La diputada Laura Alonso reconoció que tramaron una estrategia para mantener en reserva el testimonio del funcionario. Pero admitió que no llegaron a avisarle: el fiscal falleció creyendo que debía declarar en público.
El fiscal federal Alberto Nisman estaba decidido a ir "con todo" a exponer al Congreso sobre su denuncia por encubrimiento de los imputados iraníes por el atentado contra la AMIA que involucraba a la presidenta, Cristina Fernández, pero había pedido que la audiencia fuese secreta. Lo que ignoraba era que esa exposición, prevista para el lunes 19 de enero a las 15, estaba suspendida. Nisman no iba a hablar en el Congreso, porque cinco legisladores –cuatro del PRO y uno de la UCR– habían decidido que no lo hiciera. Pero no llegaron a comunicárselo y, de hecho, Nisman murió sin saberlo.
El dato, hasta ahora desconocido, quedó registrado en la investigación que lleva adelante la fiscal Viviana Fein a raíz de la declaración testimonial que prestó la diputada del PRO Laura Alonso en febrero pasado.
Ella, junto con sus colegas del PRO Patricia Bullrich, Federico Pinedo y Cornelia Schmitd Lierman, más el aporte telefónico del diputado radical Mario Negri, habían resuelto que Nisman no iba a exponer ante el Congreso.
¿Cuándo lo decidieron? "El domingo 18 a las 18 horas, a pedido mío, nos reunimos los diputados Patricia Bullrich, Federico Pinedo y Cornelia Schmidt Lierman, y se sumó por alta voz en un par de ocasiones el diputado Mario Negri", explicó Alonso ante Fein. "En esa reunión se evaluó el clima de violencia verbal que se había generado en esos días por parte de voceros del oficialismo y decidimos que dado que la reserva no estaba garantizada para la reunión del día siguiente en la comisión de Legislación Penal, el fiscal no se presentaría ante la comisión."
Nisman, según la decisión de los legisladores opositores, "permanecería en alguna sala u oficina y no se lo invitaría a exponer, dado que las condiciones solicitadas por el fiscal no estaban dadas", declaró Alonso.
La reunión, queda dicho, ocurrió según Alonso el domingo 18 a las seis de la tarde. A esa hora, Nisman ya estaba muerto, aunque nadie lo sabía. Eran las horas frenéticas en que los custodios y su madre, Sara Garfunkel, pugnaban por abrir las puertas del departamento en cuyo interior estaba Nisman, porque desde el mediodía nadie respondía a los llamados.
La suspensión de la exposición de Nisman se la iba a comunicar la diputada también del PRO Patricia Bullrich –presidenta de la Comisión y quien lo había convocado junto con Alonso– el mismo lunes 19, el día previsto para la presencia en el Congreso, "por la mañana". Ello nunca ocurrió, porque el fiscal había fallecido, según los peritos oficiales, el domingo al mediodía, en tanto que los de la querella, que representan a su ex mujer, Sandra Arroyo Salgado, indican que fue asesinado el sábado por la noche.
Laura Alonso contó que fue Patricia Bullrich quien le pidió a Nisman que adelantara su presencia en el Congreso. El mismo día en que el fiscal presentó la denuncia, el 14 de enero, Bullrich declaró que le había propuesto que concurriera al día siguiente. Nisman pidió postergarlo. ¿Hasta cuándo? Alonso explica que su colega Bullrich "lo llamó y él le dijo que no tenía ningún inconveniente pero prefería que fuera el martes para prepararse durante el fin de semana. Bullrich le dijo que prefería que fuera el lunes, y acordaron el lunes 19 a las 15".
Nisman quería que las dos diputadas del PRO con las que mantenía un fluido contacto "conozcan la denuncia y la difundan".
Alonso ratificó que Nisman estaba preocupado porque suponía que lo iban a remover de la investigación por el atentado contra la mutual judía. "Me dijo que tenía información fidedigna que lo iban a apartar de la UFI AMIA porque el gobierno sabía que él estaba trabajando en la denuncia de encubrimiento", declaró Alonso. La supuesta decisión de correrlo de la causa debía ser canalizada a través de la Procuración General de la Nación. Sin embargo, Alonso recordó que Nisman le dijo que la jefa de los fiscales, Alejandra Gils Carbó, "lo había llamado en diciembre para decirle que había llegado una actuación donde se informaba que el nivel de amenazas se había elevado y le ofrecía más custodia, a lo que Nisman respondió en ese momento que no."
