El papel del Estado como eje central en la redistribución de la riqueza. La Anses como herramienta principal de cambio social. Y su nuevo desafío: la gestión en la provincia de Buenos Aires.
Dentro de la estructura del Estado, ¿es la Anses el organismo con mayor capacidad distributiva en la sociedad?
–En término de distribución de las riquezas, estoy casi seguro que es el organismo más importante. En su discurso ante el Congreso de la Nación, el 1º de marzo, la Presidenta hizo mención a un trabajo que nosotros realizamos que demuestra el efecto distributivo que tiene Anses comparado con diez años atrás, cuando tenía un efecto neutral, es decir, los ingresos que llegaban a Anses no generaban ningún efecto distributivo en la sociedad. Sin embargo, luego de una serie de decisiones políticas, eso cambió estructuralmente y seguramente va a cambiar estructuralmente a la sociedad. Permitieron que hoy, cuando ingresa un peso a Anses y ese peso se distribuye, es decir, se invierte socialmente a partir de los nuevos derechos, tenga un efecto distributivo en los sectores más postergados, en los de menores ingresos. Y esto nosotros lo explicamos básicamente en tres medidas. La primera fue aumentar la jubilación mínima más que el resto de las jubilaciones. Esa fue una medida de carácter distributivo; también el proceso de esta segunda inclusión jubilatoria, que está teniendo un récord: el martes entregamos la jubilación número 450.000 en menos de seis meses. Y la Asignación Universal por Hijo. Luego, hay que sumarle una profundización de medidas como es el salario familiar, el plan Progresar, el Procrear, pero esas tres fueron los pilares de distribución de los ingresos.
–Luego de priorizar el aumento de las jubilaciones y pensiones mínimas llegó la Ley de Movilidad Jubilatoria que elevó todas las escalas de jubilaciones.
–Así es. La primera decisión fue justamente, reparar, aumentar la mínima y darle un poco más de perspectiva debido a que venía muy postergada. Luego, a partir de la Ley de Movilidad Jubilatoria hubo aumentos generalizados y fueron comunes al conjunto de los jubilados. Pero, sin duda, la decisión de aumentar la mínima fue una decisión de prioridad política. La política tiene un sentido que prioriza. Recordemos que venimos de un sistema social que bajaba el 13% las jubilaciones, que no podía jubilar a los argentinos, y que tenía 4 millones y medio de aportantes. Hoy tenemos 9 millones de aportantes, que estaban sin capacidad de generar nuevas prestaciones. También hay que recordar que para jubilarse se tardaba años en la Argentina, con un sistema muy deficiente, que no actualizaba ningún tipo de jubilación. Venimos de un sistema quebrado, literalmente, que además estaba quebrado por una decisión política, porque gran parte de los ingresos del sistema eran desviados al sistema de AFJP, imperando una lógica privada, de un estado marginal que iba a la deriva.
–Anses rompe con el argumento neoliberal de que el Estado es ineficiente en la gestión, transparencia y administración de los fondos públicos. A qué factores lo atribuye?
–Primero, porque es una decisión política de fortalecer la inclusión. Segundo, porque la Presidenta tiene una posición contundente para que las cosas funcionen como tienen que funcionar y, naturalmente, como funcionario que respondo a ella, sigo y tengo la misma línea. Tercero, porque creemos que el Estado puede y debe ser eficiente. El martes, la Presidenta dio un dato que no es menor: la tarjeta Argenta, creada para los jubilados, es un ejemplo de eficiencia del rol del Estado y si fuera un banco estaría en el quinto lugar. Antes, los jubilados obtenían préstamos a tasas usureras de 180%, con abusos de todo tipo. ¿Qué hicimos noso-tros? Pusimos un tope de tasas para que justamente siga habiendo préstamos pero reales, concretos, sanos, genuinos. Ya llevamos entregadas 1.150.000 tarjetas, y más de 10 millones de pesos en créditos. La tasa es del 26% anual para 40 meses, o sea es más de lo que rinde un plazo fijo. Tenemos recupero seguro porque se descuenta del haber jubilatorio y además se contrata un seguro por lo cual si evidentemente hay una situación no deseada, efectivamente aparece el seguro. Todo ese trabajo lo hacemos con 40 personas. Entonces, evidentemente, podemos tener eficacia, rentabilidad, utilizar inteligentemente los recursos del Estado, incorporar sistemas, cumplir un rol social. Hay gente que se jubiló por primera vez y que nunca tuvo una tarjeta de crédito, y hoy accede al crédito, como dijo una señora los otros días: “Hoy me compré un electrodoméstico, un horno eléctrico, pasé por primera vez por una vidriera y no pensé que no lo podía comprar. Fui y lo compré porque lo necesitaba y bueno, ya sé que tengo los recursos y lo puedo pagar en el tiempo”.
–El cuestionamiento de la oposición al uso de la “plata de los jubilados” va perdiendo peso en los últimos tiempos; sin embargo hay candidatos como Mauricio Macri que insisten en que los fondos deberían volver a ser administrados por privados
–Vamos por parte. Siempre hay un cuestionamiento del uso de los fondos de Anses de aquellos para quienes este tipo de política le molesta, aquellos que creen que este tipo de política son un lujo, evidentemente es una cuestión filosófica, de convicción, de origen, de historia, de valores. Evidentemente, hay una diferencia muy profunda: para nosotros no son un lujo, son una necesidad, son un derecho, es una reparación. Frente a eso, siempre el atajo es deslegitimar. Me parece que la mejor manera de combatir ese tipo de cuestiones es haciéndolo eficientemente y de manera absolutamente trasparente. Nosotros determinamos derechos, no le decimos a alguien si nos vota o no nos vota, si nos quiere o no nos quiere para otorgar una jubilación u otorgar una Asignación Universal por Hijo o un plan Progresar. En la anterior moratoria, no digo en todos los casos pero sí gran parte, los trámites de jubilaciones y pensiones se habían hecho a través de gestores. Era tan difícil y tan complejo el proceso que el trabajador tenía que venir, preguntar, se asesoraba, y no tenía otra opción que ir a un contador o un abogado para que le tramitara su jubilación. Hoy, de los 450.000 casos que ya ingresaron, el 98% lo hizo sin gestores. Hicimos las cosas sencillas, paso 1, paso 2, paso 3, si tiene aportes los trae, la deuda no lo tiene que preparar un contador, la prepara Anses, el que emite certificados es Anses. Hicimos un acuerdo con la AFIP para trabajar trasparentemente, en conjunto, de manera sistemática. En síntesis, cuando funcionan los sistemas, cuando funciona el Estado y funciona la prioridad política, se van ordenando un montón de cosas. Entonces, cuando se diseña un Estado complejo, difícil, con trabas, hay una clara intencionalidad política porque quien gana en eso es el gestor, quien pierde es el humilde. Esto lo hemos logrado en todos estos años, desde la Asignación Universal, desde el Procrear, desde la tarjeta Argenta. Otro ejemplo es el del Procrear, que funciona con un sistema transparente, a través de la Lotería Nacional, donde nadie duda que haya un solo crédito que no sea transparente, cuando antes, todos los directores del Banco Hipotecario estaban acusados de dar a dedo los créditos.
–¿Cuál es el monto actual del Fondo de Garantía de Sustentabilidad?
–Cuando se produjo el traspaso de las AFJP, recibimos 98 mil millones de pesos y hoy tenemos más de 500 mil millones de pesos administrados por el Estado. Aumentó de manera significativa y nos ahorramos, el conjunto de los argentinos, 72 mil millones de pesos que hubiesen ido a comisiones de los ejecutivos de las administradoras privadas. Esto es una evidencia de que se pueden lograr buenos objetivos, que no se necesita de los grandes gurúes financieros para lograr los objetivos. Lo que se necesita es poner la política por encima de los intereses económicos, cuando la política ordena las prioridades de la sociedad, porque hay legitimidad, porque hay que darle respuesta a la sociedad, porque la política es ordenadora en ese sentido, naturalmente se alinean los objetivos. La Presidenta dijo recientemente que hemos tocado intereses, pero no hemos afectado intereses porque han ganado muchos y aquéllos sectores que efectivamente tienen algún tipo de crítica, incluso despiadada, con un profundo odio, como se ve en algunos actores, les ha ido bien y han tenido muy buenos resultados y han cumplido los objetivos. Hay intereses concretos, hay intereses que se tocaron: básicamente haber recuperado el fondo de las AFJP tocó los intereses de los gerentes de las AFJP, y son esos 72 mil millones de pesos menos en comisiones que hoy administra el Estado.
–Las políticas sociales, entre ellas la Asignación Universal por Hijo, fueron muy criticadas por amplios sectores de la oposición y resistida también por parte de la sociedad. ¿A qué atribuye que hoy casi ninguno de ellos la impugne?
–Yo dudo que las acepten, uno no es lo que no siente, lo que no percibe y lo que ha sido antes; entonces, si hay alguien que cree que vienen los chicos al mundo por una designación o que alguien trae una criatura al mundo por una asignación, por embarazo, si se cree que se consume por la droga, la canaleta de la droga y el alcohol, o si se cree que se embarazan las chicas, evidentemente no estoy diciendo cosas que no hayan dicho ellos, entonces hay un desprecio profundo de ese tipo de derechos y, naturalmente, lo que se desprecia en un momento se abandona, ¿no?
–Qué respuesta da al argumento que se esgrime de que el Procrear está solamente destinado a sectores medios y que no llega a los de menores ingresos?
–Por parte del Estado Nacional tenemos la política destinada para los sectores que no califican crediticiamente, que tiene que ver con los planes federales, que tiene que ver con ese tipo de políticas muy vinculadas también y transferidas a los institutos provinciales de vivienda. Y se ha avanzado mucho y entiendo que el Ministerio de Planificación, la Secretaría de Obras Públicas y Subsecretaría de Vivienda han trabajado fuertemente en avanzar en ese tipo de viviendas. Eso por un lado, y por otro lado, tenemos un crédito que justamente va a todos los sectores de trabajadores. Entiendo que el 27% de los créditos que otorga el Procrear son familias que ganan menos de $8.000, y el ingreso promedio medio de familias con $10.000, $12.000, $14.000, que tienen constancia de ingresos. Está preparado para el trabajador, hay muchos obreros, hay mucha relación de dependencia, mucho docente, trabajadores del sector público. Además, siempre la familia tiene algún ahorro, algún ingreso extra que quizá muchas veces no está declarado.
También los hay de ingresos más altos, hay familias de $25.000, $30.000 que acceden a este programa, pero la gran mayoría, cercana al casi el 60%, son de ingresos menores a los $16.000. Una de las demostraciones más contundentes de cómo funciona el plan es que de las 76.000 casas terminadas, pagando los créditos, hay sólo 32,34 casos de morosidad, de 76.000, 32 o 34 casos de quienes no pagaron. Cuando hay trabajo y la cuota es más o menos similar a la cuota de un alquiler, la cuota se paga.
–Cuál es su posición respecto del actual sistema tributario y, puntualmente, de los reclamos sobre impuesto al mínimo imponible en Ganancias?
–Respecto a Ganancias tengo una opinión muy concreta que es básicamente la responsabilidad que amerita llevar adelante los destinos del Anses y pagar todos los meses a 17 millones de argentinos. De cada 100 pesos, 20 que vienen al Anses son por ganancias, por lo cual, uno no puede tomar una decisión sin tener en cuenta lo que significan los ingresos. Eso con respecto al impuesto a las ganancias. Con respecto a la reforma fiscal, creo que ha habido un progresismo fiscal durante todos estos años, una gestión tributaria mucho más eficiente, mucho más eficaz. Por otro lado se han incorporado millones de trabajadores al sistema formal de trabajo, de aportes permanentes. Se ha avanzando mucho en materia de sistemas, y posiblemente haya muchas cosas por mejorar. Hay temas que suenan lindo, pero eso no significa que tengan efectos prácticos o de sustituir un impuesto por otro; por ejemplo, el impuesto a la renta financiera, en vez de ganancias, bueno, sí, suena bárbaro, cobrémosle a los bancos, hagamos todo lo que debemos hacer con el sistema financiero. No sólo evidentemente puede tener algún efecto en lo que es el ahorro, pero fundamentalmente no tienen capacidad de sustitución. Cuando uno gobierna evidentemente tiene que ser responsable con el cumplimiento de los compromisos asumidos, tiene que darle sustentabilidad en el tiempo y tiene que permitir, sí, al sistema tributario, que funcione la economía, que no la ahogue. Me parece que, más que las reformas, es importante que entremos en una conciencia de anclar la base imponible. Es decir que los 4 millones de trabajadores con trabajo informal tengan la cultura de la tributación, la cultura solidaria, que tengan los beneficios sociales que eso significa. Lo que sí está claro es que éste es un período de transición, nosotros tenemos que ir a una política de desarrollo económico, desarrollo industrial que permita mejorar la calidad del trabajo, generar más trabajo y que, producto de la generación del trabajo digno, los chicos estén contenidos en lo que es el salario familiar, la ayuda escolar y todos los derechos que significa el trabajo. Argentina, hasta el año 2030, 2035, entró en un período de transición demográfica. El envejecimiento poblacional significa que afecta notablemente la seguridad social y cuando se afecta notablemente la seguridad social evidentemente hablamos de un sector importante de la sociedad. Con lo cual, yo advierto que lo mejor es que trabajemos para una sociedad mucho más franca en el sentido de capacidad tributaria, en el sentido de los aportes, de contribuciones, de respeto y de cultura tributaria para fortalecer la cultura democrática. Me parece que ahí, entre la cultura democrática, la cultura tributaria y el concepto de solidaridad hay algo que los argentinos tenemos que replantearnos y mucho.
–Su precandidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires ha recibido importantes apoyos, entre ellos, recientemente, de la conducción de la CGT; las encuestas lo ubican muy bien. ¿Cómo aborda este nuevo desafío?
–Hoy tengo una responsabilidad que es muy fuerte en la Anses, que evidentemente es un lugar en el que uno puede dar respuestas a cuestiones cotidianas. Para quien entiende la política como una solución de las cuestiones cotidianas, evidentemente es un lugar donde uno ratifica la tarea. Independientemente de eso yo tengo una vocación, tengo ganas, y nos estamos preparando con un grupo de compañeros. Para mí sería un gran honor ser gobernador y tener esa responsabilidad, que es muy profunda y muy grande por la naturaleza de la provincia, de su escala e impacto en el país. Creo que lo más importante es que uno pueda ponerse a consideración del pueblo y pueda proponer desafíos y metas para movilizar a todas las instituciones, organizaciones, a todo un pueblo que realmente tiene vocación de crecer, vocación de avance. Y, en ese sentido, en el marco de un proyecto político que conduce claramente la Presidenta, que respetamos su liderazgo, su conducción, soy un hombre que trabajo con ella desde muy joven, en el marco de ese respeto y en el marco de nuestra historia, del peronismo, aunque hay muchos que no lo pueden entender, en ese marco, uno trata de ser una opción, que los compañeros, que el pueblo de la provincia de Buenos Aires tenga una opción con una profunda vocación transformadora, que mejore las cosas que haya que mejorar, que la provincia sea efectivamente la locomotora del tren de desarrollo de la argentina. No tengo dudas porque tiene todas las características. 20 universidades nacionales, 16 millones de cabezas de ganado, 40% de la producción de alimentos, 50% de las exportaciones industriales, más del 60% de la producción de autos, el complejo de puertos más importante que tiene la Argentina. Evidentemente, tiene una enorme potencialidad, dotada de un elevado complejo científico, y en la agroindustria, y también, a la par de todas estas ventajas, es una provincia con desigualdades muy profundas.
–En términos de inclusión usted ha mencionado en varias oportunidades la necesidad de ir a un sistema de educación de doble escolaridad en la escuela primaria, para los sectores de menos recursos.
–Sin duda, y en el sector primario, fundamentalmente. La educación pública tiene que ser la verdadera opción de los argentinos. Yo me formé en la escuela pública, jardín, primaria, secundaria, universidad pública, y esa escuela pública siempre fue de calidad en la argentina, aunque hubo momentos en los que transcurrió por momentos críticos. Ya sabemos lo que pasó en el neoliberalismo, ya sabemos lo que pasó con esa impronta. Y ahí apareció el fenómeno de que los trabajadores eligen la escuela privada. Los hijos de los profesionales, para quienes antes la primera opción era la escuela pública, que brindaba toda una visión, una estrategia, una rigurosidad, pasó a suplantarse por la escuela privada, que les ofrecía doble escolaridad, que los docentes no faltaran; pautas que eran algo normal y natural en el proceso de la escuela pública. Entonces, ha cambiado; en los sectores más humildes, una familia requiere que trabaje el hombre y la mujer, y en ese sentido no sólo están desprotegidos en términos de calidad, sino en cantidad de horas, de contención. En la provincia de Buenos Aires todavía nos falta construir muchos jardines de infantes, se ha construido muchísimo, pero faltan muchos más para que los chicos de entre 4 y 5 años estén en la aulas, es una materia pendiente.
–Qué cantidad estima necesaria para cubrir la necesidad planteada?
–Un total de 527 jardines. Ese es el cálculo de los que no están incluidos, que no están matriculados, son muy poquitos en salita de 5 y son más en salita de 4. La ley obliga que a partir de 4 años los chicos tienen que estar en el jardín. Y básicamente, lo que estamos proponiendo es además ir en un proceso de doble escolaridad. Hay experiencias, hay localidades que hasta el 20, 25% dispone de escuelas de doble jornada. Todo esto implica un desafío de infraestructura, un desafío con la comunidad docente. Hay mucho por trabajar con este sistema. Se invierte mucho, la provincia hace una inversión significativa, casi un 40% del presupuesto provincial es en materia educativa. Hubo un fuerte aumento en el presupuesto, a diferencia de lo que ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires, que se ha reducido.
–Cuáles son a su juicio las medidas más importantes a llevar a cabo en la provincia?
–Insisto en la educación, en línea con lo que trabajamos, con lo que destacaba antes, el tema educativo es central, porque más educación es mejor presente y mejor futuro y es igualdad de oportunidades y, aparte, la educación tiene una potencia igualadora notable. Creo que en materia de seguridad hay un tema de fondo que no se va a resolver mientras se tenga una sociedad con marginalidad, con desigualdades profundas. En el mientras tanto, la capacidad del Estado de actuar en materia de seguridad tiene que ser implacable. Y ahí me parece que hay cosas para reformar, para mejorar, hay una ley de policía judicial que está vigente pero no está en marcha, que considero que hay que ponerla en funcionamiento. También incluyo todo lo relativo al proceso penal, judicial y el proceso investigativo, que delegan en el Ministerio Público Fiscal todo el proceso de investigación, y que se encuentra en manos de la policía bonaerense como auxiliar de Justicia.
–Está de acuerdo con la política de seguridad que está llevando adelante el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires...
–Yo creo que aumentar la cantidad de efectivos y descentralizar algunas cuestiones, con el involucramiento serio y responsable de los intendentes, entendemos que es bueno, cuando hay una relación entre presencia policial y efectivamente la seguridad, la sensación, la prevención; ahora bien, no alcanza, no es una cuestión sólo de camaritas y de presencia policial, me parece que de fondo hay una cuestión mucho más fuerte y sí creo que hay que mejorar todo el funcionamiento, si bien ha mejorado mucho. Con lo que estamos muy entusiasmados es con una agencia provincial de delitos complejos. Creemos que ahí hay que tener los mejores cuadros policiales que tengan capacidad de investigar y combatir de manera profesional y muy equipada al delito complejo como son los casos de piratas del asfalto, trata, narcotráfico. Imagino un sistema de comisarías como una oficina de Anses, a la que se acuda y brinde seguridad, dé respuestas, organizadas en materia de trámites, donde cada denuncia o trámite se otorgue un comprobante.
–Cuál será la clave para que el Frente para la Victoria triunfe en la provincia de Buenos Aires?
–Hay que seguir siendo leal a nuestras convicciones y a nuestras banderas históricas, las banderas históricas del peronismo, las banderas que levantaron nuevamente Néstor y Cristina, no fallarle a los humildes. Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo, la verdad es que nadie puede negar que éste ha sido el gobierno que ha hecho más por lo humildes desde Perón y Evita. Con la Asignación, con los jubilados, con un proceso de inclusión muy fuerte, con los trabajadores, con infraestructuras muy claras, con la vuelta de los sectores medios populosos a las vacaciones, con la incorporación de millones de autos durante todos estos años, con la posibilidad de tener un televisor, un aire acondicionado, un lavarropa, una heladera. Y esos son los sectores medios populosos de trabajadores que ha generado históricamente el peronismo y que hoy vuelven a tener un reverdecer, con sus problemas, con sus vaivenes. Cuando la sociedad advierta todos los procesos de cambio que se han realizado, y cuando advierta que la alianza opositora que se ha formado que habla de cambio, es mentira, es volver al pasado. Y, por otro lado, insisto, y no estoy haciendo terrorismo, como dicen algunos, digo lo que ellos dicen, lo que ellos expresan y lo que ellos piensan y que, evidentemente, lo han manifestado públicamente, que ahora haya un consultor, que haya un Durán Barba que diga
“che, esto no lo digas porque no conviene”, evidentemente forma parte de una estrategia electoral. Pero las convicciones de ellos están intactas y tienen nostalgia por los ’90, y cuando la Argentina retrocede, achica al Estado, tiene políticas de trasferencia hacia los sectores privados de privilegio; y cuando se elije por los privilegiados y no por la inclusión, la Argentina puede sufrir un serio proceso de retroceso que nosotros no queremos.
–En término de distribución de las riquezas, estoy casi seguro que es el organismo más importante. En su discurso ante el Congreso de la Nación, el 1º de marzo, la Presidenta hizo mención a un trabajo que nosotros realizamos que demuestra el efecto distributivo que tiene Anses comparado con diez años atrás, cuando tenía un efecto neutral, es decir, los ingresos que llegaban a Anses no generaban ningún efecto distributivo en la sociedad. Sin embargo, luego de una serie de decisiones políticas, eso cambió estructuralmente y seguramente va a cambiar estructuralmente a la sociedad. Permitieron que hoy, cuando ingresa un peso a Anses y ese peso se distribuye, es decir, se invierte socialmente a partir de los nuevos derechos, tenga un efecto distributivo en los sectores más postergados, en los de menores ingresos. Y esto nosotros lo explicamos básicamente en tres medidas. La primera fue aumentar la jubilación mínima más que el resto de las jubilaciones. Esa fue una medida de carácter distributivo; también el proceso de esta segunda inclusión jubilatoria, que está teniendo un récord: el martes entregamos la jubilación número 450.000 en menos de seis meses. Y la Asignación Universal por Hijo. Luego, hay que sumarle una profundización de medidas como es el salario familiar, el plan Progresar, el Procrear, pero esas tres fueron los pilares de distribución de los ingresos.
–Luego de priorizar el aumento de las jubilaciones y pensiones mínimas llegó la Ley de Movilidad Jubilatoria que elevó todas las escalas de jubilaciones.
–Así es. La primera decisión fue justamente, reparar, aumentar la mínima y darle un poco más de perspectiva debido a que venía muy postergada. Luego, a partir de la Ley de Movilidad Jubilatoria hubo aumentos generalizados y fueron comunes al conjunto de los jubilados. Pero, sin duda, la decisión de aumentar la mínima fue una decisión de prioridad política. La política tiene un sentido que prioriza. Recordemos que venimos de un sistema social que bajaba el 13% las jubilaciones, que no podía jubilar a los argentinos, y que tenía 4 millones y medio de aportantes. Hoy tenemos 9 millones de aportantes, que estaban sin capacidad de generar nuevas prestaciones. También hay que recordar que para jubilarse se tardaba años en la Argentina, con un sistema muy deficiente, que no actualizaba ningún tipo de jubilación. Venimos de un sistema quebrado, literalmente, que además estaba quebrado por una decisión política, porque gran parte de los ingresos del sistema eran desviados al sistema de AFJP, imperando una lógica privada, de un estado marginal que iba a la deriva.
–Anses rompe con el argumento neoliberal de que el Estado es ineficiente en la gestión, transparencia y administración de los fondos públicos. A qué factores lo atribuye?
–Primero, porque es una decisión política de fortalecer la inclusión. Segundo, porque la Presidenta tiene una posición contundente para que las cosas funcionen como tienen que funcionar y, naturalmente, como funcionario que respondo a ella, sigo y tengo la misma línea. Tercero, porque creemos que el Estado puede y debe ser eficiente. El martes, la Presidenta dio un dato que no es menor: la tarjeta Argenta, creada para los jubilados, es un ejemplo de eficiencia del rol del Estado y si fuera un banco estaría en el quinto lugar. Antes, los jubilados obtenían préstamos a tasas usureras de 180%, con abusos de todo tipo. ¿Qué hicimos noso-tros? Pusimos un tope de tasas para que justamente siga habiendo préstamos pero reales, concretos, sanos, genuinos. Ya llevamos entregadas 1.150.000 tarjetas, y más de 10 millones de pesos en créditos. La tasa es del 26% anual para 40 meses, o sea es más de lo que rinde un plazo fijo. Tenemos recupero seguro porque se descuenta del haber jubilatorio y además se contrata un seguro por lo cual si evidentemente hay una situación no deseada, efectivamente aparece el seguro. Todo ese trabajo lo hacemos con 40 personas. Entonces, evidentemente, podemos tener eficacia, rentabilidad, utilizar inteligentemente los recursos del Estado, incorporar sistemas, cumplir un rol social. Hay gente que se jubiló por primera vez y que nunca tuvo una tarjeta de crédito, y hoy accede al crédito, como dijo una señora los otros días: “Hoy me compré un electrodoméstico, un horno eléctrico, pasé por primera vez por una vidriera y no pensé que no lo podía comprar. Fui y lo compré porque lo necesitaba y bueno, ya sé que tengo los recursos y lo puedo pagar en el tiempo”.
