Faltan 60 días para que se cumpla la Cláusula RUFO. Por Eduardo Anguita.
Qué define el escenario: la economía o la política? Faltan algo más de dos meses para que la disputa con los fondos buitre tenga una instancia de negociación o acuerdo. Ya no hay analistas o economistas que descrean de la posibilidad de desanudar el conflicto con los tenedores de títulos que quedaron fuera de los canjes de 2005 y 2010 una vez que quede sin efecto la cláusula RUFO. Es decir, desde el primer día hábil de 2015 la Argentina podrá poner en marcha algún mecanismo para acordar no sólo con quienes ganaron el juicio en los estrados de Nueva York sino también con ese 3,4% que hasta ahora no aceptó reestructurar los títulos en default de 2001. Pero, claro, el tránsito de los últimos cuatro meses deja sus huellas en la economía argentina. Por la falta de dólares, por la fuerte restricción a las importaciones, por la recesión y también por, de modo acotado, por la incidencia en el empleo. Cualquiera hubiera pensado que el desafío asumido por el Gobierno contra la decisión de la Justicia norteamericana podría haberlo debilitado en el terreno político y, al mismo tiempo, abrirles oportunidades a las fuerzas opositoras. Hasta ahora, y conviene no hacer pronósticos o profecías, por el contrario, en el Frente para la Victoria se produjo un acercamiento entre distintos sectores. Es más, podría decirse que la principal novedad es el acercamiento entre el núcleo duro del kirchnerismo y el sciolismo. Si bien Cristina no hizo referencias en sus múltiples apariciones públicas, varios referentes de La Cámpora dieron muestras de cercanía al tiempo que el ministro de Infraestructura bonaerense, Alejandro Arlía, y el asesor económico de Scioli, Miguel Bein, entre otros, sostuvieron con fuerza la estrategia oficial con los buitres. El detalle es que tanto Arlía como Bein dan por sentado que vencida la RUFO viene la instancia negociadora. A su vez, tanto Jorge Capitanich como Axel Kicillof, voceros principales de la Presidenta en estos temas, no niegan.
Tanto Cristina como Scioli se fortalecieron en este escenario plagado de incertidumbres. La Presidenta porque toma la iniciativa todo el tiempo. En temas distintos e, incluso, con posiciones contradictorias, algunas de ellas para mostrar que “fija agenda”, como hablar de los delitos flagrantes, la expulsión de extranjeros que delinquen, conceptos que ideológicamente chocan con “a la izquierda la pared”. La realidad es que a la izquierda que corta la Panamericana le tocaron el gas pimienta y las balas de goma, como parte también de estos volantazos hacia la derecha destinados a mostrar autoridad. Aunque todavía no empezó noviembre, en el Gobierno hay preocupación por diciembre. Está presente la sombra de los calores, los cortes de luz y las rebeliones policiales de fines de 2013. El jueves, con apenas algo más de 30 grados, ya hubo algunos problemas en el suministro eléctrico en Lugano y Pompeya (Edesur) y en la zona norte del gran Buenos Aires (Edenor). Este tema fue tomado por el Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido, desde varios lados. La compañía Cammesa –que administra el mercado mayorista de electricidad– le dio fondos a Edenor para afrontar los gastos eventuales de reparación en casos de corte de suministro (más personal, horas extras). Edesur aumentó la cantidad de grupos electrógenos. También está previsto aumentar la dotación de call centers para evitar la falta de atención al cliente de diciembre y enero pasados. El Ministerio de Planificación está en diálogo con los intendentes para atender las demandas eventuales desde los municipios. Las tareas en marcha son el resultado de la creación del Fondo para Obras de Consolidación y Expansión de la Distribución Eléctrica (Focede), creado en enero pasado, en el medio de los conflictos creados por la falta de inversión por parte de las empresas y de una inacción notable del Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE), que llegó al colmo de dar asueto al personal los días de las fiestas navideñas para no pagar las horas extras.
Los cortes de luz fueron el caldo de cultivo para los saqueos y las revueltas policiales. Por eso, además de la tarea de De Vido, quedan algunas preguntas: ¿Las fuerzas federales y provinciales están bajo control? ¿Los grupos de lúmpenes y de choque alimentados por la marginalidad, el narco y las bandas mixtas están bajo control? Nada tienen que ver las demandas de los trabajadores y los conflictos gremiales con eventuales focos de disturbio. Por eso, el reparto de balas de goma y de gas pimienta como gesto de autoridad estatal parece más bien que a la derecha no está la pared. Las insistentes afirmaciones de Jorge Capitanich de que lo que pasa en la puerta de Lear es un tema político y no gremial resulta una visión del pleistoceno: el peronismo es la mejor muestra de una cosa va de la mano de la otra.