¿De dónde venía la relación de Nisman con Alonso? Según la diputada, el fiscal la llamó en 2014 para agradecerle una columna de opinión en contra del Memorando de con Irán publicada en el diario La Nación. Coincidieron el 27 de mayo de 2014 en una actividad de la Embajada de Israel en el hotel Panamericano, y al día siguiente se reunieron en el hotel Intercontinental. "No había por parte de Nisman un interés en el encuentro conmigo sólo por las aludidas publicaciones y mi posición respecto del Memorando, sino porque también soy vicepresidente de la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados", explicó la legisladora del PRO.
En aquella reunión, Nisman "comentó que seguía avanzando con la nueva investigación", supuestamente la del encubrimiento de los iraníes. "Yo le pedí que no me diera mayores detalles y que sólo respondiera por sí o por no a la siguiente pregunta: ¿si vos finalizás esta investigación y presentás la denuncia voy a tener que pedirle el juicio político a la presidenta?" La declaración de la diputada indica que Nisman "contestó", aunque no explica qué. «
El dato, hasta ahora desconocido, quedó registrado en la investigación que lleva adelante la fiscal Viviana Fein a raíz de la declaración testimonial que prestó la diputada del PRO Laura Alonso en febrero pasado.
Ella, junto con sus colegas del PRO Patricia Bullrich, Federico Pinedo y Cornelia Schmitd Lierman, más el aporte telefónico del diputado radical Mario Negri, habían resuelto que Nisman no iba a exponer ante el Congreso.
¿Cuándo lo decidieron? "El domingo 18 a las 18 horas, a pedido mío, nos reunimos los diputados Patricia Bullrich, Federico Pinedo y Cornelia Schmidt Lierman, y se sumó por alta voz en un par de ocasiones el diputado Mario Negri", explicó Alonso ante Fein. "En esa reunión se evaluó el clima de violencia verbal que se había generado en esos días por parte de voceros del oficialismo y decidimos que dado que la reserva no estaba garantizada para la reunión del día siguiente en la comisión de Legislación Penal, el fiscal no se presentaría ante la comisión."
Nisman, según la decisión de los legisladores opositores, "permanecería en alguna sala u oficina y no se lo invitaría a exponer, dado que las condiciones solicitadas por el fiscal no estaban dadas", declaró Alonso.
La reunión, queda dicho, ocurrió según Alonso el domingo 18 a las seis de la tarde. A esa hora, Nisman ya estaba muerto, aunque nadie lo sabía. Eran las horas frenéticas en que los custodios y su madre, Sara Garfunkel, pugnaban por abrir las puertas del departamento en cuyo interior estaba Nisman, porque desde el mediodía nadie respondía a los llamados.
La suspensión de la exposición de Nisman se la iba a comunicar la diputada también del PRO Patricia Bullrich –presidenta de la Comisión y quien lo había convocado junto con Alonso– el mismo lunes 19, el día previsto para la presencia en el Congreso, "por la mañana". Ello nunca ocurrió, porque el fiscal había fallecido, según los peritos oficiales, el domingo al mediodía, en tanto que los de la querella, que representan a su ex mujer, Sandra Arroyo Salgado, indican que fue asesinado el sábado por la noche.
Laura Alonso contó que fue Patricia Bullrich quien le pidió a Nisman que adelantara su presencia en el Congreso. El mismo día en que el fiscal presentó la denuncia, el 14 de enero, Bullrich declaró que le había propuesto que concurriera al día siguiente. Nisman pidió postergarlo. ¿Hasta cuándo? Alonso explica que su colega Bullrich "lo llamó y él le dijo que no tenía ningún inconveniente pero prefería que fuera el martes para prepararse durante el fin de semana. Bullrich le dijo que prefería que fuera el lunes, y acordaron el lunes 19 a las 15".
Nisman quería que las dos diputadas del PRO con las que mantenía un fluido contacto "conozcan la denuncia y la difundan".
Alonso ratificó que Nisman estaba preocupado porque suponía que lo iban a remover de la investigación por el atentado contra la mutual judía. "Me dijo que tenía información fidedigna que lo iban a apartar de la UFI AMIA porque el gobierno sabía que él estaba trabajando en la denuncia de encubrimiento", declaró Alonso. La supuesta decisión de correrlo de la causa debía ser canalizada a través de la Procuración General de la Nación. Sin embargo, Alonso recordó que Nisman le dijo que la jefa de los fiscales, Alejandra Gils Carbó, "lo había llamado en diciembre para decirle que había llegado una actuación donde se informaba que el nivel de amenazas se había elevado y le ofrecía más custodia, a lo que Nisman respondió en ese momento que no."
¿De dónde venía la relación de Nisman con Alonso? Según la diputada, el fiscal la llamó en 2014 para agradecerle una columna de opinión en contra del Memorando de con Irán publicada en el diario La Nación. Coincidieron el 27 de mayo de 2014 en una actividad de la Embajada de Israel en el hotel Panamericano, y al día siguiente se reunieron en el hotel Intercontinental. "No había por parte de Nisman un interés en el encuentro conmigo sólo por las aludidas publicaciones y mi posición respecto del Memorando, sino porque también soy vicepresidente de la comisión de juicio político de la Cámara de Diputados", explicó la legisladora del PRO.
En aquella reunión, Nisman "comentó que seguía avanzando con la nueva investigación", supuestamente la del encubrimiento de los iraníes. "Yo le pedí que no me diera mayores detalles y que sólo respondiera por sí o por no a la siguiente pregunta: ¿si vos finalizás esta investigación y presentás la denuncia voy a tener que pedirle el juicio político a la presidenta?" La declaración de la diputada indica que Nisman "contestó", aunque no explica qué. «
Junta médica: conclusiones para la semana próxima
» N.O.E.
La fiscal Viviana Fein tiene previsto tomar contacto con las conclusiones de la junta médica que analizó cómo murió Alberto Nisman a principios de la semana próxima. De todas formas, ya trascendieron coincidencias y disidencias entre los peritos oficiales y los de las partes.
La junta médica, según Fein, no puede leerse aisladamente sino en contexto con el peritaje criminológico, que se demorará aun una semana más.
Quedó claro que, tal como afirmaron los peritos de la querellante, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, no hubo espasmo cadavérico. Y sí hubo agonía. Corta, según consideran los expertos oficiales y el de la defensa del empleado informático Diego Lagomarsino; larga, según los querellantes.
Ese dato es el que alentó especulaciones sobre el eventual descarte de un suicidio. Lo cierto es que hasta ahora nada pone a una segunda persona en la escena de la muerte de Nisman.
El cuerpo de Nisman, efectivamente, tenía un golpe en la cabeza y otro en una pierna. Pero según la opinión mayoritaria de los facultativos que intervienen en la junta médica, no se trata de lesiones defensivas sino de golpes que pudieron producirse con la caída posterior al disparo.
En cuanto al peritaje criminalístico, los expertos no hallaron cuerpos interpuestos entre Nisman y las manchas de sangre que causó el disparo que terminó con su vida. Y creen que la puerta del baño estaba cerrada por la forma en que quedaron impregnadas las manchas hemáticas allí. Pero el trabajo todavía no está completo.
Ayer trascendió que surgió una complicación en el peritaje tecnológico. La jueza Fabiana Palmaghini liberó la totalidad del contenido de las computadoras y los teléfonos celulares, y los técnicos comenzaron a analizar los aparatos. Pero, a poco de avanzar, encontraron que en una computadora de uso personal de Nisman hay un virus de los denominados "troyanos". Y que a partir de su existencia fue factible la manipulación e incluso el borrado de archivos. ¿Ocurrió eso? Nada puede descartarse. Ni siquiera que hubiera habido una activación local de esa computadora el domingo 18 de enero por la noche, cuando Nisman ya estaba muerto.
La junta médica, según Fein, no puede leerse aisladamente sino en contexto con el peritaje criminológico, que se demorará aun una semana más.
Quedó claro que, tal como afirmaron los peritos de la querellante, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, no hubo espasmo cadavérico. Y sí hubo agonía. Corta, según consideran los expertos oficiales y el de la defensa del empleado informático Diego Lagomarsino; larga, según los querellantes.
Ese dato es el que alentó especulaciones sobre el eventual descarte de un suicidio. Lo cierto es que hasta ahora nada pone a una segunda persona en la escena de la muerte de Nisman.
El cuerpo de Nisman, efectivamente, tenía un golpe en la cabeza y otro en una pierna. Pero según la opinión mayoritaria de los facultativos que intervienen en la junta médica, no se trata de lesiones defensivas sino de golpes que pudieron producirse con la caída posterior al disparo.
En cuanto al peritaje criminalístico, los expertos no hallaron cuerpos interpuestos entre Nisman y las manchas de sangre que causó el disparo que terminó con su vida. Y creen que la puerta del baño estaba cerrada por la forma en que quedaron impregnadas las manchas hemáticas allí. Pero el trabajo todavía no está completo.
Ayer trascendió que surgió una complicación en el peritaje tecnológico. La jueza Fabiana Palmaghini liberó la totalidad del contenido de las computadoras y los teléfonos celulares, y los técnicos comenzaron a analizar los aparatos. Pero, a poco de avanzar, encontraron que en una computadora de uso personal de Nisman hay un virus de los denominados "troyanos". Y que a partir de su existencia fue factible la manipulación e incluso el borrado de archivos. ¿Ocurrió eso? Nada puede descartarse. Ni siquiera que hubiera habido una activación local de esa computadora el domingo 18 de enero por la noche, cuando Nisman ya estaba muerto.
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