–El cuestionamiento de la oposición al uso de la “plata de los jubilados” va perdiendo peso en los últimos tiempos; sin embargo hay candidatos como Mauricio Macri que insisten en que los fondos deberían volver a ser administrados por privados
–Vamos por parte. Siempre hay un cuestionamiento del uso de los fondos de Anses de aquellos para quienes este tipo de política le molesta, aquellos que creen que este tipo de política son un lujo, evidentemente es una cuestión filosófica, de convicción, de origen, de historia, de valores. Evidentemente, hay una diferencia muy profunda: para nosotros no son un lujo, son una necesidad, son un derecho, es una reparación. Frente a eso, siempre el atajo es deslegitimar. Me parece que la mejor manera de combatir ese tipo de cuestiones es haciéndolo eficientemente y de manera absolutamente trasparente. Nosotros determinamos derechos, no le decimos a alguien si nos vota o no nos vota, si nos quiere o no nos quiere para otorgar una jubilación u otorgar una Asignación Universal por Hijo o un plan Progresar. En la anterior moratoria, no digo en todos los casos pero sí gran parte, los trámites de jubilaciones y pensiones se habían hecho a través de gestores. Era tan difícil y tan complejo el proceso que el trabajador tenía que venir, preguntar, se asesoraba, y no tenía otra opción que ir a un contador o un abogado para que le tramitara su jubilación. Hoy, de los 450.000 casos que ya ingresaron, el 98% lo hizo sin gestores. Hicimos las cosas sencillas, paso 1, paso 2, paso 3, si tiene aportes los trae, la deuda no lo tiene que preparar un contador, la prepara Anses, el que emite certificados es Anses. Hicimos un acuerdo con la AFIP para trabajar trasparentemente, en conjunto, de manera sistemática. En síntesis, cuando funcionan los sistemas, cuando funciona el Estado y funciona la prioridad política, se van ordenando un montón de cosas. Entonces, cuando se diseña un Estado complejo, difícil, con trabas, hay una clara intencionalidad política porque quien gana en eso es el gestor, quien pierde es el humilde. Esto lo hemos logrado en todos estos años, desde la Asignación Universal, desde el Procrear, desde la tarjeta Argenta. Otro ejemplo es el del Procrear, que funciona con un sistema transparente, a través de la Lotería Nacional, donde nadie duda que haya un solo crédito que no sea transparente, cuando antes, todos los directores del Banco Hipotecario estaban acusados de dar a dedo los créditos.
–¿Cuál es el monto actual del Fondo de Garantía de Sustentabilidad?
–Cuando se produjo el traspaso de las AFJP, recibimos 98 mil millones de pesos y hoy tenemos más de 500 mil millones de pesos administrados por el Estado. Aumentó de manera significativa y nos ahorramos, el conjunto de los argentinos, 72 mil millones de pesos que hubiesen ido a comisiones de los ejecutivos de las administradoras privadas. Esto es una evidencia de que se pueden lograr buenos objetivos, que no se necesita de los grandes gurúes financieros para lograr los objetivos. Lo que se necesita es poner la política por encima de los intereses económicos, cuando la política ordena las prioridades de la sociedad, porque hay legitimidad, porque hay que darle respuesta a la sociedad, porque la política es ordenadora en ese sentido, naturalmente se alinean los objetivos. La Presidenta dijo recientemente que hemos tocado intereses, pero no hemos afectado intereses porque han ganado muchos y aquéllos sectores que efectivamente tienen algún tipo de crítica, incluso despiadada, con un profundo odio, como se ve en algunos actores, les ha ido bien y han tenido muy buenos resultados y han cumplido los objetivos. Hay intereses concretos, hay intereses que se tocaron: básicamente haber recuperado el fondo de las AFJP tocó los intereses de los gerentes de las AFJP, y son esos 72 mil millones de pesos menos en comisiones que hoy administra el Estado.
–Las políticas sociales, entre ellas la Asignación Universal por Hijo, fueron muy criticadas por amplios sectores de la oposición y resistida también por parte de la sociedad. ¿A qué atribuye que hoy casi ninguno de ellos la impugne?
–Yo dudo que las acepten, uno no es lo que no siente, lo que no percibe y lo que ha sido antes; entonces, si hay alguien que cree que vienen los chicos al mundo por una designación o que alguien trae una criatura al mundo por una asignación, por embarazo, si se cree que se consume por la droga, la canaleta de la droga y el alcohol, o si se cree que se embarazan las chicas, evidentemente no estoy diciendo cosas que no hayan dicho ellos, entonces hay un desprecio profundo de ese tipo de derechos y, naturalmente, lo que se desprecia en un momento se abandona, ¿no?
–Qué respuesta da al argumento que se esgrime de que el Procrear está solamente destinado a sectores medios y que no llega a los de menores ingresos?
–Por parte del Estado Nacional tenemos la política destinada para los sectores que no califican crediticiamente, que tiene que ver con los planes federales, que tiene que ver con ese tipo de políticas muy vinculadas también y transferidas a los institutos provinciales de vivienda. Y se ha avanzado mucho y entiendo que el Ministerio de Planificación, la Secretaría de Obras Públicas y Subsecretaría de Vivienda han trabajado fuertemente en avanzar en ese tipo de viviendas. Eso por un lado, y por otro lado, tenemos un crédito que justamente va a todos los sectores de trabajadores. Entiendo que el 27% de los créditos que otorga el Procrear son familias que ganan menos de $8.000, y el ingreso promedio medio de familias con $10.000, $12.000, $14.000, que tienen constancia de ingresos. Está preparado para el trabajador, hay muchos obreros, hay mucha relación de dependencia, mucho docente, trabajadores del sector público. Además, siempre la familia tiene algún ahorro, algún ingreso extra que quizá muchas veces no está declarado.
También los hay de ingresos más altos, hay familias de $25.000, $30.000 que acceden a este programa, pero la gran mayoría, cercana al casi el 60%, son de ingresos menores a los $16.000. Una de las demostraciones más contundentes de cómo funciona el plan es que de las 76.000 casas terminadas, pagando los créditos, hay sólo 32,34 casos de morosidad, de 76.000, 32 o 34 casos de quienes no pagaron. Cuando hay trabajo y la cuota es más o menos similar a la cuota de un alquiler, la cuota se paga.
–Cuál es su posición respecto del actual sistema tributario y, puntualmente, de los reclamos sobre impuesto al mínimo imponible en Ganancias?
–Respecto a Ganancias tengo una opinión muy concreta que es básicamente la responsabilidad que amerita llevar adelante los destinos del Anses y pagar todos los meses a 17 millones de argentinos. De cada 100 pesos, 20 que vienen al Anses son por ganancias, por lo cual, uno no puede tomar una decisión sin tener en cuenta lo que significan los ingresos. Eso con respecto al impuesto a las ganancias. Con respecto a la reforma fiscal, creo que ha habido un progresismo fiscal durante todos estos años, una gestión tributaria mucho más eficiente, mucho más eficaz. Por otro lado se han incorporado millones de trabajadores al sistema formal de trabajo, de aportes permanentes. Se ha avanzando mucho en materia de sistemas, y posiblemente haya muchas cosas por mejorar. Hay temas que suenan lindo, pero eso no significa que tengan efectos prácticos o de sustituir un impuesto por otro; por ejemplo, el impuesto a la renta financiera, en vez de ganancias, bueno, sí, suena bárbaro, cobrémosle a los bancos, hagamos todo lo que debemos hacer con el sistema financiero. No sólo evidentemente puede tener algún efecto en lo que es el ahorro, pero fundamentalmente no tienen capacidad de sustitución. Cuando uno gobierna evidentemente tiene que ser responsable con el cumplimiento de los compromisos asumidos, tiene que darle sustentabilidad en el tiempo y tiene que permitir, sí, al sistema tributario, que funcione la economía, que no la ahogue. Me parece que, más que las reformas, es importante que entremos en una conciencia de anclar la base imponible. Es decir que los 4 millones de trabajadores con trabajo informal tengan la cultura de la tributación, la cultura solidaria, que tengan los beneficios sociales que eso significa. Lo que sí está claro es que éste es un período de transición, nosotros tenemos que ir a una política de desarrollo económico, desarrollo industrial que permita mejorar la calidad del trabajo, generar más trabajo y que, producto de la generación del trabajo digno, los chicos estén contenidos en lo que es el salario familiar, la ayuda escolar y todos los derechos que significa el trabajo. Argentina, hasta el año 2030, 2035, entró en un período de transición demográfica. El envejecimiento poblacional significa que afecta notablemente la seguridad social y cuando se afecta notablemente la seguridad social evidentemente hablamos de un sector importante de la sociedad. Con lo cual, yo advierto que lo mejor es que trabajemos para una sociedad mucho más franca en el sentido de capacidad tributaria, en el sentido de los aportes, de contribuciones, de respeto y de cultura tributaria para fortalecer la cultura democrática. Me parece que ahí, entre la cultura democrática, la cultura tributaria y el concepto de solidaridad hay algo que los argentinos tenemos que replantearnos y mucho.
–Su precandidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires ha recibido importantes apoyos, entre ellos, recientemente, de la conducción de la CGT; las encuestas lo ubican muy bien. ¿Cómo aborda este nuevo desafío?
–Hoy tengo una responsabilidad que es muy fuerte en la Anses, que evidentemente es un lugar en el que uno puede dar respuestas a cuestiones cotidianas. Para quien entiende la política como una solución de las cuestiones cotidianas, evidentemente es un lugar donde uno ratifica la tarea. Independientemente de eso yo tengo una vocación, tengo ganas, y nos estamos preparando con un grupo de compañeros. Para mí sería un gran honor ser gobernador y tener esa responsabilidad, que es muy profunda y muy grande por la naturaleza de la provincia, de su escala e impacto en el país. Creo que lo más importante es que uno pueda ponerse a consideración del pueblo y pueda proponer desafíos y metas para movilizar a todas las instituciones, organizaciones, a todo un pueblo que realmente tiene vocación de crecer, vocación de avance. Y, en ese sentido, en el marco de un proyecto político que conduce claramente la Presidenta, que respetamos su liderazgo, su conducción, soy un hombre que trabajo con ella desde muy joven, en el marco de ese respeto y en el marco de nuestra historia, del peronismo, aunque hay muchos que no lo pueden entender, en ese marco, uno trata de ser una opción, que los compañeros, que el pueblo de la provincia de Buenos Aires tenga una opción con una profunda vocación transformadora, que mejore las cosas que haya que mejorar, que la provincia sea efectivamente la locomotora del tren de desarrollo de la argentina. No tengo dudas porque tiene todas las características. 20 universidades nacionales, 16 millones de cabezas de ganado, 40% de la producción de alimentos, 50% de las exportaciones industriales, más del 60% de la producción de autos, el complejo de puertos más importante que tiene la Argentina. Evidentemente, tiene una enorme potencialidad, dotada de un elevado complejo científico, y en la agroindustria, y también, a la par de todas estas ventajas, es una provincia con desigualdades muy profundas.
–En términos de inclusión usted ha mencionado en varias oportunidades la necesidad de ir a un sistema de educación de doble escolaridad en la escuela primaria, para los sectores de menos recursos.
