Por Alejandra Dandan
El edificio desde donde atiende la fiscal Viviana Fein está a media cuadra de la 9 de Julio, sobre la calle Tucumán, donde el microcentro se hace una espina de calles angostas, bocinas y autos. El edificio que está a la altura exacta del 966 permanece hace días con la entrada semicerrada por puertas tijera de hierro. A uno y al otro lado de la calle Tucumán se amontonan durante horas enorme cantidad de cámaras de televisión, de fotos, fotógrafos, cronistas. A partir de las tres de la tarde, un móvil de la policía frenó la circulación de los coches. Tucumán sólo quedó habilitada para los peatones. Los habitúes de la zona sabían que ahí cerca estaba la fiscal del caso Nisman, como le dicen a Fein en el barrio. No sabían, en cambio, que media hora más tarde llegaba la ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, en su primer día formal en asistir a la causa en calidad de querellante. Arroyo Salgado llegó con un colaborador y una resma de hojas nuevas bajo el brazo, con una cita para ampliar la declaración testimonial iniciada el viernes pasado.
“Mi idea es reunirme primero con la madre (de Nisman) y su hermana”, explicó brevemente la magistrada a este diario en un brevísimo diálogo telefónico, durante la mañana. “Quiero hablarles porque empezaron a llamarlas también a ellas, y quiero que veamos juntas qué vamos hacer.”
A esa hora de la mañana, la jueza imaginaba una reunión con las mujeres de la familia para evaluar algunas cosas, por ejemplo, cómo encaminar el asedio de los medios de comunicación que “razonablemente” –dijo– quieren saber y las estaban buscando. Arroyo Salgado estuvo más de ocho horas en la fiscalía el viernes pasado y luego de revisar el expediente dijo que había algunas cuestiones que le preocupaban de la investigación.
Casi a las dos de la tarde el Ministerio Público Fiscal emitió un primer comunicado con datos oficiales de lo que estaba sucediendo escaleras arriba. La puerta tijera seguía semicerrada. Entraban y salían empleados por el pequeño costado liberado. Todavía era temprano. Los autos continuaban en circulación.
“La titular de la fiscalía nacional en lo criminal de Instrucción 45, Viviana Fein, informa que Diego Lagomarsino se encuentra imputado por facilitar el arma Bersa calibre 22 hallada en el departamento de Alberto Nisman”, señaló el comunicado (ver página 7), que incluyó el tránsito de quienes declararon durante el día. A esa hora, ya lo había hecho la diputada macrista Patricia Bullrich, sobre la cual se abalanzaron los flashes (ver aparte).
Fein tomó testimoniales a los custodios de la seguridad privada que trabajan en la custodia del edificio Le Parc de Puerto Madero. No son los de la custodia personal de Nisman, sino las personas que están en el predio. Llevan identificación en los uniformes. Los fotógrafos tomaron legajos y el nombre de la empresa: SIE, Seguridad Integral Empresaria, una empresa cuya página web se autodefine como creada en 1983 por un coronel retirado del Ejército llamado Martín E. Toro. La fiscal los llamó a declarar porque hay contradicciones entre las anotaciones de ingresos y egresos en los libros de entrada y los registros de las cámaras de seguridad. “Los registros de ingreso y egreso demuestran falencias por lo que la fiscal Fein ordenó un análisis profundo de las imágenes”, dice el comunicado de la procuración. En esa línea, otro dato es que la fiscalía anunció que comenzó el cotejo de los registros de video de las cámaras de seguridad del complejo.
La fiscalía está a la espera de los resultados de ADN ordenados sobre el material balístico levantado en el departamento la noche del suceso. Explicaron ahí que las pruebas “se mantienen en un sitio de máxima seguridad”.
Otro último dato del día fue sobre la “media huella” hallada en el pasadizo del piso 13, ya que “expertos del Poder Judicial” que trabajan en la identificación de la huella digital hablaron de “inconvenientes” para la tarea, porque no es una huella completa sino que el rastro está “incompleto”. La huella fue encontrada en una baranda de protección interna y a esta altura se supone que es de los técnicos que trabajaron en mantenimiento del edificio.
A partir de hoy, según explicaron en la Procuración, la fiscal comenzará el análisis de los contenidos de mensajes y llamados de las últimas horas de Nisman, que se analizarán a partir del material secuestrado, tales como celular y líneas de teléfono. Ayer estuvieron trabajando en eso la División de Apoyo Tecnológico de la Policía Federal Argentina. Para hoy se espera que el material pueda ser visto también por Arroyo Salgado, que había pedido estar presente en el momento de la evaluación.
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