La preocupación del gobierno ante el escenario de conflictividad es evidente, aunque saben que la pelea por las paritarias recién empieza.
En la guerra por las paritarias 2015 parece que todavía hay muchas batallas por librar. Con varios conflictos en marcha y otros tantos en gateras, la situación se tensa a medida que pasan los días y siguen sin aparecer las definiciones. Bancarios, empleados de comercio, metalúrgicos, aceiteros y otros tantos esperan un acuerdo, con sus convenios vencidos hace rato y en un contexto enrarecido en el que cada vez se suman más actores.
Los intentos de la semana pasada del ministro de Economía, Axel Kicillof, para que las paritarias cierren por bastante menos de lo pretendido desataron enojo entre sindicalistas opositores –tal como era previsible– pero también entre los oficialistas.
La insistencia de Kicillof para que los sindicalistas moderen sus demandas fue rematada el martes por la propia presidenta Cristina Fernández quien los retó por hacer pedidos que ella considera excesivos. "¿En qué mundo viven?", lanzó por cadena nacional. En un acto desde la Casa Rosada, dijo que aquí –según el Indec– el índice salarial en marzo avanzó a 32,7% anual mientras que en España se concedió un 1,6% para todo el período 2015-2018. La primera mandataria no hizo mención, sin embargo, a la realidad de los precios que se vive en ambos países. Mientras que en Argentina hay inflación –mayor o menos según quién la mida, pero que en 2015 estará por arriba del 20%– en España hay deflación.
El gobierno expresó su preocupación y su intento por evitar que se produzca una espiral de precios y salarios, que puede resultar especialmente peligrosa en un año electoral y de cambio de época, con la conflictividad tan a flor de piel como evidencia estar. Pero en ese intento, algunas palabras a veces parecen echar nafta al fuego y no los paños fríos que se buscan. No es difícil imaginar a los funcionarios más políticos y negociadores agarrándose la cabeza ante declaraciones que con seguridad enojan a sindicalistas y pueden hacer retroceder varios casilleros en los pequeños avances que se van dando en una negociación colectiva.
La preocupación del gobierno ante el panorama de tensión y conflictividad es evidente. En ese marco, el martes, en la sede de la UOCRA hubo una reunión de la mesa chica de la CGT Balcarce con el ministro Axel Kicillof y su par de Trabajo, Carlos Tomada. El titular del Palacio de Hacienda volvió a insistir en acuerdos que deben cerrar por debajo del 30 por ciento. Pero la cifra propuesta en esa ocasión superó por algunos puntos a la de la semana pasada y rondó el 27 por ciento. Aun así, la sugerencia no parece haber sido del agrado de los dirigentes.
"Es una cifra de referencia. Cada gremio discute su paritaria y su porcentaje", fue la respuesta a este diario por parte del titular de la UOM, Antonio Caló. El significado es claro: no se acepta el techo. El conflicto sigue.
Tanto que anoche el líder de la CGT oficialista, pero en su condición de secretario general de los metalúrgicos ratificó el paro de 36 horas que se realizaría a partir del jueves próximo, si el lunes persiste el desacuerdo salarial. Justamente su frase al finalizar el encuentro que mantuvo en la sede de la cartera laboral, fue: ”Para nosotros el 27%o no alcanza".
REUNIONES POR ACÁ Y POR ALLÁ. Ayer, antes de entrar a una nueva reunión en el marco de la conciliación obligatoria que puso en suspenso la medida de fuerza de 36 horas que estaba decidida, Caló insistió con el 32% que viene solicitando desde el inicio de la negociación. Sin embargo, fuentes de la negociación confirmaron que hay más posibilidades de cerrar que antes y que algo similar ocurre con la UOCRA (que inició esta semana las conversaciones) y con Comercio (tras la denuncia de Armando Cavalieri de que el ministerio no quería homologarle el acuerdo). Respecto de la paritaria bancaria, no hubo tanto optimismo.