–Sin duda, y en el sector primario, fundamentalmente. La educación pública tiene que ser la verdadera opción de los argentinos. Yo me formé en la escuela pública, jardín, primaria, secundaria, universidad pública, y esa escuela pública siempre fue de calidad en la argentina, aunque hubo momentos en los que transcurrió por momentos críticos. Ya sabemos lo que pasó en el neoliberalismo, ya sabemos lo que pasó con esa impronta. Y ahí apareció el fenómeno de que los trabajadores eligen la escuela privada. Los hijos de los profesionales, para quienes antes la primera opción era la escuela pública, que brindaba toda una visión, una estrategia, una rigurosidad, pasó a suplantarse por la escuela privada, que les ofrecía doble escolaridad, que los docentes no faltaran; pautas que eran algo normal y natural en el proceso de la escuela pública. Entonces, ha cambiado; en los sectores más humildes, una familia requiere que trabaje el hombre y la mujer, y en ese sentido no sólo están desprotegidos en términos de calidad, sino en cantidad de horas, de contención. En la provincia de Buenos Aires todavía nos falta construir muchos jardines de infantes, se ha construido muchísimo, pero faltan muchos más para que los chicos de entre 4 y 5 años estén en la aulas, es una materia pendiente.
–Qué cantidad estima necesaria para cubrir la necesidad planteada?
–Un total de 527 jardines. Ese es el cálculo de los que no están incluidos, que no están matriculados, son muy poquitos en salita de 5 y son más en salita de 4. La ley obliga que a partir de 4 años los chicos tienen que estar en el jardín. Y básicamente, lo que estamos proponiendo es además ir en un proceso de doble escolaridad. Hay experiencias, hay localidades que hasta el 20, 25% dispone de escuelas de doble jornada. Todo esto implica un desafío de infraestructura, un desafío con la comunidad docente. Hay mucho por trabajar con este sistema. Se invierte mucho, la provincia hace una inversión significativa, casi un 40% del presupuesto provincial es en materia educativa. Hubo un fuerte aumento en el presupuesto, a diferencia de lo que ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires, que se ha reducido.
–Cuáles son a su juicio las medidas más importantes a llevar a cabo en la provincia?
–Insisto en la educación, en línea con lo que trabajamos, con lo que destacaba antes, el tema educativo es central, porque más educación es mejor presente y mejor futuro y es igualdad de oportunidades y, aparte, la educación tiene una potencia igualadora notable. Creo que en materia de seguridad hay un tema de fondo que no se va a resolver mientras se tenga una sociedad con marginalidad, con desigualdades profundas. En el mientras tanto, la capacidad del Estado de actuar en materia de seguridad tiene que ser implacable. Y ahí me parece que hay cosas para reformar, para mejorar, hay una ley de policía judicial que está vigente pero no está en marcha, que considero que hay que ponerla en funcionamiento. También incluyo todo lo relativo al proceso penal, judicial y el proceso investigativo, que delegan en el Ministerio Público Fiscal todo el proceso de investigación, y que se encuentra en manos de la policía bonaerense como auxiliar de Justicia.
–Está de acuerdo con la política de seguridad que está llevando adelante el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires...
–Yo creo que aumentar la cantidad de efectivos y descentralizar algunas cuestiones, con el involucramiento serio y responsable de los intendentes, entendemos que es bueno, cuando hay una relación entre presencia policial y efectivamente la seguridad, la sensación, la prevención; ahora bien, no alcanza, no es una cuestión sólo de camaritas y de presencia policial, me parece que de fondo hay una cuestión mucho más fuerte y sí creo que hay que mejorar todo el funcionamiento, si bien ha mejorado mucho. Con lo que estamos muy entusiasmados es con una agencia provincial de delitos complejos. Creemos que ahí hay que tener los mejores cuadros policiales que tengan capacidad de investigar y combatir de manera profesional y muy equipada al delito complejo como son los casos de piratas del asfalto, trata, narcotráfico. Imagino un sistema de comisarías como una oficina de Anses, a la que se acuda y brinde seguridad, dé respuestas, organizadas en materia de trámites, donde cada denuncia o trámite se otorgue un comprobante.
–Cuál será la clave para que el Frente para la Victoria triunfe en la provincia de Buenos Aires?
–Hay que seguir siendo leal a nuestras convicciones y a nuestras banderas históricas, las banderas históricas del peronismo, las banderas que levantaron nuevamente Néstor y Cristina, no fallarle a los humildes. Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo, la verdad es que nadie puede negar que éste ha sido el gobierno que ha hecho más por lo humildes desde Perón y Evita. Con la Asignación, con los jubilados, con un proceso de inclusión muy fuerte, con los trabajadores, con infraestructuras muy claras, con la vuelta de los sectores medios populosos a las vacaciones, con la incorporación de millones de autos durante todos estos años, con la posibilidad de tener un televisor, un aire acondicionado, un lavarropa, una heladera. Y esos son los sectores medios populosos de trabajadores que ha generado históricamente el peronismo y que hoy vuelven a tener un reverdecer, con sus problemas, con sus vaivenes. Cuando la sociedad advierta todos los procesos de cambio que se han realizado, y cuando advierta que la alianza opositora que se ha formado que habla de cambio, es mentira, es volver al pasado. Y, por otro lado, insisto, y no estoy haciendo terrorismo, como dicen algunos, digo lo que ellos dicen, lo que ellos expresan y lo que ellos piensan y que, evidentemente, lo han manifestado públicamente, que ahora haya un consultor, que haya un Durán Barba que diga
“che, esto no lo digas porque no conviene”, evidentemente forma parte de una estrategia electoral. Pero las convicciones de ellos están intactas y tienen nostalgia por los ’90, y cuando la Argentina retrocede, achica al Estado, tiene políticas de trasferencia hacia los sectores privados de privilegio; y cuando se elije por los privilegiados y no por la inclusión, la Argentina puede sufrir un serio proceso de retroceso que nosotros no queremos.
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