Con 135 votos a favor, la Cámara de Diputados convirtió esta tarde ley el proyecto de reforma y unificación del Código Civil y Comercial de la Nación. "Nos toca llevar esta tarea en soledad", se quejó el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, después de que los legisladores de la oposición abandonaron el debate. Lo que pasó fuera y dentro del recinto.
La Cámara de Diputados sancionó esta tarde la reforma y unificación del Código Civil y Comercial de la Nación. El nuevo cuerpo normativo, que tiene 2671 artículos que reemplazan a los más de 4500 del texto sancionado en 1869, fue aprobado por 135 votos. Ese número se alcanzó con los votos del Frente para la Victoria y los bloques del Movimiento Popular Neuquino y Nuevo encuentro. Fue el final de una sesión de más de seis horas, en la cual los legisladores que respaldaron el proyecto expusieron en soledad y sin la posibilidad de realizar un debate dentro del recinto: apenas una hora después de iniciada la sesión, los diputados de los bloques opositores abandonaron el recinto.
“A mi no me llama la atención la vergüenza que he vivido hoy en este Parlamento. Nos han dejado solos otra vez”, afirmó la presidenta del bloque del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, en el discurso de cierre de un debate que se realizó sin la participación de los bloques opositores. “Hay una parte del pueblo argentino que no está presente. A la oposición le interesa estar en Comodoro Py, en los medios, pero no acá”, agregó y dijo que aunque no todos están de acuerdo con todos los artículos del nuevo código pero “es necesario tener un nuevo código”. Insistió: “Es tan claro que no puede ser interpretado de forma errónea por ningún juez”.
Di Tullio comenzó su exposición de cierre con un respaldo cerrado al presidente del cuerpo, Julián Domínguez, quien fue denunciado penalmente por varios legisladores. “Hicieron una denuncia penal cobarde porque es producto de la importancia, porque a nosotros nos ha tocado ser minorìa y cuando nos ha tocado ser minoría la democracia 'no estaba en peligro' y no hemos cuestinoado jamás la mayoría parlamentaria de lo que se denominó Grupo A”, dijo Di Tullio y cerró: “La oposición atrasa 150 años”.
Más allá del respaldo que el Código Civil y Comercial cosechó entre las filas del Frente para la Victoria, hubo algunas disidencias. Una de ellas fue de la legisladora Graciela Giannettasio, quien cuestionó el contenido del artículo 19 que considera a la vida humana desde el momento de la concepción. También lo cuestionó el diputado Jorge Rivas: “Ese criterio no es más que una concesión a la jerarquía de la Iglesia católica”.
La sesión comenzó unos minutos después del mediodía. El quorun para iniciar el debate lo aportaron 131 diputados -dos más del piso de 129 legisladores- del Frente para la Victoria más los legisladores de Nuevo Encuento, del Movimiento Popular Neuquino y algunos otros “aliados”. Recién cuando el oficialismo consiguió iniciar el debate llegaron al recinto los hombres y mujeres de los bloques opositores, encabezados por la Uniòn Cívica Radical. Esa decisión no fue la única que había caldeado los ánimos, la denuncia penal contra el presidente del cuerpo, Julián Domínguez, había puesto picante a la sesión desde la mañana.
Una hora más tarde, una decena de diputados opositores habían calificado de "ilegítima, inconstitucional, antireglamentaria" y hasta "reaccionaria" la iniciativa de tratar el nuevo texto de fondo para regular las relaciones civiles y comerciales en la Argentina. Como una llamativa demostración de fuerza, al término de cada exposición contraria al Gobierno y el bloque del Frente para la Victoria, todos los diputados de la oposición aplaudían. La diputada Patricia Bullrich dedicó sus siete minutos a denunciar que no había registro de una nota que había presentado como observación al orden del día. La legisladora del PRO levantó en el medio de su exposición para ir a buscarla al sector de los asesores, ante la mirada absorta de todos los presentes.
La presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales, Diana Conti, respondió a las impugnaciones sobre el tratamiento del Código y reprochó a los diputados que llegaron a sus bancas en diciembre pasado y no se pusieron al tanto del debate que hubo en el Senado, en noviembre pasado. "Es de esperar que si un proyecto de ley tiene media sanción del Senado, será tratado en Diputados. Es su responsabilidad estar al tanto de todo el trabajo parlamentario", afirmó, tomo aire, mencionó la denuncia penal de la oposición y disparó: "El pueblo se averguenza de tenerlos a ustedes como representantes".