Ayer mismo también se realizó una reunión de la Comisión Directiva de la CGT oficialista en el sindicato de taxistas. La convocatoria tenía el objetivo de "clarificar el panorama", según reveló uno de sus asistentes, quien también admitió que entre algunos de los concurrentes había "calentura", por los intentos del gobierno de poner techo a las paritarias. Antes de bajar al encuentro general, donde había cerca de 40 secretarios generales, hubo una pequeña reunión de la mesa chica, mientras esperaban al secretario general Caló, que llegaba de la reunión de su gremio en la cartera laboral.
El martes, los gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo nucleados en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que encabeza Juan Schmid (Dragado y Balizamiento) anunciaron su paro para comienzos de junio, en rechazo de los techos salariales y de los cambios que consideran insuficientes en el Impuesto a las Ganancias.
En una primera instancia, se sugirió que la fecha del paro podía ser el miércoles 3 de junio, pero en vistas de que ese día se realizará la marcha en contra de los femicidios bajo la consigna #NiUnaMenos, se evalúa cambiar el día de la medida de fuerza.
Será clave, de aquí a entonces, si adherirán la Unión Tranviaria Automotor y La Fraternidad, gremios clave para garantizar el paro y que fueron decisivos el 31 de marzo pasado. En vistas de las últimas declaraciones de Roberto Fernández (UTA), no parecería que fueran a bajarse del paro. "La crisis, el gobierno la quiere tapar con más conflicto y más crispación social", lanzó.
La posibilidad de que la CGT oficialista y la CTA de Hugo Yasky se sumen, son remotas. Aunque hay quienes sostienen que sí puede llegar a haber alguna adhesión en determinados gremios que estén enrolados en esas centrales, pero que la decisión no se tomará de manera orgánica.
"Hacer un paro hoy no tiene sentido para los que tienen que negociar más adelante. Si estás en el medio de una negociación y se te traba, puede ser. Y si el paro es por Ganancias, negociás un par de puntos más en la paritaria y listo. Por eso, se nota que este paro tiene otra intencionalidad", dijo uno de los dirigentes que participó de la reunión de ayer en el sindicato de taxistas.
Esas opiniones parecen intentar poner un manto de calma al escenario de guerra aparente. Y también es un claro indicio que parece indicar que las paritarias 2015 se resolverán, finalmente. Por lo que se advierte, este año será con más tironeos, más declaraciones y hasta más conflictos. Y probablemente haya que librar todavía varias batallas, antes de lograr la paz. -<dl
Los intentos de la semana pasada del ministro de Economía, Axel Kicillof, para que las paritarias cierren por bastante menos de lo pretendido desataron enojo entre sindicalistas opositores –tal como era previsible– pero también entre los oficialistas.
La insistencia de Kicillof para que los sindicalistas moderen sus demandas fue rematada el martes por la propia presidenta Cristina Fernández quien los retó por hacer pedidos que ella considera excesivos. "¿En qué mundo viven?", lanzó por cadena nacional. En un acto desde la Casa Rosada, dijo que aquí –según el Indec– el índice salarial en marzo avanzó a 32,7% anual mientras que en España se concedió un 1,6% para todo el período 2015-2018. La primera mandataria no hizo mención, sin embargo, a la realidad de los precios que se vive en ambos países. Mientras que en Argentina hay inflación –mayor o menos según quién la mida, pero que en 2015 estará por arriba del 20%– en España hay deflación.
El gobierno expresó su preocupación y su intento por evitar que se produzca una espiral de precios y salarios, que puede resultar especialmente peligrosa en un año electoral y de cambio de época, con la conflictividad tan a flor de piel como evidencia estar. Pero en ese intento, algunas palabras a veces parecen echar nafta al fuego y no los paños fríos que se buscan. No es difícil imaginar a los funcionarios más políticos y negociadores agarrándose la cabeza ante declaraciones que con seguridad enojan a sindicalistas y pueden hacer retroceder varios casilleros en los pequeños avances que se van dando en una negociación colectiva.
La preocupación del gobierno ante el panorama de tensión y conflictividad es evidente. En ese marco, el martes, en la sede de la UOCRA hubo una reunión de la mesa chica de la CGT Balcarce con el ministro Axel Kicillof y su par de Trabajo, Carlos Tomada. El titular del Palacio de Hacienda volvió a insistir en acuerdos que deben cerrar por debajo del 30 por ciento. Pero la cifra propuesta en esa ocasión superó por algunos puntos a la de la semana pasada y rondó el 27 por ciento. Aun así, la sugerencia no parece haber sido del agrado de los dirigentes.
"Es una cifra de referencia. Cada gremio discute su paritaria y su porcentaje", fue la respuesta a este diario por parte del titular de la UOM, Antonio Caló. El significado es claro: no se acepta el techo. El conflicto sigue.
Tanto que anoche el líder de la CGT oficialista, pero en su condición de secretario general de los metalúrgicos ratificó el paro de 36 horas que se realizaría a partir del jueves próximo, si el lunes persiste el desacuerdo salarial. Justamente su frase al finalizar el encuentro que mantuvo en la sede de la cartera laboral, fue: ”Para nosotros el 27%o no alcanza".
REUNIONES POR ACÁ Y POR ALLÁ. Ayer, antes de entrar a una nueva reunión en el marco de la conciliación obligatoria que puso en suspenso la medida de fuerza de 36 horas que estaba decidida, Caló insistió con el 32% que viene solicitando desde el inicio de la negociación. Sin embargo, fuentes de la negociación confirmaron que hay más posibilidades de cerrar que antes y que algo similar ocurre con la UOCRA (que inició esta semana las conversaciones) y con Comercio (tras la denuncia de Armando Cavalieri de que el ministerio no quería homologarle el acuerdo). Respecto de la paritaria bancaria, no hubo tanto optimismo.
Ayer mismo también se realizó una reunión de la Comisión Directiva de la CGT oficialista en el sindicato de taxistas. La convocatoria tenía el objetivo de "clarificar el panorama", según reveló uno de sus asistentes, quien también admitió que entre algunos de los concurrentes había "calentura", por los intentos del gobierno de poner techo a las paritarias. Antes de bajar al encuentro general, donde había cerca de 40 secretarios generales, hubo una pequeña reunión de la mesa chica, mientras esperaban al secretario general Caló, que llegaba de la reunión de su gremio en la cartera laboral.
El martes, los gremios del transporte terrestre, aéreo y marítimo nucleados en la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que encabeza Juan Schmid (Dragado y Balizamiento) anunciaron su paro para comienzos de junio, en rechazo de los techos salariales y de los cambios que consideran insuficientes en el Impuesto a las Ganancias.
En una primera instancia, se sugirió que la fecha del paro podía ser el miércoles 3 de junio, pero en vistas de que ese día se realizará la marcha en contra de los femicidios bajo la consigna #NiUnaMenos, se evalúa cambiar el día de la medida de fuerza.
Será clave, de aquí a entonces, si adherirán la Unión Tranviaria Automotor y La Fraternidad, gremios clave para garantizar el paro y que fueron decisivos el 31 de marzo pasado. En vistas de las últimas declaraciones de Roberto Fernández (UTA), no parecería que fueran a bajarse del paro. "La crisis, el gobierno la quiere tapar con más conflicto y más crispación social", lanzó.
La posibilidad de que la CGT oficialista y la CTA de Hugo Yasky se sumen, son remotas. Aunque hay quienes sostienen que sí puede llegar a haber alguna adhesión en determinados gremios que estén enrolados en esas centrales, pero que la decisión no se tomará de manera orgánica.
"Hacer un paro hoy no tiene sentido para los que tienen que negociar más adelante. Si estás en el medio de una negociación y se te traba, puede ser. Y si el paro es por Ganancias, negociás un par de puntos más en la paritaria y listo. Por eso, se nota que este paro tiene otra intencionalidad", dijo uno de los dirigentes que participó de la reunión de ayer en el sindicato de taxistas.
Esas opiniones parecen intentar poner un manto de calma al escenario de guerra aparente. Y también es un claro indicio que parece indicar que las paritarias 2015 se resolverán, finalmente. Por lo que se advierte, este año será con más tironeos, más declaraciones y hasta más conflictos. Y probablemente haya que librar todavía varias batallas, antes de lograr la paz. -<dl
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