Hay argentinos que también se suman a la presión al país Bonistas que especulan con la deuda

Por: Equipo de Economía En Argentina también existe un universo de bonistas que buscan presionar para que la Argentina pierda el litigio en los tribunales estadounidenses y se vea obligada a pagarles el 100% del valor de sus papeles. Entre los nombres que saltan a la vista se encuentra el de Horacio Vázquez, que se mueve como secretario general de un grupo que tiene un nombre tan amplio como Asociación de Daminificados por la Pesificación y el Default (ADAPD), pero opera en línea con los fondos internacionales que especularon con la deuda. "Esta es otra oportunidad para que mi gobierno haga lo que debería hacer y se maneje con buena fe", sostuvo Vázquez en la edición del diario The New York Times de ayer, pronunciándose en línea con el festejo victorioso que dio en la misma nota Theodore B. Olson, abogado de Gibson, Dunn & Crutcher que representa a NML Ltd, de Elliot Managment. La reacción de este grupo, que presiden los bonistas e ingenieros Angélica Bergonzi y Eduardo de la Fuente, mostró su inclinación en la difusión del revés judicial que sufrió la Argentina. "La Argentina perdió por goleada", titularon con tono entre la burla y el festejo en el post que apareció en el sector "actividades" de su web (www.adapd.org.ar). Además, el grupo de bonistas destacó en su página de facebook la nota en la que Carlos Maslatón, abogado, analista financiero y candidato a Diputado Nacional por UPAU en la Confederación Compromiso Federal, sostiene que "los fondos buitre no existen y Argentina tendrá que pagar lo que debe". El candidato de los Rodríguez Saá muestra en ese texto que también existen sectores de la política local que defienden los intereses de los especuladores. En la nota, que se publicó originalmente en el portal de noticias Infobae, Maslatón se opone firmemente a los argumentos que esgrimió la defensa legal del gobierno nacional y defiende la reacción agresiva de los jueces de la Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito en Nuevo York. Además, plantea que "la gran autocrítica que deberán hacer sometiendo la cuestión al debate político, gobierno y oposición, doctrinarios del derecho de nuestras facultades, periodistas y opinión pública en general, es si tiene sentido seguir comprándose una película falsa sobre la deuda externa". «