Por Emanuel Respighi
El ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio Automotores Orletti funcionó entre marzo y octubre de 1976 en Flores. Los pocos meses que estuvo activo durante la última dictadura no le quitan funcionalidad ni crueldad dentro del entramado asesino: por allí, centro de operaciones del Plan Cóndor, pasaron más de 300 personas. Una de las particularidades de Orletti fue el método utilizado por los represores para hacer desaparecer a sus víctimas: la tortura, el homicidio y luego la introducción de sus cuerpos en tambores de 200 litros, con cal y cemento, que arrojaron en distintos canales, con el fin de que nunca más fueran descubiertos. El perverso plan falló: en octubre de 1976 aparecieron flotando ocho de esos barriles, en uno de los cuales estaba el cuerpo de Marcelo, hijo del poeta y periodista Juan Gelman. En junio de 2012 se encontró en una tosquera de San Fernando un tambor oxidado que contenía restos humanos, pertenecientes a Crescencio Galañena Hernández, un diplomático cubano desaparecido. Fue el germen de una investigación que permitió hallar otros dos cuerpos y cuyos detalles fueron retratados en Tramas del Plan Cóndor. Hallazgos de Automotores Orletti, el documental que hoy, a las 22, estrena Canal Encuentro.
La posibilidad de ver en detalle cómo es el trabajo de rastrillaje y el proceso de investigación del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) no suele ser cosa de todos los días. Por lo general, se trata de una labor reservada a quienes entregan sus conocimientos y esfuerzos a seguir pistas que no siempre terminan satisfaciendo las expectativas previas. Es un trabajo de hormiga, tan delicado como cuidadoso en sus métodos. El especial, presentado por Gisela Busaniche, pone en pantalla ese proceso, haciendo foco en el trabajo de rastrillaje en las nueve hectáreas de San Fernando en donde un año antes había aparecido el cuerpo de Galañena Hernández. Tramas del Plan Cóndor... mostrará el descubrimiento del cuerpo de Jesús Cejas Arias, otro diplomático cubano desaparecido, dentro de un barril oxidado hallado en el predio. La emisión especial se enmarca dentro de la conmemoración del Día Nacional del Derecho a la Identidad.
“El centro clandestino Automotores Orletti es el caso emblemático de cómo funcionaba el Plan Cóndor, un plan de las dictaduras americanas para ‘combatir el terrorismo’, con la supervisión de la Escuela de las Américas, de Estados Unidos”, señala Busaniche a Página/12. “Los ejércitos estaban coordinados, se pasaban información y realizaban las detenciones ilegales, torturas y desapariciones sin importar las fronteras. Fue un plan brutal, salvaje, para aniquilar y hacer desaparecer a miles de personas, por eso tenemos que conocerlo. Cuanto más conocimiento y memoria histórica tengamos, más crecemos como pueblo”, subraya la periodista, que para Tramas... entrevistó a Macarena Gelman, hija de Marcelo y nieta del reconocido poeta, quien recuperó su identidad en 2000.
Una de las personas fundamentales para documentar estos hallazgos fue Pedro Nadal García, nieto restituido en 2004 por el trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo. No bien se enteró de los cuerpos hallados en el predio de San Fernando, Nadal García puso a disposición la maquinaria de su empresa constructora y convenció a Vialidad Nacional de seguir buscando en ese lugar. El resultado de su perseverancia, tras nueve meses de trabajo, fue el hallazgo de otro tambor.
“Todo comenzó con una necesidad del EAAF y el juzgado federal del doctor Rafecas de seguir buscando en la zona del vertedero (basural) de San Fernando, dado que habían hallado dos cuerpos un año antes”, cuenta Nadal. “Yo –sigue el nieto recuperado– estoy al tanto, o trato en lo posible de saber de estas cuestiones, siempre con un aire de esperanza, ya sea por encontrar a mi madre o a alguien que haya perdido a un compañero, nieto o hijo. Los desaparecidos son buscados cada día. El trabajo que lleva adelante el EAAF es una tarea de tiempo completo. Nosotros somos parte de la maquinaria que acompaña esta labor, y lo que ponemos a disposición es lo que sabemos hacer, en nuestro caso nos dedicamos a la conservación de monumentos, espacios históricos y obras civiles con la empresa NGN y a producciones audiovisuales con la Empresa Revelarte Producciones. Este mix de actividades nos permitió estar presentes en todo el proceso y lograr contar la historia en forma completa.”
A lo largo de la hora que dura el documental, los televidentes tendrán la posibilidad de ver cómo es el trabajo que realiza el EAAF. Las jornadas extensas, los primeros movimientos de suelos, el compromiso de quienes se encargan de poner en presente un pasado que quiso ser enterrado por la dictadura militar, se hace visible en Tramas... Lo interesante del trabajo es que la producción de Revelarte Producciones no se limita sólo a dar testimonio en imagen y sonido de la búsqueda, sino que le imprime al especial una calidad y sensibilidad en la filmación que hace posible que los televidentes –aun los más lejanos a la temática– puedan involucrarse en los distintos momentos por la que atravesó el rastrillaje hasta dar con el barril en el que se encontraba el cuerpo de Cejas Arias.
Un aspecto interesante de Tramas... es que el especial le aporta a la “maquinaria humana”, a corazón abierto, que se esconde detrás de cada búsqueda, el sustento técnico indispensable del que se valen los especialistas para la recolección de valioso material. El documental evidencia cómo el uso de drones y otras tecnologías facilitan la tarea, dando la posibilidad, por ejemplo, de hacer una búsqueda a 50 metros de altura controlado por una computadora de a bordo y una en tierra, cubriendo una superficie delimitada por el EAAF de 200 metros de ancho por 300 de largo: la técnica al servicio de recuperar el pasado.
“Nos propusimos contar la historia de una búsqueda llevada a cabo con esfuerzo y amor por lo que se hace”, subraya Nadal. “Por un lado el EAAF, por otro el Estado nacional, acompañando en esta búsqueda con la Justicia como contralor permanente. Nos sorprendió gratamente, salvando lo cruento de esta historia, el hallazgo del cuerpo de Jesús Cejas Arias. Fue un momento de duelo, alegría y gran sentimiento de justicia. Al buscar desaparecidos lo que se encuentra con estos hallazgos son muchas cosas. Lo primero que uno experimenta es alivio por encontrarlo, un duelo concreto al ver que ya no está y materialmente ha muerto, pero a la vez un orgullo de ser parte de una búsqueda que lleva, a pesar de todo, el cuerpo de un ser querido a la familia, y fundamentalmente, a la justicia y verdad”, concluye.
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