Tanto Cristina como Scioli se fortalecieron en este escenario plagado de incertidumbres. La Presidenta porque toma la iniciativa todo el tiempo. En temas distintos e, incluso, con posiciones contradictorias, algunas de ellas para mostrar que “fija agenda”, como hablar de los delitos flagrantes, la expulsión de extranjeros que delinquen, conceptos que ideológicamente chocan con “a la izquierda la pared”. La realidad es que a la izquierda que corta la Panamericana le tocaron el gas pimienta y las balas de goma, como parte también de estos volantazos hacia la derecha destinados a mostrar autoridad. Aunque todavía no empezó noviembre, en el Gobierno hay preocupación por diciembre. Está presente la sombra de los calores, los cortes de luz y las rebeliones policiales de fines de 2013. El jueves, con apenas algo más de 30 grados, ya hubo algunos problemas en el suministro eléctrico en Lugano y Pompeya (Edesur) y en la zona norte del gran Buenos Aires (Edenor). Este tema fue tomado por el Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido, desde varios lados. La compañía Cammesa –que administra el mercado mayorista de electricidad– le dio fondos a Edenor para afrontar los gastos eventuales de reparación en casos de corte de suministro (más personal, horas extras). Edesur aumentó la cantidad de grupos electrógenos. También está previsto aumentar la dotación de call centers para evitar la falta de atención al cliente de diciembre y enero pasados. El Ministerio de Planificación está en diálogo con los intendentes para atender las demandas eventuales desde los municipios. Las tareas en marcha son el resultado de la creación del Fondo para Obras de Consolidación y Expansión de la Distribución Eléctrica (Focede), creado en enero pasado, en el medio de los conflictos creados por la falta de inversión por parte de las empresas y de una inacción notable del Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE), que llegó al colmo de dar asueto al personal los días de las fiestas navideñas para no pagar las horas extras.
Los cortes de luz fueron el caldo de cultivo para los saqueos y las revueltas policiales. Por eso, además de la tarea de De Vido, quedan algunas preguntas: ¿Las fuerzas federales y provinciales están bajo control? ¿Los grupos de lúmpenes y de choque alimentados por la marginalidad, el narco y las bandas mixtas están bajo control? Nada tienen que ver las demandas de los trabajadores y los conflictos gremiales con eventuales focos de disturbio. Por eso, el reparto de balas de goma y de gas pimienta como gesto de autoridad estatal parece más bien que a la derecha no está la pared. Las insistentes afirmaciones de Jorge Capitanich de que lo que pasa en la puerta de Lear es un tema político y no gremial resulta una visión del pleistoceno: el peronismo es la mejor muestra de una cosa va de la mano de la otra.
¿Qué pasó con las fuerzas opositoras en estos meses? Para saber que a la derecha hay una amplia gama de matices, basta consignar que Mauricio Macri y Sergio Massa, por supuesto por separado, se reunieron el pasado jueves con el ex presidente Álvaro Uribe, quien viajó a Buenos Aires para transmitir su preocupación “por la expansión del narcotráfico y el crimen organizado”. Tras el encuentro, Massa no anduvo con vueltas: “La violencia y el narcotráfico necesitan que se los enfrente de manera brutal. Se necesita toda la fuerza del Estado para combatir el narcotráfico, el lavado de dinero y lo que tiene que ver con la logística del delito”. Además, destacó las enseñanzas que le brindó el general (de la Policía Nacional de Colombia) Oscar Naranjo, quien se retiró de la actividad distanciado del presidente Juan Manuel Santos y que forma parte de la camada de uniformados que combinaron la lucha contra los carteles de Cali y Medellín con la organización de grupos paramilitares. En Colombia, en los años de la guerra contra las drogas fueron exterminadas cerca de 200.000 personas. El mismo Uribe tiene un expediente abierto en la DEA (una agencia de persecución a los narcos de Estados Unidos) acusado de ser parte de ese entramado entre grupos narcos y paramilitares. Pero el tiempo cura esos pecados: el general Naranjo, tras dejar la Policía de Colombia fue fichado por la propia DEA.
