domingo, 25 de agosto de 2013
Cárcel de Villa Devoto abril de 1973, Paco Urondo.
Del otro lado de la reja, está la realidad, de
este lado de la reja, también está
la realidad: lo único irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos o al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia; al de la
explotación o de la producción. Los
sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo en
la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos,
aquellos gritos irreales de dolor real de los torturados en
el ángelus eterno y siniestro en una brigada policial
cualquiera, son
parte de la memoria, no suponen necesariamente el
presente, pero
pertenece a a realidad. Lo único aparente
es la reja cuadriculando el cielo; no el canto
perdido de un preso-ladrón o combatiente-la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
cubriendo la
Patagonia entera, porque
las masacres, las redenciones, pertenecen
a la realiddad. La esperanza
rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival, son la realidad, como el coraje y
la convalecencia del miedo-ese aire
que se resiste a volver después del peligro-; como
los designios de todo un pueblo que marcha
hacia la victoria,
o hacia al muerte; que tropieza
que aprende a defenderse, a rescatar
lo suyo, su
realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira, no es siquiera la traición, es simplemente una reja que no pertenece a la realidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario