Por Raúl Kollmann
La causa por la muerte de Alberto Nisman entra en etapa de definiciones con tres momentos decisivos. La fiscal Viviana Fein convocó a una nueva inspección ocular de criminalistas para el próximo jueves 23 en el baño del departamento de Nisman para determinar la posible mecánica de la muerte del fiscal: si estaba parado o arrodillado, cómo cayó y otros elementos decisivos en la polémica homicidio-suicidio. Cuatro días más tarde, el lunes 27, se hará la junta médica para establecer la hora de la muerte de Nisman, un dato clave que también incide en esa polémica. Y en los primeros días de mayo estaría la pericia de celulares y computadoras que permitiría marcar los horarios en los que Nisman aún estaba con vida. Ayer, dos médicos más, que intervinieron en la noche de la muerte del fiscal, declararon judicialmente que la puerta del baño estaba casi cerrada, obstruida por el cuerpo del fiscal, lo que impedía el ingreso o egreso de una persona. Esos testimonios suman a la hipótesis del suicidio, la que hoy se va imponiendo en la causa judicial.
- Mecánica. En la inspección ocular del 23 participarán el criminalista designado por Arroyo Salgado, Daniel Salcedo; el que nombró Maximiliano Rusconi, defensor de Diego Lagomarsino, Luis Olavarría, y cuatro peritos oficiales, dos criminalistas, un balístico y el médico legista de más trayectoria en la Policía Federal, Alfredo Sapag, titular de cátedra en la Universidad de Buenos Aires. El objetivo es determinar cuestiones que tienen que ver con la mecánica de la muerte de Nisman: si el fiscal estaba parado o arrodillado, en qué lugar del baño, cómo cayó, por qué el arma quedó bajó el hombro, por qué la vaina quedó entre las piernas del fiscal y, sobre todo, por qué hay sangre en los lugares donde se encontró la sangre. Dos de los peritos oficiales son justamente especialistas en proyección de la sangre. Esa inspección ocular será de máxima importancia para determinar si en el baño hubo una tercera persona o no.
- Puerta. Ayer hubo dos declaraciones importantísimas que sostienen otra prueba que respalda la hipótesis del suicidio. Los dos médicos que estuvieron en el baño la noche de la muerte del fiscal, la médica legista Gabriela Ester Piroso y el profesional de Swiss Medical José Raúl Carrera Mendoza, coincidieron en que la puerta estaba casi cerrada: “No pude abrirla mucho porque la cabeza estaba del lado que yo trataba de abrir y si empujaba mucho le iba a doblar el cuello”, señaló Carrera Mendoza. Piroso fue aún más precisa: sostuvo que Nisman estaba decúbito dorsal, que significa boca arriba, y sostuvo que “el paso era inaccesible para una persona”. Un tercer testimonio, el del martes de Sara Garfunkel, madre de Nisman, también fue contundente: la puerta del baño estaba cerrada. El custodio Armando Niz empujó un poco, lo que le permitió mirar y ver al fiscal muerto y que ella también pudo mirar apenas por esa abertura.
En la hipótesis de un homicidio, el supuesto asesino debió salir y dejar el cuerpo del fiscal bloqueando la puerta. Para lograrlo debió usar una soga, un alambre, para mover el cuerpo contra la puerta, lo que hubiera dejado marcas. Fuentes de la fiscalía relataron que la sangre en el baño estaba seca y era abundante, lo que hubiera hecho evidente cualquier arrastre. También confirmaron que no hay pisadas de sangre en ningún lugar del departamento. Esto último no sólo fue verificado por los peritos oficiales, sino también por los de Arroyo Salgado. Todo apunta a que no hubo otra persona en el baño, pero habrá que verificarlo con el estudio criminalístico.
- Pistola. El hallazgo de la Bersa calibre 22, propiedad de Nisman, en la baulera del edificio donde vive Sara Garfunkel, provocó ayer un duelo entre Sandra Arroyo Salgado y la fiscal Fein. La ex esposa de Nisman dijo que ese hallazgo “cambia todo”. La fiscal Fein, en cambio, afirmó que “no cambia nada”. Lo que sugiere Arroyo Salgado es que si Nisman tenía una pistola, no necesitaba pedir otra, algo que sí ocurrió según testimoniaron Lagomarsino y el custodio Rubén Benítez. Arroyo Salgado dice tácitamente que Lagomarsino y Benítez mienten y que fueron parte del plan homicida. En el caso de Lagomarsino sería bastante torpe: si participó del asesinato, no tiene lógica que haya dejado una pistola a su nombre en el baño. A la pregunta de por qué Nisman habría pedido una pistola prestada si tenía una, hay dos respuestas evidentes. La primera: no tenía el arma a mano; estaba en casa de su madre, lo que implicaba pedirle la llave de la baulera y darle alguna explicación; no parece imposible, pero era un obstáculo. Según contó Garfunkel, la Bersa seguramente quedó allí desde 2012, cuando Nisman se fue a vivir al departamento de su madre después de separarse de Arroyo Salgado. El arma estaba en una caja, envuelta en un paño y con la habilitación de 1993, la única vez que hizo el trámite. La segunda razón es más trascendente: el arma de la baulera no tenía proyectiles. Se revisó todo el lugar y no había ningún cartucho. De manera que era un arma que no podía usar porque, además, Nisman no tenía permiso de tenencia ni portación, por lo cual no podía comprar proyectiles.