El anfitrión de Uribe en su visita de esta semana fue Aquiles Gorini, que preside la Federación Panamericana de Seguridad y la Federación Argentina de Cámaras de Empresas de Seguridad. Su formación fue en la Policía Federal Argentina, incluyendo el área de Inteligencia, y en la actualidad forma parte del entramado de los negocios oscuros entre agencias públicas y privadas, un sector que crece no solo de la mano de las cámaras y los botones antipático sino de investigaciones privadas y de prestación de diversos servicios en empresas y barrios privados. Lo que se celebró en Buenos Aires fue el XII Congreso Internacional de la federación que preside Gorini. La edición anterior fue hace un año y se realizó en Medellín, Colombia. En esa oportunidad, Uribe distinguió a Gorini.
El anfitrión de Uribe en su visita de esta semana fue Aquiles Gorini, que preside la Federación Panamericana de Seguridad y la Federación Argentina de Cámaras de Empresas de Seguridad. Su formación fue en la Policía Federal Argentina, incluyendo el área de Inteligencia, y en la actualidad forma parte del entramado de los negocios oscuros entre agencias públicas y privadas, un sector que crece no solo de la mano de las cámaras y los botones antipático sino de investigaciones privadas y de prestación de diversos servicios en empresas y barrios privados. Lo que se celebró en Buenos Aires fue el XII Congreso Internacional de la federación que preside Gorini. La edición anterior fue hace un año y se realizó en Medellín, Colombia. En esa oportunidad, Uribe distinguió a Gorini.
¿Qué pasa con el radicalismo? Volviendo a Macri y a Massa, está claro que las encuestas les confirman su favoritismo por los temas de seguridad y por eso se muestran con Uribe. En cuanto al armado político, ambos también quieren cosechar por el lado del desunido frente UNEN que no logró colocar un precandidato en el pelotón de los presidenciables. Hermes Binner no pudo levantar cabeza por la espantosa gestión de seguridad del socialismo santafecino al tiempo que Julio Cobos no fue aceptado por sus viejos correligionarios, entre los cuales está el también mendocino Ernesto Sanz, quien se precandidatea a sabiendas de que solo podrá aspirar a ser un interlocutor de algunos caudillos provinciales del viejo partido de Alem e Yrigoyen. El radicalismo puede colocar algunos gobernadores y diputados en una jugada audaz si acepta partir sus fuerzas en la eventualidad de que algunos acompañen a Macri y otros a Massa. Este último ya se mostró con José Cano, el diputado y precandidato que el radicalismo tiene en Tucumán. En La Rioja, Massa fichó a Ismael Bordagaray, el intendente de Famatina que se opuso a la minería a cielo abierto y que fue maltratado por el gobernador Luis Beder Herrera. Quizá la jugada más ambiciosa haya sido mostrarse con el jujeño Gerardo Morales pero también tiene una jugada muy fuerte con el santacruceño Eduardo Costa, ambos bien posicionados en sus provincias. Otros radicales que juegan con el tigrense son, en Catamarca, Eduardo Brizuela del Moral y en Neuquén Horacio Pechi Quiroga.
Macri todavía no decidió si profundizará la idea de seguir sumando figuras del espectáculo y el fútbol, entre los cuales se destacan el riojano Ramón Díaz, el pampeano Carlos Mac Allister y el cordobés Héctor Baldassi. Desde hace unos años, Gabriela Michetti se inclinaba por un entendimiento con el mendocino Ernesto Sanz, un vínculo fogoneado por el empresario Paolo Rocca. Pero Mauricio Macri acaba de tensar la relación con el CEO de Techint y con eso abre un interrogante acerca de las relaciones entre sectores del radicalismo y el PRO.
Hasta ahora, no obstante la buena performance de Macri y Massa como buenos aspirantes a la Casa Rosada, es incierto cuáles serán las alianzas que lograrán. Ambos están sólidos en sus distritos, pero no cuentan con un armado nacional estable. Tienen, formalmente, hasta mayo de 2015 para inscribir alianzas pero la campaña ya está lanzada. Massa confiaba con fisuras en el Frente para la Victoria para fortalecer su espacio político y por ahora sólo pudo mostrarse con algunas figuras del radicalismo, siempre proclives a las marchas y contramarchas. Macri, en cambio, una vez más, se muestra renuente a confiar en otros y, en política, convertir la intención de voto de los encuestadores en votos reales es el resultado del armado político y electoral.
