viernes, 30 de agosto de 2013
La inspiración de la Misa Criolla
Por Mariano De Vedia
De origen autóctono, vigente en el repertorio popular argentino desde hace más de 40 años y consagrada mundialmente en una gira por Alemania, Holanda, Bélgica, Suiza y el propio Vaticano, en 1967, la “Misa Criolla” es una síntesis de las raíces culturales más profundas que el músico Ariel Ramírez -fallecido en silencio en 2010- rescató de sus perceptivas incursiones por el interior del país.
Mientras daba su primeros pasos como pianista, Ramírez conoció en Europa, en los años 50, al sacerdote holandés Wenceslao van Lun, quien le recomendó aislarse del ruido y alojarse en un convento en Würzburg, a 100 kilómetros de Fráncfort, donde en el siglo XIII había vivido San Alberto Magno. Allí conoció el músico argentino a las monjas alemanas Elizabeth y Regina Brückner, las únicas con las que podía entenderse en español. Las hermanas le contaron cómo habían convivido con el horror durante el régimen nazi cuando un predio contiguo al monasterio se había convertido en un campo de exterminio, con 1000 prisioneros judíos. Cada noche ellas dejaban un paquete con alimentos debajo del alambrado, que llegaba a los detenidos. Así fue por ocho meses, hasta que los paquetes comenzaron a acumularse, señal de que los prisioneros habían sido trasladados.
Aunque nunca las volvió a ver, Ramírez no encontró mejor homenaje para las hermanas Brückner que dedicarles años después la composición de la “Misa Criolla”, como símbolo del arriesgado gesto de solidaridad y amor en favor del desprotegido.
Desde las iglesias históricas del centro porteño hasta las capillas más sencillas del interior, casi no hay en la Argentina templos en los que no se haya escuchado la singular conjunción de ritmos y estilos que el talento del compositor reunió en la “Misa Criolla”. Ramírez la compuso con el asesoramiento de los sacerdotes Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade, director de la Cantoría de la Basílica del Socorro y responsable de los arreglos corales. La primera grabación, en 1964, contó con Los Fronterizos y la edición de 2500 discos se agotó en un día.
Sin saberlo, cada intérprete de la “Misa Criolla” renueva ese magistral canto que resume el valor del encuentro del hombre con Dios. Así lo hicieron el propio Ariel Ramírez, Mercedes Sosa, los Fronterizos, Jaime Torres, Zamba Quipildor, Domingo Cura, Chabuca Granda y el tenor José Carreras, entre tantos que se sumaron para mantener la vigencia de un mensaje que ya trasciende a su creador.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario