Por Romina Pzellinsky *
En un bar, en un pueblo, en plena calle, de día, de noche. En las últimas semanas una serie alarmante de femicidios fueron cometidos en nuestro país. Estamos frente a una situación que presenta emergencias evidentes y requiere de nuestro mayor esfuerzo para procurar revertir y desandar los caminos de los distintos tipos de violencias contra las mujeres.
Los casos se multiplican y la diversidad de discursos sobre los homicidios cometidos contras las mujeres se nutren de ideas que no son nuevas, y sin duda pueden ser peligrosas. Porque era joven, porque salió sola, porque estaba en una fiesta, porque tiene muchas fotos en la web, porque tomó un taxi de noche, porque no amó, porque “lo dejó”, porque estaba embarazada, o simplemente porque era mujer.
A lo largo de estos dos años y medio de funcionamiento del Programa sobre Políticas de Género del Ministerio Público Fiscal de la Nación hemos identificado diversos problemas que se presentan en el abordaje de estos hechos. Algunos están vinculados a cuestiones estructurales del sistema de justicia y otros, por ejemplo, se relacionan con la ineficacia de las medidas de protección dictadas, la minimización del problema, la desvalorización de la palabra de la víctima y prácticas periciales innecesarias y reiteradas que se traducen en una desconfianza de su testimonio. Malas prácticas que tal vez tienen en su condición de producción aquellos discursos en los que las mujeres son de algún modo responsables.
Ante este diagnóstico, el programa realiza desde su creación un fuerte trabajo en materia de capacitación, asesoramiento y asistencia técnica a las fiscalías del Ministerio Público. El abordaje especializado desprovisto de estereotipos y prejuicios en los casos de violencia contra las mujeres permite no sólo reducir los índices de revictimización, sino también brindar respuestas adecuadas que responden a los estándares internacionales en la materia.
El positivo impacto cuantitativo se tradujo en una reducción en el número de causas archivadas. Asimismo, podemos destacar el incremento de las causas llevadas a la etapa de juicio oral, entre los que se pueden mencionar los resultados de una fiscalía que de 2012 a 2013 duplicó los casos que llegaron a esta instancia y mantuvo el mismo porcentaje durante 2014.
Aun así es tan indiscutible como preocupante el aumento de las denuncias que puede deberse a un mayor número de hechos de violencia, o bien a una disminución en la cifra negra correspondiente a esos sucesos que no eran denunciados, que eran “problemas de pareja” o quedaban “de la puerta para adentro”.
En cualquier caso no se pega por amor. El sistema de administración de justicia, junto con los otros poderes del Estado, tiene la responsabilidad insoslayable de garantizar a todas las mujeres una vida libre de violencia.
* Titular del programa de género del Ministerio Público Fiscal.
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