De manera que si Nisman quería quitarse la vida mediante un disparo, no tenía ese sábado otra alternativa que pedir el arma prestada. Lo que se evidencia por las llamadas es que el fiscal estaba muy ansioso. Lo mandó a Lagomarsino desde Puerto Madero a su casa en Martínez a buscar la pistola. Cuando el técnico se demoraba lo llamó para ver qué ocurría. Lagomarsino le explicó que no quería sacar el arma en presencia de su esposa. Después, Nisman le hizo llevar el arma a Le Parc ese mismo sábado a las 20. Puede ser que Lagomarsino haya mentido sobre toda esa historia, pero las cámaras de los peajes y las llamadas certifican su relato. La versión es sólida, a menos que aparezcan pruebas en contrario.
Según trascendió ayer, la fiscalía investigó si existe alguna relación entre Lagomarsino y Benítez, los dos hombres que dicen que Nisman les pidió prestada un arma. Por lo que se determinó hasta ahora, no hay llamadas entre ellos ni testimonios que señalen algún vínculo. Sin embargo, Fein insistirá con esa pesquisa. Nuevamente, si ambos fueron parte de un supuesto plan criminal, no encaja el hecho de que haya quedado en el baño la Bersa 22 que Lagomarsino tiene inscripta en el Renar. Era como ponerle el sello del nombre y el apellido a ese crimen.
- Médicos. La hipótesis de Arroyo Salgado es que Lagomarsino fue parte del plan homicida y que la ejecución se produjo el sábado a la tarde o al anochecer, cuando el técnico informático estaba en el departamento de Le Parc, según él mismo testimonió y se acredita por las cámaras del edificio. La autopsia oficial, firmada por el forense Héctor Di Salvo, pero teniendo al lado a uno de los mayores expertos en autopsias, Fernando Trezza, y al decano del Cuerpo Médico Forense, Luis María Godoy, estableció la muerte en la media mañana o mediodía del domingo; mientras que los dos forenses de Arroyo Salgado, Osvaldo Raffo y Julio Ravioli, son los que afirman que las conclusiones de esa autopsia están equivocadas.
Fein fijó –tras largas objeciones de Arroyo Salgado– que se haga el 27 de abril la junta médica que debatirá todos los temas relacionados con la autopsia: la hora de la muerte, si hubo agonía o no, si hubo movimiento del cuerpo. Participarán Di Salvo, Trezza, el titular de la Morgue, un cardiólogo, un neurólogo y la médica legista Piroso, todos ellos por el lado oficial. Por parte de Arroyo Salgado, estarán Raffo y Ravioli, y por la defensa de Lagomarsino, Mariano Castex. La coordinación estará a cargo del decano Godoy. Como se sabe, los integrantes del Cuerpo Médico Forense dependen de la Corte Suprema.
- Informática. Recién en los primeros días de mayo se concluirá la pericia de celulares y computadoras. Está a cargo de la Policía Metropolitana y se adoptó un método más que lento: las cosas deben pasar primero por las manos de la jueza Fabiana Palmaghini, que es la que decide qué material es parte de la intimidad del fiscal y qué material es imprescindible para la causa. Según trascendidos, Nisman utilizó su celular y su Nextel hasta pasadas las 23 del sábado, lo que dejaría muy debilitada la hipótesis de Arroyo Salgado.
- Final. La fiscal Fein y su secretario desde hace 16 años, Bernardo Chirichela, consideran que la causa Nisman es la más importante que han tenido en su larga trayectoria. Es un secreto a voces que Fein se jubilará cuando termine este caso y lo considera un enorme desafío personal. A quien la quiera escuchar, le dice que no cerrará este expediente con el rótulo de muerte dudosa. “Trabajaré todo lo que sea necesario para esclarecer el caso. Voy a juntar las pruebas y llegaré a una definición”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario