Por Flor Monfort
Yegua & Groncha es un colectivo vivo, que ocurre aquí y ahora, en cualquier rincón del Gran Buenos Aires donde la parrilla chorrea la grasa necesaria para que el asado sea rico, suculento y reparador, capaz de habilitar las reflexiones más filosas sobre la coyuntura política. Las imágenes de una morocha hermosa que goza del chorizo tanto como de sus tetas empezaron a flotar en la marea digital hace dos años, desde que sus creadores, Noe Fois y Max Letcher, supieron captar esa identidad que tanto sueño le ha robado a muchxs pensadores: ¿Qué es ser argentino? Ni idea, diría Y&G, pero argentina es una que toma Uvita, se fuma un pucho y lava la ropa al ritmo de la cumbia mientras lleva adelante un barrio entero, porque sabemos, las que aguantan, cinturean, cuidan y velan por todxs, siempre son las mujeres. La argentina de Y&G también se apropia del placer, de la ropa comprada sin marca y de su propio cuerpo, nuevo, gastado, tallado como quiere y con quien desea. Un poco de ese veneno que tanto indigna de una Presidenta mujer: esa “yegua”, dicho con saña, que parece disfrutarse tanto que no necesita de la aprobación de nadie. El primer libro del colectivo es un hermoso sachet de leche con 50 postales de distintas categorías, están las de leche en polvo, las de larga vida, las cultivadas y las vencidas, pero más que nada están ellas, las chicas, más zarpadas que nunca, madres, abuelas, lesbianas y santas que a veces no se depilan y corean con actitud: A la gilada ni cabida.
“Groncha define lo popular, lo grasa, lo vulgar, que nosotros lo tomamos como una bandera. A mí siempre me gustaba jugar con eso, con que me compro la ropa en Once, yo me crié en un barrio muy pobre, entonces no era ocultar la gronchedad sino llevarla con orgullo”, dice Noe. “También nos importa la connotación política del cabecita negra, el chori y la coca, en clave peronista. Y no sólo por pobre, sino porque reivindicamos lo positivo de estos años kirchneristas: somos negros pero nos puede ir bien, podemos viajar, podemos ir a la universidad, le pese a quien le pese. Nos interesa la connotación erótica, ya a Evita le decían yegua y a Cristina también, el combo quedó explosivo. Yo a veces busco en Google y lo que más aparece son comentarios de “la yegua de mierda”, “esta yegua hija de puta” y así... ella que es la más top (risas). Nos apropiamos del insulto y lo revertimos a tal punto que nosotros mismos decimos “che, ¿escuchaste a la yegua?”.
César Fois y Gabriel Sarmiento también forman parte del grupo que se nutre en imágenes de sus propias familias, barrios, amigxs, escenarios que dejan al natural, sin demasiada producción y cero retoque: lo que hay es un ojo entrenado y la esencia de algo que ellos mismos llevan adentro, desde siempre. “Mi abuela limpió pisos toda su vida, vivíamos en una casa con techo de chapa y calefón eléctrico pero amaba la ópera y leía muchísimo. Porque si no siempre está ese prejuicio de que el pobre no puede acceder a la cultura. Como si ser groncho te impidiera hacer las fotos cuidadas”, completan y Noe cuenta la historia de algunas de las imágenes.
Madre
Esta es mi vieja en el patio de su casa. Le digo “mami, vamos a hacer una foto, ponete lo que quieras” y me recibe así vestida. Obviamente es muy desinhibida con el cuerpo, cuando yo era chica, ella vivía en tetas. No tuve la gracia de heredarlas pero por suerte nos re parecemos. La historia de mi vieja es muy particular: ella fue prostituta toda su vida, y nunca se mintió eso en mi familia, se llevó siempre con mucha dignidad y orgullo, era con lo que nos bancaba. Ella decía “prefiero pagarle a la policía y no a un tipo que me cague a palos y me saque la mitad de la plata”, ésa fue siempre su bandera. Cada dos por tres caía en cana. Pero me crié en un ambiente de mucha solidaridad, de mucho cariño, yo fui súper amada, jamas vi una situación de violencia en mi infancia.
Hay que pasar el inv(f)ierno
A veces siento que me tengo que defender de ciertos sectores del feminismo que dice que no hay que usar tacos porque cosifican a la mujer, al final ¿esa postura no es machista? Si estamos defendiendo el derecho de usar y gozar del cuerpo... Esta foto la hicimos un poco como respuesta a esas críticas: ¿querés que mee de parada? Y ahí hicimos esta foto.
Mercado central
Cuando salió una nota nuestra en Perfil los comentarios eran “ay sí, la negra se embaraza para cobrar”, “qué negra catinga, ya vas a estar en Devoto, negra subsidiada”, y la verdad es que, en lugar de agraviarnos, cuando nos putean nos inspiran. Esta la hicimos cuando Macri puso la vagina con el cierre y nosotras respondimos con ésta y el lema: “Protegete del PRO”.
Ruth y Gladys
La Gladys es mi tía, que es la pareja de mi abuela, Ruth. Me crié con ellas dos. Yo le digo “la tía” pero es la novia de mi abuela, que siempre lo ocultó pero en el barrio todo el mundo lo sabía. Cuando salió la ley de matrimonio igualitario mi abuela empezó a decir que no quería ocultarse más. Nosotros habíamos pensado en organizarles el casamiento pero al tiempito murió. Con los nietos era una abuelita súper amorosa pero con ella era una turra, nada cariñosa. Y ésta fue la única vez que las vi darse un beso. Esa es su ropa, no hay producción.
Abuela Lipa
Es la abuela de Max. Cuando le pusimos la pipa pedía que le trajéramos el tabaco. Hay cosas acomodadas, obviamente, pero no armamos una puesta. Y la foto surge ahí, está la abuela y decimos “hagamos la foto”. Las redes sociales tienen eso, que muchas veces se pierde el contexto, entonces vos ves el culo de una mina suelto y bueno, es un mensaje, pero si ves todo nuestro trabajo, entendés mejor cómo viene. Hay gente que nos ha pedido disculpas. Pero bueno, el agravio muchas veces está, y no pasa nada, es parte también de lo viral.
Para saber los puntos de venta del libro y conocer todo el proyecto
yeguaygroncha.com
Facebook: Yegua y Groncha
Twitter: @yeguaygroncha
yeguaygroncha.com
Facebook: Yegua y Groncha
Twitter: @yeguaygroncha
epigrafe
No hay comentarios:
Publicar un comentario