La decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de disolver la Secretaría de Inteligencia y crear una Agencia Federal en la materia es “absolutamente fundamental para construir un sistema más sano. Esta era una asignatura pendiente de la democracia, hacer una reingeniería de este tipo para que los Servicios de Inteligencia sean adecuados a la Constitución y al Estado de derecho, tengan control y sean gobernados por el poder político”, consideró el jurista León Arslanian, ex ministro de Justicia y Seguridad bonaerense.
El ex funcionario calificó de “excelente la iniciativa que apunta a refundar un organismo cuestionado y contaminado”, pero destacó que “habrá que seguir al proyecto en su implementación porque viene a resolver gravísimos problemas cuyas consecuencias estamos viviendo. Es hacerse cargo de un problema de extraordinaria gravedad”.
Respecto de los detalles de la instrumentación de la nueva agencia, Arslanian dijo que “los lineamientos que ha dado la Presidenta son muy interesantes en el sentido de convertirlo en una agencia federal”, y opinó que le parece muy positivo “derivar las escuchas, que hoy hace un organismo de la SI con orden judicial o sin ella, al Ministerio Público Fiscal”.
Arslanian dijo que encuentra una simetría entre lo que sucedió en la Policía Bonaerense cuando él estuvo al frente de una reforma, que provocó numerosas bajas. “La Secretaría de Inteligencia está tan contaminada como aquella policía, por eso éste es el camino correcto.” Consultado por Página/12 respecto de las dificultades que enfrentó al impulsar aquella reforma, el jurista y ex ministro apuntó que “cuando cambió el gobierno, cambió la reforma”. Pero dijo que no hubo un “retroceso” y prefirió hablar de “un proceso complejo, se hizo lo que era necesario hacer para depurar la fuerza”.
A su criterio, hay que contemplar lo que suceda con los agentes de Inteligencia que queden fuera de servicio con la disolución de la SI. “Para los espías sin trabajo hay que establecer una ley especial, que contenga indemnizaciones o autorice su retiro”, expresó.
Respecto de la imposibilidad que tendrían los futuros espías de relacionarse con funcionarios sin autorización, Arslanian dijo que es “esencial que no pueda haber una articulación por debajo del poder político porque las agencias de gobiernos extranjeros van por debajo del poder seleccionando a aquellos funcionarios policiales que les parecen apropiados, les ofrecen una beca para llevárselos, y así se establecen estas tramas que derivan en no saber al final para quién trabajan”. El ex funcionario agregó que “el contacto que los agentes deben tener tiene que ser con sus superiores para poder ser controlados, cosa que ahora no sucede, ahora están descontrolados”
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