Macri todavía no decidió si profundizará la idea de seguir sumando figuras del espectáculo y el fútbol, entre los cuales se destacan el riojano Ramón Díaz, el pampeano Carlos Mac Allister y el cordobés Héctor Baldassi. Desde hace unos años, Gabriela Michetti se inclinaba por un entendimiento con el mendocino Ernesto Sanz, un vínculo fogoneado por el empresario Paolo Rocca. Pero Mauricio Macri acaba de tensar la relación con el CEO de Techint y con eso abre un interrogante acerca de las relaciones entre sectores del radicalismo y el PRO.
Hasta ahora, no obstante la buena performance de Macri y Massa como buenos aspirantes a la Casa Rosada, es incierto cuáles serán las alianzas que lograrán. Ambos están sólidos en sus distritos, pero no cuentan con un armado nacional estable. Tienen, formalmente, hasta mayo de 2015 para inscribir alianzas pero la campaña ya está lanzada. Massa confiaba con fisuras en el Frente para la Victoria para fortalecer su espacio político y por ahora sólo pudo mostrarse con algunas figuras del radicalismo, siempre proclives a las marchas y contramarchas. Macri, en cambio, una vez más, se muestra renuente a confiar en otros y, en política, convertir la intención de voto de los encuestadores en votos reales es el resultado del armado político y electoral.
¿Podrá haber alguna sorpresa en la oposición? Desde ya, el escenario es tan abierto como confuso. Si UNEN se desune formalmente quedarán algunas figuras como Elisa Carrió, que pueden aspirar a generar más desorden todavía en ese espacio, a través de confesiones como la que días pasados le hizo a Jorge Lanata cuando en Radio Mitre, muy suelta de cuerpo, dijo que había llamado a los directivos de Clarín y La Nación para “articular una estrategia”. El Grupo Clarín va a ser un factor, sin dudas, importante en el armado político. Por necesidad propia, para sumar compromisos contra la aplicación de la ley de medios, y porque a falta de partidos articulados, Macri y Massa van a depender aún más del soporte de ese multimedios. En cambio, la Mesa de Enlace parece declinar y no parece ser un factor de cohesión en la oposición. Tampoco remonta, por ahora, la protesta gremial. Sin embargo, si el panorama económico no mejora, las condiciones para el inicio de las negociaciones paritarias de 2015 serán ásperas. Y no sólo le permitirá retomar protagonismo a Hugo Moyano sino que dará la posibilidad de que el Frente de Izquierda y de los Trabajadores se consolide tras el buen desempeño en las legislativas de 2013.
¿Por qué no hubo grietas en el Frente Para la Victoria? En las últimas semanas, el kirchnerismo logró conjurar conflictos con la simple receta de la cohabitación. Mientras Scioli concurre, como siempre lo hizo, al coloquio de IDEA, Jorge Capitanich sale a cruzar a esa entidad empresarial. No parece ser una idea propia del jefe de Gabinete sino más bien los lineamientos de la Presidenta. La convivencia fue, históricamente en el peronismo, la manera de evitar las fugas y las traiciones anticipadas. El estilo centralista que suele ejercer Cristina quizá le permita consolidar liderazgo pero, al mismo tiempo, pone en riesgo de fractura el propio espacio social que apoya al gobierno. La figura de Cristina y el margen de apoyo al Gobierno están en un buen momento pese a las dificultades. Hay que decirlo: en casi todos los ministerios hay programas activos de inclusión social, los cientos de oficinas de Anses despliegan atención por un menú que va desde la tarjeta Argenta para dar crédito a los abuelos hasta las netbooks, pasando por el plan Procrear. Otra cantidad de programas se despliegan en Trabajo, Desarrollo Social, Planificación Federal, Economía, Ciencia e Innovación Tecnológica, Cultura y Educación. Es cierto que el Presupuesto Nacional se estira a riesgo de llevar al déficit fiscal y de allí a ser un factor inflacionario. Pero, al mismo tiempo, este Estado, caótico y con bajísimos mecanismos de control de gestión, es un factor dinamizador clave. Desde el Estado central se articulan acciones con las provincias y los municipios. En muchos casos con favoritismo político pero en muchísimos otros con amplitud y mecanismos transparentes. De allí que, más allá de las formas, el desafío planteado por Cristina respecto de qué pretenden hacer los candidatos opositores con las políticas de equidad y la promoción de derechos es más que pertinente.
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