"Estamos haciendo lo correcto"
Elisa Carrió (ARI) pidió que la votación nominal se realice con un mínimo de dos tercios para la aprobación, y amenazó: "O haremos que conste mediante escribano público", como si los actos del Congreso no fueran hechos notorios. La encargada de responderle a Carrió fue la presidenta del bloque del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, y afirmó que sólo la jefa de la Coalición Cívica había mantenido la coherencia durante los últimos meses en la impugnación por un presunto trámite antireglamentario del Código Civil y Comercial.
Además, Di Tullio recordó un debate en el que los mismos diputados Juan Tunessi (PRO, mandato cumplido), Federico Pinedo (PRO) y Graciela Camaño (Frente Renovador) respondieron los planteos de Carrió meses atrás argumentando que "no había ningún inconveniente" para tratar el proyecto con media sanción del Senado, en base al dictamen de la Comisión Bicameral especial.
"Estamos haciendo lo correcto, cumpliendo el trámite legislativo en su totalidad y sin realizar nada antireglamentario", afirmó Di Tullio. Sostuvo que "es una falacia" que sea necesario un nuevo dictamen en el proyecto por haber variado la composición de la Cámara en diciembre, y citó el caso del Digesto Jurídico Argentino, que fue sancionado bajo las mismas circunstancias sin que mediaran denuncias penales o planteos de inconstitucionalidad ante los tribunales.
Cuando Di Tullio terminó de hablar, la oposición se lanzó a exigir mociones de orden y cuestiones de privilegio para intentar frentar la sesión pero Domínguez con el orden del día e inauguró el debate sobre el, hasta ese momento, proyecto de reforma del Código Civil. Mientras le concedía la palabra a Diana Conti, el jefe del bloque radical, Mario Negri, gritaba "pido una moción de privilegio". Repetía la frase, desaforado, para interrumpir a la diputada pero sus gritos se perdían en el barullo de los insultos del oficialismo. En ese clima, los distintos bloques opositores se fueron del recinto.
"Tenemos el honor de ser codificadores", expresó Conti, al presentar el proyecto ante medio recinto vacío. Sostuvo que el Código refleja la "identidad cultural latinoamericana", y aclaró que no sólo comprende los derechos individuales sino "los colectivos en consonancia con la Constitución Nacional". Lo definió como "un Código para una sociedad multicultural", que regula "una serie de conductas sociales que no pueden ignorarse". Destacó que son miles las personas que "participaron y se sienten parte del producto colectivo que vamos a sancionar". Recordó que se realizaron 14 audiencias públicas con más de 1500 expositores "de todos los sectores del quehacer nacional y regional" y que se recibieron miles de comentarios mediante una plataforma virtual, por lo que "no se trabajó a libro cerrado".
Sin rastros de Massa
Mientras Conti hablaba en el recinto, los diputados que abandonaron el debate no se fueron del Congreso: se quedaron en el Salón de Pasos Perdidos. Martín Lousteau (UNEN), Néstor Pitrola (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), Carrió y Pinedo, entre otros, daban notas ante las cámaras de televisión y los grabadores radiales denunciando las irregularidades que no lograron sustentar desde sus bancas. Darío Giustozzi (Frente Renovador) fue uno de los más llamativos: no dijo una palabra en el recinto, pero era uno de los más locuaces ante los medios.
No hubo rastros de Sergio Massa, que al menos hasta pasadas las 15 no había aparecido por el palacio legislativo. No es un día cualquiera en Diputados. Para el comienzo de la sesión, el Salón de los Pasos Perdidos ya estaba repleto de periodistas, cámaras y asesores que seguían la transmisión televisiva desde las pantallas. Los asesores aprovechaban las mesas para apoyar sus computadoras y tomar apuntes de comentarios y artículos a cuestionar.
