Por Andrew Grice *
Un alto miembro laborista del Parlamento advirtió que el partido está perdiendo sus partidarios de la clase trabajadora a manos de UKIP, porque está dirigido por una “elite” que no los entiende. Frank Field acusó a Ed Miliband de cometer el mismo error que Tony Blair, dando por sentado a los votantes tradicionales del partido, ya que no tenían “otro lugar donde ir”. El ex ministro de Bienestar dijo que muchos de los cinco millones de seguidores que el Partido Laborista perdió desde 1997 pasaron a ser no votantes, y “políticamente sin hogar” a respaldar a UKIP.
En una crítica a Miliband, Field dice en un nuevo libro: “Una parte considerable de los votantes ex laboristas fueron ahuyentados por las políticas impulsadas por una elite del partido, en gran parte de la clase no trabajadora, con la que a estos ex votantes les resulta difícil simpatizar y viceversa”.
El ataque del miembro del Parlamento Birkenhead viene del Laborismo Azul: forjar una nueva política, que saldrá el próximo mes de febrero. El laborismo Azul es un grupo dentro del partido que tiene como objetivo recuperar a los votantes de la clase trabajadora con una apelación basada en “la fe, la familia y la bandera”.
Hay preocupación entre los parlamentarios laboristas sobre la amenaza de UKIP después de que el laborismo salió cerca de Heywood y Middleton en la elección parcial de este mes. Algunas figuras laboristas temen que los partidarios tradicionales laboristas que respaldaron a UKIP en las elecciones europeas de este año vayan a seguir con él en las elecciones generales de mayo. “No es más una protesta excepcional”, dijo un miembro del gabinete.
Field escribe que la caída del voto laborista –de 13,5 millones, en 1997, a 8,6 millones, en 2010– no fue impulsada únicamente por “alienación económica”, sino por fuerzas “culturales y éticas”. Le pide al laborismo que se comprometa a poner fin al libre movimiento del laborismo dentro de la UE, que él cree que galvanizaría a los votantes perdidos del partido, ya que encajaría con su idea de una “buena sociedad”. Advierte: “Sin un control fundamental de las fronteras nada puede evitar que otros 7 millones de inmigrantes, que llegan a Gran Bretaña durante la próxima década y media, hagan igual que los 7 millones que entraron en el país desde 1997”. Field también insta al liderazgo del laborismo a convertir su cita “algo por algo” sobre el sistema de beneficios en una política firme.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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