Por Raúl Kollmann
“Antonio ‘Jaime’ Stiuso abordó un avión en Porto Alegre, Brasil, hacia Estados Unidos. Lo hizo con un pasaporte italiano. Llegó a Miami y se fue a un lugar en el norte de la Florida: se llama Portofino Island.” El dato les llegó ayer a los fiscales que buscan al ex jefe de Operaciones en diversos sumarios y expedientes judiciales: por la investigación de la AMIA, por contrabando, por lavado de dinero, por enriquecimiento ilícito, por incumplimiento de los deberes de funcionario público, por ocultamiento de pruebas y por declarar domicilios falsos. Ninguno de los funcionarios de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) ni de los jueces y fiscales que están interviniendo tienen expectativas de que Stiuso se presente a las sucesivas citaciones, la más actual el jueves que viene en la UFI-AMIA. Si no lo hace, al final del camino, lo espera una orden de captura.
La asombrosa cantidad de causas y sumarios que se formaron contra el ex hombre fuerte de la ex SIDE desde su jubilación, en enero, demuestran que el descabezamiento de la estructura de Inteligencia fue más que tardío. Stiuso fue mantenido en su cargo pese a la evidente alianza que mantenía con los servicios de Inteligencia de Estados Unidos e Israel, lo que lo llevó a operar fuertemente, en todos los terrenos –incluyendo el judicial– contra el Memorándum firmado con Irán. Y, por lo que se ve ahora, incurriendo en graves irregularidades y delitos.
Nisman
De las citaciones planteadas hasta ahora, Stiuso sólo concurrió a una, a la que fue convocada por la fiscal Viviana Fein, en el expediente en el que se investiga la muerte de quien era un virtual coequiper de Stiuso en la causa AMIA, el fiscal Alberto Nisman. Stiuso obviamente sostuvo que no tuvo nada que ver con el deceso de Nisman, pero fue poco convincente su explicación sobre lo que pasó en los días anteriores a la muerte del fiscal. Según testimoniaron colaboradores de Nisman, éste esperaba más escuchas y más elementos para sostener su denuncia contra la presidenta Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman y otras personas. Esos elementos no llegaron nunca y cuando la denuncia empezó a desbarrancar por la desmentida, por ejemplo, del ex titular de Interpol, Robert Noble, la ayuda que se esperaba de Stiuso resultaba más que importante, imprescindible. De acuerdo con los datos que obran en la causa, Nisman llamó varias veces a Stiuso, pero éste no contestó. Incluso lo llamó el sábado 17 de enero, es decir en las vísperas de la muerte. Ante Fein, Stiuso argumentó que tenía el celular en vibrador, pero no explicó por qué no le devolvió la llamada. El otro alto jefe de la ex SIDE que declaró ante Fein, Alberto Massino, no ayudó mucho a Stiuso: dijo que Nisman lo estaba buscando desesperadamente el día previo a su muerte. Parece bastante evidente que Stiuso terminó dejando solo al fiscal.
Lagomarsino
La fiscal Fein no descartó que pudiera haber alguna relación entre Stiuso y la muerte de Nisman. Por lo tanto, investigó la existencia de algún vínculo entre el informático Diego Lagomarsino –el que prestó el arma– y Stiuso, o entre Lagomarsino y la Secretaría de Inteligencia.
Según trascendió desde la fiscalía, hasta ahora no se encontró nada de nada. Hubo un requerimiento a la AFI preguntando si Lagomarsino fue integrante de la ex SIDE y la respuesta oficial fue que no existe ningún registro de la pertenencia del informático a la central de Inteligencia. También se hizo un entrecruzamiento para ver si hubo llamadas entre Lagomarsino y alguno de los casi 200 celulares que estaban a nombre de Stiuso. Por el momento, no apareció nada.
AMIA
La citación actual de mayor envergadura es la de la Unidad Fiscal de Investigación AMIA: debe presentarse el próximo jueves a las 10 de la mañana en la sede de la fiscalía, en Plaza de Mayo. Teniendo en cuenta que llegó, casi en forma clandestina, con pasaporte italiano, a la Florida, es más que improbable que cumpla con la citación del jueves. Los tres nuevos fiscales –Sabrina Namer, Patricio Sabadini y Roberto Salum–, con la coordinación de Juan Murray, convocaron a Stiuso para que explique su trabajo en los últimos diez años en la investigación del atentado y, sobre todo, quieren saber de un entrecruzamiento de llamadas de la época del ataque a la mutual judía. Ese estudio motivó numerosos escritos intercambiados entre Nisman y Stiuso, donde el primero le pedía el entrecruzamiento y el segundo le decía que ya estaba casi listo. El vals de idas y venidas duró nada menos que nueve años y cuando asumieron las nuevas autoridades en la Secretaría de Inteligencia no encontraron a nadie que supiera de ese trabajo. La impresión es que nunca se hizo, pero no está claro por qué. Con Stiuso y Nisman alineados con Washington y Jerusalén, la sospecha es que no se quiso hacer nada que se saliera de la línea de acusación contra Irán. Si las cosas fueron así y el trabajo nunca se hizo, es menos probable todavía que Stiuso se presente a dar explicaciones.
Delitos
En los tres meses transcurridos desde su jubilación, el ex hombre fuerte de la SIDE fue acusado, además, de varios delitos: contrabando, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, incumplimiento de los deberes de funcionario público, ocultamiento de prueba, falsedad en la declaración de los domicilios. Las causas están en distintos juzgados, entre ellos el de Rodolfo Canicoba Corral, pero hasta el momento no salió ninguna citación emitida por un juez. De todas maneras, es muy probable que tarde o temprano se produzcan convocatorias ya como imputado. En ese caso, Stiuso tendrá que salir del reducto de Portofino, si no quiere quedar en condición de prófugo. O recurrir a un pedido de asilo político, tal vez teniendo en cuenta la afinidad que siempre tuvo con los servicios de Inteligencia de Estados Unidos, algo que se vio claramente en la documentación hecha pública por Wikileaks.
raulkollmann@hotmail.com
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