Por Tomás Lukin
La Argentina depositó ayer 161 millones de dólares en las cuentas especiales que tiene Nación Fideicomisos en el Banco Central. Los fondos corresponden al vencimiento de intereses de los títulos PAR con legislación de Nueva York e Inglaterra. En una situación normal, los recursos serían transferidos en breve a los bonistas, pero el bloqueo impuesto por el juez Thomas Griesa para garantizar la ejecución de su sentencia a favor de los fondos buitre forzó al país a buscar caminos alternativos que insumirán más tiempo. El menú de alternativas desplegado por el Ministerio de Economía no tiene asegurado el éxito y requerirá el involucramiento activo de los fondos de inversión propietarios de los bonos con legislación extranjera –motivados por el deseo/necesidad de cobrar– y la colaboración de los distintos intermediarios en la cadena de pagos.
Como las restricciones establecidas por el juez estadounidense no alcanzan a los bonos con legislación argentina, ayer se canalizó normalmente el equivalente a 22 millones de dólares por los intereses del mismo título PAR pero regidos por la ley nacional. Sobre ese total, 5 millones fueron cursados sin inconvenientes por el Citibank, que la semana pasada recibió una autorización del tribunal neoyorquino para proceder con ese pago.
La Presidenta anticipó ayer desde la Casa Rosada que el 31 de diciembre, cuando vencen los bonos Discount, además de lo que corresponda a los bonistas reestructurados se depositarán aproximadamente 100 millones de dólares a cuenta del 7,6 por ciento de fondos buitre y holdouts que no ingresaron a los canjes. En el Palacio de Hacienda recordaron que esos acreedores sólo podrán acceder a los recursos si resignan la vía judicial y aceptan las mismas condiciones de pago ofrecidas en los canjes de 2005 y 2010.
Paso a paso para pagar
El primer movimiento contemplado en la Ley de Pago Soberano de la Deuda Externa fue reemplazar al Bank of New York Mellon por Nación Fideicomisos (aunque ya no cumple su función, el antiguo fiduciario se rehúsa a renunciar). El segundo paso sucedió ayer con la transferencia de los 161 millones de dólares. A partir de hoy, el equipo del ministro Axel Kicillof comenzará a explorar las diferentes posibilidades para distribuir los recursos entre sus propietarios a lo largo de los próximos 30 días.
“Todavía falta para que los pagos lleguen a los acreedores. Empezamos por demostrar la voluntad de pago y la disponibilidad de los recursos”, indicó a Página/12 un funcionario del equipo económico. Desde el Palacio de Hacienda ponderan el flexible conjunto de herramientas con el que cuentan para intentar garantizar que los tenedores de bonos de los canjes de 2005 y 2010, perjudicados por las decisiones del sistema judicial de Estados Unidos, reciban sus fondos.
“Al realizar los depósitos, la Argentina ratifica una vez más su compromiso inquebrantable de cumplir todas sus obligaciones respecto de los bonistas y contribuir mediante las medidas que estén a su alcance a preservar su derecho a cobrar las sumas que les corresponden”, indicó el Palacio de Hacienda. “Desde el momento de su depósito, los fondos han dejado de ser propiedad de la Argentina y constituyen bie-nes fideicomitidos. El contrato de fideicomiso contempla que dichos fondos serán aplicados por el fiduciario exclusivamente al pago de los servicios de los títulos de deuda de los bonistas”, indicó el Palacio de Hacienda a los propietarios de esos papeles en un aviso legal publicado ayer en inglés y español.
Para canalizar los pagos, se necesita saber a quién y dónde se deben transferir los dólares y euros. Nación Fideicomisos carece, por ahora, de esa información que debería ser suministrada por los acreedores. Una prerrogativa del contrato de fideicomiso estipula que los bonistas tienen derecho a solicitar una certificación al banco para que identifique sus tenencias. Si se lograra sortear ese punto, se debería conseguir que la cadena de pagos proceda con la transferencia de los fondos. En el caso de los títulos con ley europea, los bonistas podrían reclamarle a Euroclear que les transfiera los fondos a sus cuentas. Esa casa de clearing está radicada en Bélgica, donde existe una legislación antibuitres que funcionaría como un elemento facilitador del pago. A priori, los pagos correspondientes a los bonos con legislación de Nueva York son los que presentan las mayores dificultades para llevar a cabo la transferencia. En ese caso, es más difícil eludir el bloqueo de Griesa. La Ley de Pago Soberano de la Deuda Externa contempla la posibilidad de ofrecer el canje de los papeles con ley de Estados Unidos por otros idénticos, pero con legislación argentina o francesa.
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