Otro ladrillo en la pared
Fue amenazado y embestido con un auto mientras producía su programa de televisión en el barrio de Barracas. Víctor Hugo pidió que no tomen represalias con los vecinos que hicieron la denuncia por la ocupación del espacio público que hizo Clarín.
La filmación de Bajada de línea que muestra las agresiones al periodista Víctor Hugo Morales.
“Váyase, váyase, bajá la cámara, maricón, salí de acá, boludo”, fue lo más suave que le dijo un grupo de personas a Víctor Hugo Morales, luego de haberlo embestido con un auto mientras filmaba en el barrio de Barracas para su programa de televisión. “El hecho vandálico en sí no es la agresión que sufrimos con mi equipo por parte de unas ocho o nueve personas, sino la humillación del resto de los vecinos que ejerce el Gobierno de la Ciudad, que le hace el juego a un grupo mediático que se apropió en forma indebida de una parte de la misma. Es inconcebible, se robaron un pedazo de calle para poner un depósito como si fuera de su propiedad”, dijo el conductor y periodista a Página/12, en alusión al grupo Clarín. Y explicó que denunció los hechos ante la policía, pero aún se abstuvo de hacer la denuncia penal porque esas personas se comunicaron con su producción, y les pidió que, a cambio, ellos no tomen represalias con los vecinos que hicieron la denuncia por el muro y la ocupación del espacio público del Grupo en Ascasubi al 2400.
La existencia del muro en plena calle había sido denunciada por vecinos hace varios años, tal como publicó este diario, y a principios de este mes la jueza Lidia Lago dispuso que en diez días la Ciudad debía derribarlo, pero las autoridades de la administración macrista apelaron esa decisión. “Es un espacio de unos mil metros donde hay ejemplares de devolución de Clarín y de Olé, era eso lo que queríamos filmar”, indicó Morales. La pared de cuatro metros de altura, con una garita del grupo Clarín y una barrera para controlar la circulación, cierra la calle Ascasubi entre Luna y Magaldi, en el límite con la villa 21-24 de Barracas. Del lado de enfrente funciona un estacionamiento de la planta impresora del grupo. La Procuración porteña adujo que “no está probado que el muro exista ni que lo haya construido el grupo Clarín”.
“Fue muy feo lo que nos pasó”, dijo Víctor Hugo Morales, que resultó herido en una pierna. En las imágenes que su equipo difundió, alguien les dijo: “Ellos nos dan la mitad de la luz, tenemos un acuerdo firmado (con Clarín), ahí vienen los pibes, se tienen que ir”. Mientras se resistía a ser echado, el conductor les respondió: “¿Me ayudás a entender lo que pasa? ¿Con quién podemos hablar?”, y en ese momento fue chocado por un Chevrolet blanco cuya patente es FXV 202. Del vehículo se bajó un hombre en musculosa blanca y los intimidó para que se retiraran del lugar. Para Morales, había una complicidad por el control de esa calle. “Yo ya estoy fuera de su radio de poder, pero me preocupan los que viven allí e hicieron la denuncia inicial. Por eso, aunque se comunicaron para pedir disculpas, con eso no alcanza, hace falta un compromiso de que no habrá represalias para los vecinos”, dijo.
La diputada (FpV) Liliana Mazure estuvo presente durante la agresión y relató que cuando llegaron, “un auto se había ido contra Víctor Hugo golpeándolo en una pierna y un grupo de personas nos intimidó para dejar el lugar en forma violenta. En medio de los gritos amenazaron con rompernos los coches y con empezar a apedrearnos”.
Una vez que trascendió el hecho, comenzaron a sumarse los repudios. El gobernador Daniel Scioli expresó su solidaridad con Víctor Hugo y lo mismo hicieron el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el diputado Héctor Recalde y el titular de la Afsca, Martín Sabbatella.
La filmación de Bajada de línea que muestra las agresiones al periodista Víctor Hugo Morales.
“Váyase, váyase, bajá la cámara, maricón, salí de acá, boludo”, fue lo más suave que le dijo un grupo de personas a Víctor Hugo Morales, luego de haberlo embestido con un auto mientras filmaba en el barrio de Barracas para su programa de televisión. “El hecho vandálico en sí no es la agresión que sufrimos con mi equipo por parte de unas ocho o nueve personas, sino la humillación del resto de los vecinos que ejerce el Gobierno de la Ciudad, que le hace el juego a un grupo mediático que se apropió en forma indebida de una parte de la misma. Es inconcebible, se robaron un pedazo de calle para poner un depósito como si fuera de su propiedad”, dijo el conductor y periodista a Página/12, en alusión al grupo Clarín. Y explicó que denunció los hechos ante la policía, pero aún se abstuvo de hacer la denuncia penal porque esas personas se comunicaron con su producción, y les pidió que, a cambio, ellos no tomen represalias con los vecinos que hicieron la denuncia por el muro y la ocupación del espacio público del Grupo en Ascasubi al 2400.
La existencia del muro en plena calle había sido denunciada por vecinos hace varios años, tal como publicó este diario, y a principios de este mes la jueza Lidia Lago dispuso que en diez días la Ciudad debía derribarlo, pero las autoridades de la administración macrista apelaron esa decisión. “Es un espacio de unos mil metros donde hay ejemplares de devolución de Clarín y de Olé, era eso lo que queríamos filmar”, indicó Morales. La pared de cuatro metros de altura, con una garita del grupo Clarín y una barrera para controlar la circulación, cierra la calle Ascasubi entre Luna y Magaldi, en el límite con la villa 21-24 de Barracas. Del lado de enfrente funciona un estacionamiento de la planta impresora del grupo. La Procuración porteña adujo que “no está probado que el muro exista ni que lo haya construido el grupo Clarín”.
“Fue muy feo lo que nos pasó”, dijo Víctor Hugo Morales, que resultó herido en una pierna. En las imágenes que su equipo difundió, alguien les dijo: “Ellos nos dan la mitad de la luz, tenemos un acuerdo firmado (con Clarín), ahí vienen los pibes, se tienen que ir”. Mientras se resistía a ser echado, el conductor les respondió: “¿Me ayudás a entender lo que pasa? ¿Con quién podemos hablar?”, y en ese momento fue chocado por un Chevrolet blanco cuya patente es FXV 202. Del vehículo se bajó un hombre en musculosa blanca y los intimidó para que se retiraran del lugar. Para Morales, había una complicidad por el control de esa calle. “Yo ya estoy fuera de su radio de poder, pero me preocupan los que viven allí e hicieron la denuncia inicial. Por eso, aunque se comunicaron para pedir disculpas, con eso no alcanza, hace falta un compromiso de que no habrá represalias para los vecinos”, dijo.
La diputada (FpV) Liliana Mazure estuvo presente durante la agresión y relató que cuando llegaron, “un auto se había ido contra Víctor Hugo golpeándolo en una pierna y un grupo de personas nos intimidó para dejar el lugar en forma violenta. En medio de los gritos amenazaron con rompernos los coches y con empezar a apedrearnos”.
Una vez que trascendió el hecho, comenzaron a sumarse los repudios. El gobernador Daniel Scioli expresó su solidaridad con Víctor Hugo y lo mismo hicieron el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el diputado Héctor Recalde y el titular de la Afsca, Martín Sabbatella.
17/04/15 Página|12
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