viernes, 9 de agosto de 2013

Magnetto no se animó al cara a cara con Víctor Hugo en la mediación

El CEO de Clarín concurrió a la audiencia convocada tras la denuncia por daños y perjuicios que le entabló al conductor de Bajada de Línea Por Gustavo Montiel Una multitud acompañó al periodista en la puerta del edificio donde se realizó el encuentro. El empresario sólo firmó el acta y dejó el diálogo en manos de su abogado. Morales anunció que le iniciará una contrademanda. Finalmente el CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, evitó presenciar la audiencia de conciliación convocada tras la acción judicial por "daños y perjuicios" originada en supuestas "expresiones difamatorias" que le inició al periodista Víctor Hugo Morales. El empresario se negó a verse cara a cara con el periodista y permaneció en una oficina contigua, de la sala de conciliación en Carlos Pellegrini 1175, a la que llegó solamente para firmar el acta correspondiente ante la presencia de Víctor Hugo, el abogado Eduardo Barcesat –letrado del periodista–, la mediadora Mara Orlando, y sus propios letrados. Barcesat y Víctor Hugo anunciaron que iniciarán una contrademanda contra el CEO del holding "por toda la campaña difamatoria que Magnetto ha encabezado contra Víctor Hugo Morales", especialmente desde el año 2009 hasta la actualidad. "De alguna manera, espero que esto sea un granito de arena para que la Corte Suprema de Justicia no juegue más al distraído y dé el paso que tiene que dar en función de la Ley de Medios", enfatizó Víctor Hugo al salir. Y continuó: "Con el 10% del capital del que se apropió a través del fútbol y de Papel Prensa, Magnetto puede comprar al resto del periodismo. Le quiero preguntar a la Corte Suprema de Justicia cuánto más tiene que tener el Grupo Clarín para hablar de que, entonces sí, tiene libertad de expresión. Quiero preguntar, además, el hombre que defiende sus intereses a través de la libertad de expresión, ¿qué tiene para decir de la libertad de expresión cuando es él el que inicia un juicio?", inquirió el relator y locutor. Mientras tanto, una multitud de alrededor de 3000 personas desbordó y cortó la cuadra que alberga al edificio de Carlos Pellegrini 1175, en Retiro, para acompañar a Morales. Trabajadores de prensa de Comunicadores de la Argentina-COMUNA, el diputado nacional Héctor Recalde, el precandidato a diputado nacional por el FPV en la Ciudad Alex Freyre, varias Madres de Plaza de Mayo, militantes de la organización barrial Tupac Amaru, oyentes de su programa radial La Mañana, público en general, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, el cineasta y documentalista David Blaustein, entre muchos otros, asistieron al lugar a brindar su solidaridad. Desde las 14 hs, Comuna había convocado a una Radio Abierta llevada adelante por Radio Con Todo, una emisora comunitaria que transmitió en vivo vía Internet. Magnetto y sus letrados llegaron al lugar a las 12: 55 horas –el comienzo de la audiencia estaba previsto a las 15– , mucho antes de la llegada de público. Al terminar la audiencia, Víctor Hugo fue el primero en salir, con un extenso dossier en sus manos, y manifestó que tenía la "ilusión" –no concretada en la audiencia– de poder hablar "mano a mano" con Magnetto. "Para poder decir –continuó– lo que, de alguna manera, en nombre de todos ustedes, uno piensa. Tenía la ilusión de poder hablarle del desborde de poder que significa esta demanda que él hace contra mí, cuando es un hombre ya requerido por la justicia y que seguramente merecería un requerimiento más amplio”. Morales narró que Magnetto "no se presentó" en la sala donde se desarrolló la audiencia, "estuvo todo el tiempo ahí. Según sus abogados, de lo que se trata (la acción legal) es de todo lo que he dicho en radio, en televisión, y que naturalmente tiene una plena ratificación. Cómo podría yo hacer para dejar de pensar que efectivamente se robó con las AFJP a los jubilados, cómo podría dejar de pensar en lo que significó la compra y el manteniemiento de Papel Prensa, la posición altamente dominante y asfixiante que tiene sobre nosotros", remarcó. Barcesat detalló que en el acta se dejó constancia de la negativa de Magnetto a presenciar la audiencia. "Dijimos que esto desnaturalizaba el procedimiento porque la mediación supone un diálogo, y para que haya un diálogo tiene que haber presencia.