Desde el Vaticano, Francisco llamó a "distribuir la riqueza" y también a obtener "la universalización de los mercados libres al servicio de las familias".
Mensaje - Como en otras oportunidades, el ex cardenal Bergoglio solicitó "no desmantelar el Estado de bienestar" - Foto: AP
Desde el Vaticano, el Papa Francisco volvió a pronunciarse sobre la situación económica global y, una vez más, cuestionó a los "bancos de especulación", pidió que no se "desmantele" el Estado de bienestar y marcó que "hacen falta reformas profundas" que prevean dos tipos de redistribución: por un lado, aquella que busque redistribuir "la riqueza y la universalización de los mercados libres al servicio de las familias" y, por el otro, una "redistribución de la soberanía, tanto en ámbito nacional como en el supranacional''.
El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica mantuvo su posición histórica respecto a temas como la especulación financiera sin límites y la exclusión social generadas en la mayoría de los países del mundo como resultado de esa práctica económica.
El Papa alertó sobre el problema que surge del "desequilibrio" persistente "entre los sectores económicos, la remuneración, los bancos comerciales, los bancos de especulación, las instituciones y los problemas globales". Para Francisco, "por una parte hacen falta reformas profundas, que prevean la redistribución de la riqueza y la universalización de los mercados libres al servicio de las familias y, por otra, la redistribución de la soberanía, tanto en el ámbito nacional como en el supranacional''.
El ex cardenal Jorge Bergoglio también tocó un tema que hasta la actualidad continúa siendo eje de debate y puja entre diferentes corrientes políticas, ideológicas y económicas: el rol del Estado en el destino de los pueblos. "El Estado social de derecho –advirtió– no puede ser desmantelado, sobre todo el derecho fundamental del trabajo, esto no puede ser considerado una variable dependiente de los mercados financieros o monetarios". El religioso consideró que "es un bien fundamental para la dignidad de las personas, para la formación de una familia y la realización del bien común y de la paz".
Otra de las principales críticas del Papa al sistema económico fue "la explotación del desequilibrio internacional en el coste del trabajo, que pesa sobre miles de millones de personas que viven con menos de dos dólares al día". Por ello, pidió crear "mecanismos de tutela del trabajo y del medioambiente ante la creciente ideología consumista".
No es la primera vez que Francisco se pronuncia en esta línea. En junio pasado, según la agencia ANSA, el Papa consideró inadmisible que "pocos prosperen recurriendo a la especulación financiera mientras muchos sufren duramente las consecuencias". Durante la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, Francisco dijo a los jóvenes: "Miren, yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca (…) porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos". El Sumo Pontífice se refirió a la "exclusión de los ancianos y exclusión de los jóvenes" y sostuvo que "el porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, es muy alto, y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo". «
El Sumo Pontífice de la Iglesia Católica mantuvo su posición histórica respecto a temas como la especulación financiera sin límites y la exclusión social generadas en la mayoría de los países del mundo como resultado de esa práctica económica.
El Papa alertó sobre el problema que surge del "desequilibrio" persistente "entre los sectores económicos, la remuneración, los bancos comerciales, los bancos de especulación, las instituciones y los problemas globales". Para Francisco, "por una parte hacen falta reformas profundas, que prevean la redistribución de la riqueza y la universalización de los mercados libres al servicio de las familias y, por otra, la redistribución de la soberanía, tanto en el ámbito nacional como en el supranacional''.
El ex cardenal Jorge Bergoglio también tocó un tema que hasta la actualidad continúa siendo eje de debate y puja entre diferentes corrientes políticas, ideológicas y económicas: el rol del Estado en el destino de los pueblos. "El Estado social de derecho –advirtió– no puede ser desmantelado, sobre todo el derecho fundamental del trabajo, esto no puede ser considerado una variable dependiente de los mercados financieros o monetarios". El religioso consideró que "es un bien fundamental para la dignidad de las personas, para la formación de una familia y la realización del bien común y de la paz".
Otra de las principales críticas del Papa al sistema económico fue "la explotación del desequilibrio internacional en el coste del trabajo, que pesa sobre miles de millones de personas que viven con menos de dos dólares al día". Por ello, pidió crear "mecanismos de tutela del trabajo y del medioambiente ante la creciente ideología consumista".
No es la primera vez que Francisco se pronuncia en esta línea. En junio pasado, según la agencia ANSA, el Papa consideró inadmisible que "pocos prosperen recurriendo a la especulación financiera mientras muchos sufren duramente las consecuencias". Durante la Jornada Mundial de la Juventud en 2013, Francisco dijo a los jóvenes: "Miren, yo pienso que, en este momento, esta civilización mundial se pasó de rosca (…) porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos". El Sumo Pontífice se refirió a la "exclusión de los ancianos y exclusión de los jóvenes" y sostuvo que "el porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo, sin empleo, es muy alto, y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo". «
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