África afronta su epidemia número 25 del virus del Ébola. De esto se deduce que no se trata de un virus nuevo, sino que fue identificado y bautizado en 1976 pero a las cuatro o cinco empresas farmacéuticas que mantienen el monopolio sobre el mercado de vacunas en el mundo, el Ébola no le ha resultado lo suficientemente atractivo y rentable para desarrollar una vacuna. Por el contrario, a quien sí le ha resultado atractivo el Ébola es al Pentágono de los Estados Unidos, que con la excusa de desarrollar armas contra potenciales casos de bioterrorismo, considera al Ébola como parte de su arsenal y, por primera vez el brote epidémico tuvo su epicentro en Sierra Leona, justamente uno de los países donde el Pentágono ha realizado ensayos clínicos sobre población civil.
El doctor Cyril Broderick, un científico de Liberia y ex profesor de Fitopatología de la Universidad de la Escuela de Agricultura de Liberia y Forestal afirma que Estados Unidos es responsable del brote de Ébola en África Occidental. En un artículo publicado en el Daily Observer de Monrovia, la capital de Liberia, Broderick afirma que: “El Departamento de Defensa de Estados Unidos está financiando ensayos de Ébola en seres humanos; los ensayos se iniciaron pocas semanas antes del brote de Ébola en Guinea y Sierra Leona”. Los informes afirman que el Departamento de Defensa firmó un contrato por valor de 140 millones de dólares a Tekmira, una compañía farmacéutica de Canadá, para llevar a cabo la investigación del Ébola. Este trabajo de investigación implicó la inyección y la infusión de los seres humanos sanos con el mortal virus del Ébola. Por lo tanto, el Departamento de Defensa aparece como colaborador en un ensayo clínico “First in Human” Ébola (NCT02041715, que comenzó en enero de 2014, poco antes de que la última epidemia de Ébola fuese declarada en África occidental en marzo. El doctor Broderick afirma que el gobierno de Estados Unidos cuenta con un laboratorio de investigación situado en un pueblo llamado Kenema, en Sierra Leona, que estudia lo que él llama “el bioterrorismo fiebre viral”. Kenema es el “epicentro del brote de Ébola en África Occidental”.
No se precisan avalar teorías conspirativas para admitir que las denuncias del doctor Broderick tienen asidero: basta recordar que el gobierno estadounidense ha estado experimentando con enfermedades mortales en seres humanos desde hace mucho tiempo, la historia nos lo dice. Un ejemplo es Guatemala. Entre 1946 y 1948, el gobierno de los Estados Unidos, bajo el presidente Harry S. Truman, en colaboración con el presidente guatemalteco Juan José Arévalo y sus funcionarios de salud infectaron deliberadamente más de 1.500 soldados, prostitutas, prisioneros y hasta enfermos mentales con sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual tales como gonorrea y una infección sexual bacteriana. Las infecciones se cobraron la vida de casi un centenar de guatemaltecos que participaron en los experimentos. Lo peor de todo es que ninguno de los sujetos de prueba infectados con las enfermedades nunca dio su consentimiento informado. El Boston Globe publicó el descubrimiento realizado por el historiador y profesor de Medicina en la Universidad de Wellesley Susan M. Reverby en 2010.
El profesor Francis Boyle, de la Universidad de Illinois, Facultad de Derecho, también cuestiona acciones de la administración Obama en África Occidental. Boyle declaró a la agencia RIA-Novosti que “las agencias gubernamentales de Estados Unidos tienen una larga historia de llevar a cabo investigaciones de guerra biológica supuestamente defensiva en los laboratorios en Liberia y Sierra Leona. Esto incluye los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que ahora es la agencia para la gestión del Ébola en los Estados Unidos”, dijo el profesor Francis Boyle.
¿Cómo llegó el Ébola a África occidental desde Zaire, que está ubicado a 3.500 kilómetros de distancia y es donde fue identificado por primera vez en 1976?
Actualmente hay una gran discusión sobre las causas del Ébola, que oscila entre la teoría de la conspiración en términos de la guerra bioeconómica y la del subdesarrollo como herencia del colonialismo, señala la periodista Vicky Peláez. La enfermedad siempre se nutre de la pobreza y en este aspecto Sierra Leona, Liberia y Guinea pertenecen a la lista de las naciones más pobres del mundo.
Sus ingresos anuales per cápita son de 1.750 dólares, 790 y 1.160 dólares respectivamente, mientras que en Catar, por ejemplo, es de 102.000 dólares. Al mismo tiempo, la ex colonia de Estados Unidos, Liberia, es el tercer exportador mundial de hierro; Sierra Leona, que recién logró su independencia del Reino Unido en 1961, es uno de los principales exportadores de diamantes a nivel mundial que aporta el 46% de sus ingresos por exportación, y la ex colonia de Francia, Guinea, posee el 25% de las reservas mundiales de bauxita, además de ser un país muy rico en diamantes, oro y aluminio. Sin embargo, toda esta riqueza está en manos de las corporaciones estadounidenses, británicas y francesas.
Peláez señala que en Liberia, por ejemplo, solamente hay 50 médicos nacionales, sin contar una docena de galenos extranjeros para cuatro millones de habitantes.
Y todo esto está sucediendo ante los ojos de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Africano.
26/10/14 Miradas al Sur
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