(…) A partir de allí los letrados de Magnetto leyeron lo que ellos entienden que son las expresiones difamatorias. Que son todas expresiones basadas en lo que ha ocurrido en la realidad y se ha recuperado en expedientes judiciales. Recordemos que este hombre colecta nada más que en sede federal penal, cuatro causas: una por un crimen de lesa humanidad, que es Papel Prensa, y otras tres causas más, que lo vinculan a asociación ilícita y figuras de lavado de dinero. De manera que todo lo que ha manifestado Víctor Hugo Morales está respaldado en actuaciones judiciales", subrayó. "Lo que entendemos que sí es difamatorio es esa campaña que, desde 2009 para acá, ha desatado el Grupo Clarín y sus amanuenses contra el señor Víctor Hugo Morales, y donde no hay ninguna correspondencia entre lo que le reprochan y alguna causa judicial que dé sustento a esto", señaló Barcesat. Una situación particular se vivió cuando llegó Estela de Carlotto. La titular de Abuelas de Plaza de Mayo quiso entrar al hall del edificio para esperar a Morales y saludarlo. Desde el edificio, algunas secretarias, a punto de llorar, le explicaban que no podían dejarla pasar. Estela dijo estar presente "para acompañar a un gran amigo y un gran periodista", como Morales, y recalcó que la manifestación es además "para defender la democracia y la libertad prensa". Minutos después de que Carlotto se retiró de la puerta, personal de seguridad informó que podía ingresar. Pero ya era tarde. El diputado Héctor Recalde también habló con los medios: "Hay un compañero que está sufriendo un acoso de una empresa hegemónica como es el Grupo Clarín, que lo persigue económicamente, porque gracias a nuestro gobierno se derogó el delito de calumnias e injurias. Magnetto puede invocar daños y perjuicios materiales, y también puede invocar daño moral. Ahora tiene que probar que hay daño, y que es moral. Y ese es un gran desafío. Creo que el apoyo popular que hoy tiene Víctor Hugo lo muestra en soledad al señor Magnetto", recalcó. Lo siguió Alex Freyre: "Papel Prensa fue obtenida en una mesa de torturas, y lo sabemos porque nos lo contó primero Víctor Hugo Morales. Los inmorales pretenden que se les resarza un daño moral y no pueden probar su moralidad. Aquí estoy junto a todo un pueblo para decirle a Víctor Hugo: preso voy también. Suscribo cada palabra, cada gesto, cada actuación. Todos y todas aquí somos Víctor Hugo", proclamó. Rato después que Víctor Hugo y Barcesat partieron, comenzó a llegar al lugar personal de seguridad privada, custodios vestidos de civil, y luego, efectivos de la Policía Federal. Entre insultos y abucheos, Magnetto salió raudamente custodiado hacia un automóvil Renault color plateado. Por último, salió su abogado Fabián Cassino quien, asediado por periodistas y abucheado por quienes aún permanecía en el lugar, se refugió con un custodio en la planta baja de un edificio en Pellegrini 1149. Entonces se acercó mas personal de la Federal, de la Comisaría 15º. Cassino, tras una maniobra de distracción de los uniformados con un patrullero, escapó en moto desde el edificio lindero, en Pellegrini 1141. « Antecedente: el ataque a Caballero El ataque a Víctor Hugo Morales no es la primera muestra de la avanzada judicial de Héctor Magnetto contra los periodistas: a fines de 2012, el CEO del Grupo Clarín denunció a Roberto Caballero, director fundador de Tiempo Argentino, y a dos de sus colegas por "incitación a la violencia". En su edición del 25 de noviembre de 2012, Tiempo reveló un escrito de 35 páginas, donde los abogados del multimedios acusaron por sus opiniones a Caballero, a Sandra Russo y Javier Vicente. A Magnetto no le tembló el pulso al atribuirles a los periodistas una figura delictiva con penas de tres a seis años de prisión. La demanda también incluyó a funcionarios del gobierno y a legisladores del oficialismo. Como se dijo, se los acusaba de ser "instigadores y determinadores del delito de incitación a la violencia colectiva en perjuicio tanto del Grupo Clarín como sus directivos en particular". En aquel momento, el repudio generalizado obligó al CEO a ensayar una maniobra: de acusarlos, pasó a pedir que los periodistas fueran llamados como "testigos". Por último, solicitó a la justicia que ni siquiera hiciera esa citación. Infonews

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