La directora de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), Michele Leonhart, presentó su renuncia al cargo como consecuencia de las revelaciones que acusaron a agentes de la agencia norteamericana de haber tenido contactos sexuales con prostitutas. La salida de Leonhart fue anunciada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos a través de un comunicado del fiscal general, Eric Holder. Un informe del Departamento de Justicia, publicado el 26 de marzo, indicó que agentes de la DEA habían participado durante varios años en fiestas sexuales que tuvieron lugar en edificios gubernamentales con prostitutas contratadas con dinero proveniente de los cárteles de la droga colombianos. Estas revelaciones empujaron a Leonhart a tener que responder ante el Congreso por la falta de ética de los agentes.
El informe, de 139 páginas y elaborado por el órgano de control del Departamento de Justicia, señala la existencia de múltiples acusaciones que involucran a varios agentes de la DEA en fiestas sexuales con prostitutas mientras trabajaban en oficinas en el extranjero. Sin embargo, el Departamento de Justicia no especificó el país en el que se celebraron las fiestas, aunque un alto funcionario del gobierno, citado por The Washington Post, afirmó que se trataba de Colombia. La semana pasada, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes dijo que había perdido la confianza en Leonhart para dirigir la agencia. El informe destaca el caso de un agente que celebraba ruidosas fiestas en el cuarto que le pagaba para su misión en el extranjero el gobierno norteamericano y que recibió cuatro cartas de queja del propietario de su edificio, entre agosto de 2005 y diciembre de 2008.
Asimismo, el comité aseguró que tras casi una década como directora, Leonhart había consentido o hecho la vista gorda por esos comportamientos. Holder, en cambio, señaló que la funcionaria saliente –una agente antinarcóticos de carrera que estuvo al frente de la DEA desde 2007 y es la segunda mujer en ocupar el puesto–, “dirigió esta distinguida agencia con honor. He estado orgulloso de considerarla mi socia en la labor de salvaguardar la seguridad nacional y de proteger a nuestros ciudadanos del crimen, la explotación y el abuso”, agregó el fiscal general.
Y dio crédito a Leonhart por desmantelar violentas organizaciones de narcotraficantes. La ex funcionaria había sido criticada por su respuesta al reporte sobre la DEA; un grupo de legisladores señaló en un comunicado que ella era “deplorablemente incapaz de cambiar” la cultura de la agencia. La mayoría de los integrantes de la Comisión para la Supervisión del Gobierno dijeron que habían perdido la confianza en ella, luego de lo que consideraron una desastrosa presentación ante la Comisión para la Supervisión del Gobierno de la Cámara de Representantes.
El texto en el que se expresó desconfianza en la funcionaria fue firmado por trece demócratas y nueve republicanos de la Cámara de Representantes, incluido el presidente de la comisión, Jason Chaffetz, quien llegó a decir que Leonhart debería renunciar o ser despedida. Durante el período de Leonhart al frente de la DEA, la agencia fue responsable de varios casos notables, incluida la detención, en 2014, de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, en México.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, en las fiestas pagadas a los agentes de la DEA se puso en peligro la seguridad de las operaciones, ya que la mayoría de las veces, éstos y las prostitutas se encontraban en lugares donde los agentes tenían computadoras portátiles, teléfonos y otros equipos oficiales. Además, los funcionarios de la DEA se sometían al riesgo de extorsión, chantaje o coacción al celebrar las fiestas en el lugar de trabajo, según el informe.
Esta investigación se llevó a cabo en respuesta al escándalo con prostitutas en Cartagena de Indias que protagonizaron agentes del servicio secreto justo antes de que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegara a esa ciudad colombiana para participar en la Cumbre de las Américas, celebrada entre el 9 y el 15 de abril de 2012. Después de ese escándalo, las autoridades comenzaron a investigar a tres empleados de la DEA que, al contrario que el servicio secreto, cuenta con agentes radicados de manera estable en Colombia.
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