Para el doctor Luis Suárez Salazar, uno de los más respetados sociólogos de Cuba, la reunión multilateral de Panamá se convertirá en “un espacio de negociación entre el sur y el norte”, entre Latinoamérica y el Caribe y EE.UU. y Canadá.
Luis Suárez Salazar es Doctor en Ciencias Sociológicas, escritor, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Facultad de Filosofía; ha sido autor, coautor, compilador y editor de cerca de cinco decenas de libros y de más de un centenar de artículos y ensayos. Es también uno de los más reputados investigadores de Cuba sobre temas latinoamericanos, ya ha concedido una entrevista a Público respecto de la Cumbre de Las Américas, que se celebrará en Panamá los próximos 10 y 11 de abril.
Desde su óptica, este evento “va a ser un campo de batalla, marcado por Venezuela más que por Cuba”. “La política norteamericana contra Venezuela –declarándola un peligro para la seguridad nacional de los EE.UU. –colocó a Cuba en un segundo plano, porque la reacción que ha provocado en toda América latina es muy fuerte”, explica. Lo acaba de reconocer la subsecretaria del Departamento de Estado de EE.UU., Roberta Jacobson, quien dice sentirse “decepcionada” por la reacción latinoamericana contra la política de su país.
Luis Suárez pronostica también que ese campo de batalla se extenderá a las cumbres populares convocadas para el mismo momento en Panamá. En el caso de Cuba afirma que “hay un plan que viene de los EE.UU. y de algunos países europeos para financiar los viajes de lo que ellos llaman los disidentes cubanos”. “La respuesta de Raúl Castro fue que si quieren que vaya la sociedad civil cubana irán los ecologistas, las asociaciones de los negros, las mujeres, los jóvenes...”, recuerda Suárez.
Podría pensarse que se trata de una paranoia de Cuba, pero se ha hecho pública una grabación de la argentina Micaela Hierro, la organizadora de la Cumbre, en la que se habla con mucha claridad de estas intenciones y del financiamiento del gobierno de EE.UU. “En Panamá va a ser distinto, porque vamos a ser nosotros los organizadores del evento grande de la Juventud y Democracia. Eso es lo que voy a hablar mañana bien con Karla, de Freedom House, y estoy viendo también con el donante ver si nos dan algo de dinero extra del Departamento de Estado, porque ellos quieren armar algo grande…”, señaló.
Según Suarez, EE.UU. se ha estado preparando para conseguir aliados en la región de cara a la Cumbre: “El 26 de enero se realizó una cumbre en Washington para la seguridad energética del Caribe, enfocada contra Venezuela y Petrocaribe. Trabajan en el Plan Biden para Centroamérica, dotado con alrededor de 1.000 millones de dólares americanos. EE.UU. participará de la reunión del Sistema Centroamericano (SICA) previo a la de Las Américas y Obama, antes de llegar a Panamá, se reunirá con los países integrantes del Caricom en Jamaica”.
“No se trata de tirarle la puerta en la cara a Obama, sino de plantearle negociar en los puntos que ya ha habido consenso en América latina”
América latina sigue estando entre las prioridades de EE.UU., “en la segunda etapa de esta administración quien conduce directamente la política hacia la región es el vicepresidente Joe Biden. Se ha reunido prácticamente con todos los presidentes latinoamericanos, hasta con Maduro tuvo un encuentro. Biden explicó en Panamá que ya la región no era su patio trasero sino
“el borde delantero” de su política”, continúa Suárez.
Sin embargo, la estrategia de “América latina será actuar en colectivo para incrementar su poder de negociación con EE.UU.”, dice el catedrático y explica que “hay temas que se enfocarán como grupo de naciones, de Latinoamérica y el Caribe, temas que nos interesan a todos negociar en bloque frente a EE.UU. y Canadá. Va a ser un espacio de negociación entre el sur y el norte del continente. De la misma forma en que nos reunimos con Europa o China”.
Entre los puntos de vista comunes “pueden estar el caso de Venezuela, el de los fondos buitre, Las Malvinas, la política contra el narcotráfico, que se saque a Cuba de la lista de países terroristas y se elimine el bloqueo económico”.
Desde su óptica, este evento “va a ser un campo de batalla, marcado por Venezuela más que por Cuba”. “La política norteamericana contra Venezuela –declarándola un peligro para la seguridad nacional de los EE.UU. –colocó a Cuba en un segundo plano, porque la reacción que ha provocado en toda América latina es muy fuerte”, explica. Lo acaba de reconocer la subsecretaria del Departamento de Estado de EE.UU., Roberta Jacobson, quien dice sentirse “decepcionada” por la reacción latinoamericana contra la política de su país.
Luis Suárez pronostica también que ese campo de batalla se extenderá a las cumbres populares convocadas para el mismo momento en Panamá. En el caso de Cuba afirma que “hay un plan que viene de los EE.UU. y de algunos países europeos para financiar los viajes de lo que ellos llaman los disidentes cubanos”. “La respuesta de Raúl Castro fue que si quieren que vaya la sociedad civil cubana irán los ecologistas, las asociaciones de los negros, las mujeres, los jóvenes...”, recuerda Suárez.
