jueves, 1 de agosto de 2013
"La fragmentación sindical no se da en las bases"
En esta segunda parte de la entrevista con Héctor Recalde, el diputado nacional analiza la actualidad del Movimiento Obrero. Habló sobre la relación entre sindicalismo y política, democracia sindical y recordó la experiencia política junto al compañero Saúl Ubaldini.
Por Nahuel Placanica
APU: A partir de la coyuntura política, ¿Cómo piensa la relación entre sindicalismo y política?
Héctor Recalde: Mi posición en cuanto a esto es que el Movimiento Obrero es columna vertebral del peronismo y tiene que seguir siéndolo, junto con la participación de otros sectores: la juventud, la rama política, la rama femenina.
En este conjunto movimentista se da una especie de competencia en cuanto a qué grado de representatividad tiene que tener cada sector. En la medida que esto no implique algo contraproducente para la sociedad de concepción en la unidad de acción, me parece sano. Cuando esta discusión por los lugares se da en su medida y armoniosamente, es bueno que así sea.
APU: ¿Eso quién lo armoniza?
Héctor Recalde: Lo armoniza la conducción, en este caso, Cristina.
APU: Usted participó de la experiencia política de Ubaldini…
Héctor Recalde: Yo era asesor de Ubaldini, es más, en el año 1991 nos presentamos por fuera con un partido. Ya estábamos fuera del menemismo, desde agosto del 89 estábamos en contra de Menem y Saúl era el primer candidato a diputado nacional y yo el segundo (era apoderado del partido).
APU: Es la elección en la que ustedes van contra el duhaldismo en la Provincia de Buenos Aires ¿Qué pasó ahí?
Héctor Recalde: Era una reacción contra el menemismo porque veíamos una desvirtualización del peronismo, era la neoliberación. Neoliberales dirigiendo el movimiento popular democrático latinoamericano, nos parecía contradictorio. La oposición se envertebró en un partido y la verdad que fracasamos porque no había recursos, no había capacidad. Fue una experiencia que hicimos con convicción militante.
APU: La lectura que hacía Horacio Verbistky era que hubo una transformación en lo que era el PJ. Había pasado de ser un partido sindical a un partido más vinculado al territorio. ¿Entendería lo mismo usted?
Héctor Recalde: En realidad el movimiento siempre tuvo las cuatro ramas. No sé lo que dijo Horacio específicamente pero de acuerdo a las etapas históricas puede haber mayor participación o predominio de una rama.
Hoy el movimiento sindical está en crisis. Si hay cinco centrales sindicales es como si no hubiese ninguna, pero los trabajadores están unidos. La fragmentación no se da en las bases.
Si hay algo que me pareció importante fue la unidad estratégica entre el gobierno y la CGT. Después eso se fracturó en varios pedazos, algunos están, otros no, la historia juzgará y esperemos que algún día haya unidad.
APU: La base se une por la identidad política, ¿En este caso sería el kirchnerismo?
Héctor Recalde: El peronismo, que ahora tiene una manifestación que se conoce como kirchnerismo.
APU: ¿Por qué se da este desfasaje entre la base y la dirigencia?
Héctor Recalde: Hay dirigentes sindicales que realmente los representan muy bien a los trabajadores pero después cuando van a la arena política pasa otra cosa. Está bien que un dirigente sindical quiera ser legislador o presidente, pero hay que ver los momentos políticos.
APU: ¿En algún punto hay un problema de representación entre base y cúpula?
Héctor Recalde: En lo político partidario. En lo gremial puede haber coincidencia y apoyo y no estar a la misma altura de lo político partidario.
APU: Pasó en los 70 con los sindicatos en Córdoba con dirigencias vinculadas al clasismo cuyas bases votaron peronismo…
Héctor Recalde: En general, pese a la participación de los movimientos de izquierda en el campo sindical, cuando llegan a la política no son representativas.
APU: Un ejemplo actúal podrían ser las comisiones de Kraft….
Héctor Recalde: Las comisiones de Kraft son comisiones combativas, están dentro del sindicato, cosa que no pasó con la UTA. Los metrodelegados de la UTA fueron contenidos cuando Palacios era Secretario General, después se generó una división.
Es muy importante la relación directa entre el dirigente y los trabajadores, es decir, que actúen con más cercanía, esto a veces se da y a veces no.
Hubo fallos de la Corte Suprema donde todo el mundo pensaba que se destruía el mundo sindical y la verdad que no se alteró. A la Corte le falta conocimiento de campo, más allá de que ahora puede haber alguna otra cosa que juegue en esto.
En nuestro país hay libertad sindical, lo que es importante es defender la democracia sindical interna para evitar algunas corruptelas que tienen lugar con estatutos que dificultan el armado de listas (tratando de que haya lista única). Tiene que haber padrones claros y sobre todo, protección.
La ley sindical de 1988, en la que participé bastante en la redacción, si hubiera sido bien aplicada, hubiera protegido a todos los trabajadores que tienen militancia sindical. El artículo 47 de la ley sindical daba derecho a un amparo a todo trabajador frente a cualquier actitud anti sindical, más amplio imposible, y en la práctica no se dio.
Ahora hay un reverdecer de esta idea a través de la figura de la discriminación. Lo que los jueces están entendiendo es que si hay un activista sindical que es discriminado, lo hacen reinstalar a través de una acción hecha por el damnificado. Todo esto hay que apoyarlo y protegerlo.
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