sábado, 31 de agosto de 2013
Un operativo conocido
Desde las principales capitales de "Occidente", se lanza estos días la amenaza de un ataque contra Siria al margen de lo que resuelva el Consejo de Seguridad de la ONU, pero ese operativo se inició hace tiempo. Tal como pasó en Libia, las acciones se registraron por etapas, comenzando por una revuelta opositora que sorprende a las fuerzas de seguridad. En esos acontecimientos participan centralmente elementos mercenarios no locales, algunos que incluso pudieron actuar contra Muammar Khadafi.
Por Jorge Alberto Kreyness
Una segunda fase fue la demonización global del gobierno de Bashar al Assad, acusándolo de represiones brutales a fin de aislarlo internacionalmente. En ese ínterin las fuerzas del gobierno, con el aporte del Partido de Dios del Líbano, fueron infligiendo duros golpes a sus rivales. Todo indica que al no lograr sus propósitos con los "rebeldes", deviene la etapa de las amenazas de intervención militar, justificadas en un poco aclarado uso de armamento químico. Que esas amenazas lleguen desde Washington, Londres y París, indica quiénes estuvieron siempre detrás de la desestabilización siria. Pero el problema no es sólo Siria. Hay peligro de una guerra generalizada, porque Damasco tiene fuertes lazos con el Líbano, está demasiado cerca de Israel y Egipto tiene una situación profundamente inestable.
Estados Unidos cuenta con un proyecto estratégico para el Levante, el "Plan Nuevo Medio Oriente", que consiste en dividir y debilitar a los países que le son hostiles sobre la base de potenciar al máximo las diversidades religiosas, políticas, étnicas, a veces tribales. Otra faceta es la destrucción de la infraestructura económica de esos países: caminos, puentes, puertos, aeropuertos, fábricas, etc, a fin de dejarlos inermes. Eso ya está en fase avanzada en Irak.
Otro elemento que suma peligrosidad es la oposición de Rusia y China, algo que no ocurrió en Libia. Rusia cuenta en Siria con un puerto de abastecimiento naval (Tartus) que se fue fortificando al calor de la situación. Además, Irán respalda intensamente al gobierno del Partido Baath en Damasco, y en eso no hay cambios desde la asunción de Rohani.
Del otro lado, Turquía, Qatar, Arabia Saudí y otros emiratos y jequiatos están embarrados en el envío de mercenarios, así como en su logística y financiamiento, elementos que están entre los que avanzaron triunfales desde Benghazi a Trípoli. Mientras tanto el pueblo sirio sufre de modo inconmensurable el estado de cosas y entonces cabe preguntarse: ¿unos bombardeos o el eventual ingreso de tropas extranjeras, mejorará o agravará esa realidad? Otro interrogante: ¿desde la comunidad internacional se ha hecho todo lo posible para ayudar a una solución político/diplomática que respete la soberanía nacional de este milenario país?
La posición del gobierno argentino ofrece alternativas positivas en ese sentido.
Infonews
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