sábado, 24 de agosto de 2013
Un caso que sentará precedente mundial
El fallo de la Cámara de Apelaciones en EE UU reavivó la preocupación mundial por la resolución del conflicto entre la Argentina y los fondos "buitres".
Por Pablo Mareso
A partir del rechazo judicial de la propuesta argentina, que estipulaba cancelar la deuda en condiciones similares a las ofrecidas a los bonistas que entraron al canje de 2010, la justicia estadounidense permite que los demandantes reclamen mejores condiciones de pago que las obtenidas por aquellos acreedores que en su momento aceptaron la restructuración.
Sin embargo, hasta que se resuelva la cuestión de fondo, la Argentina no sufrirá embargos en los pagos que realiza a los tenedores de los títulos canjeados.
De esta forma nuestro país evita entrar en una situación de default técnico ya que la ejecución de la medida queda en suspenso hasta tanto la Corte Suprema de los EE UU resuelva su aceptación o no del caso y sobre la pertinencia de los fallos emanados de los tribunales inferiores.
Este caso sentará un precedente fundamental y es por eso que desde ONGS internacionales que bregan por los intereses de los países en desarrollo hasta gobiernos de países desarrollados como Francia y EE UU han alertado sobre los riesgos de aceptar la petición de los "buitres".
Estos especuladores ya han logrado conseguir en el pasado, a partir de su inmenso poder de lobby, fallos favorables en sus disputas contra países pobres.
Sin embargo, en el actual contexto de crisis europea, en donde la reestructuración de deudas soberanas es un horizonte posible en el mediano plazo, la existencia de una jurisprudencia de este tipo en la materia dificultaría seriamente las chances de tener éxito habida cuenta que se incrementarían los incentivos de los bonistas a continuar litigando.
Desde el año 2003, la Argentina se ha transformado en un mal ejemplo para el sistema financiero internacional. El país reestructuró su deuda con una fuerte quita, eligió tener una política autónoma y para ello canceló sus pasivos con el FMI, prescindió de los mercados externos y ha venido denunciando en los distintos foros internacionales los peligros originados en la falta de regulación en el movimiento de capitales.
No faltarían razones para que desde los centros de poder internacional, tan prontos a defender los intereses del capital especulativo, se castigara a la Argentina con una sanción ejemplar, mostrándole al mundo que los países periféricos deben seguir los lineamientos de los organismos financieros internacionales manejados desde los países desarrollados.
Sin embargo, la gravedad de la crisis actual hace que este caso tenga implicancias políticas de primer nivel y por lo tanto la resolución de este conflicto debe contemplarlas.
Por ese motivo, la Suprema Corte de EE UU, no sólo deberá fallar sobre el caso argentino sino también sobre los márgenes existentes para reorganizar el capitalismo actual.
Infonews
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