Stones. Farandulizan la cosa pública. El que nombró al “Fino” Palacios, ahora dice “Yo soy Nisman”, que lo procesó. Quien montó una SIDE en escala porteña, nombró a Ciro James para espiar a opositores desde el Ministerio de Educación de la ciudad, y está procesado por espionaje, ahora da conferencias de prensa para opinar sobre el proyecto de ley sobre Inteligencia, que desconoce.
Esos hipócritas que sobreactúan, histeriquean y usan impúdicamente la muerte de Nisman no son, precisamente, la presidenta. Distinto es Lorenzetti.
A propósito, ¿no llama la atención que los presidenciables de la oposición pidan tanto por la Corte Suprema? ¿Que Massa tire la primera piedra y reclame que la Corte Suprema se expida prontamente respecto de la posibilidad de tomar bajo su responsabilidad las tareas de inteligencia? ¿Que el Club Político Argentino pida que la Corte Suprema esto y lo otro? ¿Que Lorenzetti se reúna con la jueza Palmaghini y le dé todo su apoyo? ¿Que Lorenzetti se reúna con el decano del Cuerpo Médico Forense y le dé todo su apoyo ante las medidas de prueba que ese órgano pericial debía realizar sobre el cadáver de fiscal Nisman?
Cuando tantos y tan variados opositores repiten Corte Suprema, Corte Suprema, Corte Suprema. ¿no será que están mirando de reojo a Lorenzetti en la línea de sucesión presidencial? No sé. Digo. No vaya a ser que…
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