Podría pensarse que se trata de una paranoia de Cuba, pero se ha hecho pública una grabación de la argentina Micaela Hierro, la organizadora de la Cumbre, en la que se habla con mucha claridad de estas intenciones y del financiamiento del gobierno de EE.UU. “En Panamá va a ser distinto, porque vamos a ser nosotros los organizadores del evento grande de la Juventud y Democracia. Eso es lo que voy a hablar mañana bien con Karla, de Freedom House, y estoy viendo también con el donante ver si nos dan algo de dinero extra del Departamento de Estado, porque ellos quieren armar algo grande…”, señaló.
Según Suarez, EE.UU. se ha estado preparando para conseguir aliados en la región de cara a la Cumbre: “El 26 de enero se realizó una cumbre en Washington para la seguridad energética del Caribe, enfocada contra Venezuela y Petrocaribe. Trabajan en el Plan Biden para Centroamérica, dotado con alrededor de 1.000 millones de dólares americanos. EE.UU. participará de la reunión del Sistema Centroamericano (SICA) previo a la de Las Américas y Obama, antes de llegar a Panamá, se reunirá con los países integrantes del Caricom en Jamaica”.
“No se trata de tirarle la puerta en la cara a Obama, sino de plantearle negociar en los puntos que ya ha habido consenso en América latina”
América latina sigue estando entre las prioridades de EE.UU., “en la segunda etapa de esta administración quien conduce directamente la política hacia la región es el vicepresidente Joe Biden. Se ha reunido prácticamente con todos los presidentes latinoamericanos, hasta con Maduro tuvo un encuentro. Biden explicó en Panamá que ya la región no era su patio trasero sino
“el borde delantero” de su política”, continúa Suárez.
Sin embargo, la estrategia de “América latina será actuar en colectivo para incrementar su poder de negociación con EE.UU.”, dice el catedrático y explica que “hay temas que se enfocarán como grupo de naciones, de Latinoamérica y el Caribe, temas que nos interesan a todos negociar en bloque frente a EE.UU. y Canadá. Va a ser un espacio de negociación entre el sur y el norte del continente. De la misma forma en que nos reunimos con Europa o China”.
Entre los puntos de vista comunes “pueden estar el caso de Venezuela, el de los fondos buitre, Las Malvinas, la política contra el narcotráfico, que se saque a Cuba de la lista de países terroristas y se elimine el bloqueo económico”.
La primera cumbre de Cuba. Esta es la primera Cumbre de las Américas a la que asiste Cuba y, según el profesor Suárez, el papel de Latinoamérica fue “decisivo” no sólo para la presencia de La Habana en Panamá, sino también de cara al cambio de política de Washington. “Esta negociación no se podría explicar si no hubiese sido porque todos los gobiernos latinoamericanos le estaban exigiendo a EE.UU. que tenía que cambiar su política hacia Cuba. El propio Obama reconoció públicamente el 17 de diciembre que intentando aislar a Cuba terminó aislado EE.UU.”.
Lo curioso es que entre estos gobiernos hay algunos muy cercanos aliados de Washington, como México o Colombia. El catedrático cubano cree que eso se explica porque “existe una diferencia en la interpretación que hace América latina de la Carta Democrática Interamericana y la que hacen EE.UU. y Canadá. Los primeros creen que hay que respetar la democracia que cada país se da a sí mismo, mientras que los norteamericanos consideran que sólo hay un tipo de democracia: la suya”.
Pero a esar del cambio en la región, Suárez es categórico: “Cuba no va a solicitar su ingreso a la OEA”, a pesar de que incluso “EE.UU. acepta la integración de Cuba si esta asume todo el sistema interamericano”. Explica que aceptar eso “sería como meterse en una enorme telaraña de acuerdos, pactos, resoluciones y protocolos. “Es un tejido político-jurídico del que forma parte hasta la Junta Interamericana de Defensa" concluye
Lo curioso es que entre estos gobiernos hay algunos muy cercanos aliados de Washington, como México o Colombia. El catedrático cubano cree que eso se explica porque “existe una diferencia en la interpretación que hace América latina de la Carta Democrática Interamericana y la que hacen EE.UU. y Canadá. Los primeros creen que hay que respetar la democracia que cada país se da a sí mismo, mientras que los norteamericanos consideran que sólo hay un tipo de democracia: la suya”.
Pero a esar del cambio en la región, Suárez es categórico: “Cuba no va a solicitar su ingreso a la OEA”, a pesar de que incluso “EE.UU. acepta la integración de Cuba si esta asume todo el sistema interamericano”. Explica que aceptar eso “sería como meterse en una enorme telaraña de acuerdos, pactos, resoluciones y protocolos. “Es un tejido político-jurídico del que forma parte hasta la Junta Interamericana de Defensa" concluye
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