"Nos toca llevar a cabo esta tarea en soledad", expresó Julián Domínguez, después de la exposición de Conti sobre el proyecto de Código unificado. Pidió un momento para hablar, antes de que comenzaran a exponer el resto de los diputados, y aclaró que esta situación se corresponde con "la que le ha tocado a Néstor y a Cristina (Fernández de Kirchner), de tomar en soledad las decisiones más importantes de la historia de nuestro país". Consideró que todo lo que suceda y se diga a lo largo de la sesión "formará parte de la historia", y pidió a los diputados que dediquen el tiempo necesario para plantear "la voluntad política" de cada legislador, dado que eso permitirá interpretar de mejor manera el Código Civil y Comercial en el futuro. "La oposición lo priva al pueblo de su aporte", lamentó Domínguez.
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La Cámara de Diputados sancionó esta tarde la reforma y unificación del Código Civil y Comercial de la Nación. El nuevo cuerpo normativo, que tiene 2671 artículos que reemplazan a los más de 4500 del texto sancionado en 1869, fue aprobado por 135 votos. Ese número se alcanzó con los votos del Frente para la Victoria y los bloques del Movimiento Popular Neuquino y Nuevo encuentro. Fue el final de una sesión de más de seis horas, en la cual los legisladores que respaldaron el proyecto expusieron en soledad y sin la posibilidad de realizar un debate dentro del recinto: apenas una hora después de iniciada la sesión, los diputados de los bloques opositores abandonaron el recinto.
“A mi no me llama la atención la vergüenza que he vivido hoy en este Parlamento. Nos han dejado solos otra vez”, afirmó la presidenta del bloque del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, en el discurso de cierre de un debate que se realizó sin la participación de los bloques opositores. “Hay una parte del pueblo argentino que no está presente. A la oposición le interesa estar en Comodoro Py, en los medios, pero no acá”, agregó y dijo que aunque no todos están de acuerdo con todos los artículos del nuevo código pero “es necesario tener un nuevo código”. Insistió: “Es tan claro que no puede ser interpretado de forma errónea por ningún juez”.
Di Tullio comenzó su exposición de cierre con un respaldo cerrado al presidente del cuerpo, Julián Domínguez, quien fue denunciado penalmente por varios legisladores. “Hicieron una denuncia penal cobarde porque es producto de la importancia, porque a nosotros nos ha tocado ser minorìa y cuando nos ha tocado ser minoría la democracia 'no estaba en peligro' y no hemos cuestinoado jamás la mayoría parlamentaria de lo que se denominó Grupo A”, dijo Di Tullio y cerró: “La oposición atrasa 150 años”.
Más allá del respaldo que el Código Civil y Comercial cosechó entre las filas del Frente para la Victoria, hubo algunas disidencias. Una de ellas fue de la legisladora Graciela Giannettasio, quien cuestionó el contenido del artículo 19 que considera a la vida humana desde el momento de la concepción. También lo cuestionó el diputado Jorge Rivas: “Ese criterio no es más que una concesión a la jerarquía de la Iglesia católica”.
La sesión comenzó unos minutos después del mediodía. El quorun para iniciar el debate lo aportaron 131 diputados -dos más del piso de 129 legisladores- del Frente para la Victoria más los legisladores de Nuevo Encuento, del Movimiento Popular Neuquino y algunos otros “aliados”. Recién cuando el oficialismo consiguió iniciar el debate llegaron al recinto los hombres y mujeres de los bloques opositores, encabezados por la Uniòn Cívica Radical. Esa decisión no fue la única que había caldeado los ánimos, la denuncia penal contra el presidente del cuerpo, Julián Domínguez, había puesto picante a la sesión desde la mañana.
Una hora más tarde, una decena de diputados opositores habían calificado de "ilegítima, inconstitucional, antireglamentaria" y hasta "reaccionaria" la iniciativa de tratar el nuevo texto de fondo para regular las relaciones civiles y comerciales en la Argentina. Como una llamativa demostración de fuerza, al término de cada exposición contraria al Gobierno y el bloque del Frente para la Victoria, todos los diputados de la oposición aplaudían. La diputada Patricia Bullrich dedicó sus siete minutos a denunciar que no había registro de una nota que había presentado como observación al orden del día. La legisladora del PRO levantó en el medio de su exposición para ir a buscarla al sector de los asesores, ante la mirada absorta de todos los presentes.
La presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales, Diana Conti, respondió a las impugnaciones sobre el tratamiento del Código y reprochó a los diputados que llegaron a sus bancas en diciembre pasado y no se pusieron al tanto del debate que hubo en el Senado, en noviembre pasado. "Es de esperar que si un proyecto de ley tiene media sanción del Senado, será tratado en Diputados. Es su responsabilidad estar al tanto de todo el trabajo parlamentario", afirmó, tomo aire, mencionó la denuncia penal de la oposición y disparó: "El pueblo se averguenza de tenerlos a ustedes como representantes".
"Estamos haciendo lo correcto"
Elisa Carrió (ARI) pidió que la votación nominal se realice con un mínimo de dos tercios para la aprobación, y amenazó: "O haremos que conste mediante escribano público", como si los actos del Congreso no fueran hechos notorios. La encargada de responderle a Carrió fue la presidenta del bloque del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, y afirmó que sólo la jefa de la Coalición Cívica había mantenido la coherencia durante los últimos meses en la impugnación por un presunto trámite antireglamentario del Código Civil y Comercial.
Además, Di Tullio recordó un debate en el que los mismos diputados Juan Tunessi (PRO, mandato cumplido), Federico Pinedo (PRO) y Graciela Camaño (Frente Renovador) respondieron los planteos de Carrió meses atrás argumentando que "no había ningún inconveniente" para tratar el proyecto con media sanción del Senado, en base al dictamen de la Comisión Bicameral especial.
"Estamos haciendo lo correcto, cumpliendo el trámite legislativo en su totalidad y sin realizar nada antireglamentario", afirmó Di Tullio. Sostuvo que "es una falacia" que sea necesario un nuevo dictamen en el proyecto por haber variado la composición de la Cámara en diciembre, y citó el caso del Digesto Jurídico Argentino, que fue sancionado bajo las mismas circunstancias sin que mediaran denuncias penales o planteos de inconstitucionalidad ante los tribunales.
Cuando Di Tullio terminó de hablar, la oposición se lanzó a exigir mociones de orden y cuestiones de privilegio para intentar frentar la sesión pero Domínguez con el orden del día e inauguró el debate sobre el, hasta ese momento, proyecto de reforma del Código Civil. Mientras le concedía la palabra a Diana Conti, el jefe del bloque radical, Mario Negri, gritaba "pido una moción de privilegio". Repetía la frase, desaforado, para interrumpir a la diputada pero sus gritos se perdían en el barullo de los insultos del oficialismo. En ese clima, los distintos bloques opositores se fueron del recinto.
"Tenemos el honor de ser codificadores", expresó Conti, al presentar el proyecto ante medio recinto vacío. Sostuvo que el Código refleja la "identidad cultural latinoamericana", y aclaró que no sólo comprende los derechos individuales sino "los colectivos en consonancia con la Constitución Nacional". Lo definió como "un Código para una sociedad multicultural", que regula "una serie de conductas sociales que no pueden ignorarse". Destacó que son miles las personas que "participaron y se sienten parte del producto colectivo que vamos a sancionar". Recordó que se realizaron 14 audiencias públicas con más de 1500 expositores "de todos los sectores del quehacer nacional y regional" y que se recibieron miles de comentarios mediante una plataforma virtual, por lo que "no se trabajó a libro cerrado".
Sin rastros de Massa
Mientras Conti hablaba en el recinto, los diputados que abandonaron el debate no se fueron del Congreso: se quedaron en el Salón de Pasos Perdidos. Martín Lousteau (UNEN), Néstor Pitrola (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), Carrió y Pinedo, entre otros, daban notas ante las cámaras de televisión y los grabadores radiales denunciando las irregularidades que no lograron sustentar desde sus bancas. Darío Giustozzi (Frente Renovador) fue uno de los más llamativos: no dijo una palabra en el recinto, pero era uno de los más locuaces ante los medios.
No hubo rastros de Sergio Massa, que al menos hasta pasadas las 15 no había aparecido por el palacio legislativo. No es un día cualquiera en Diputados. Para el comienzo de la sesión, el Salón de los Pasos Perdidos ya estaba repleto de periodistas, cámaras y asesores que seguían la transmisión televisiva desde las pantallas. Los asesores aprovechaban las mesas para apoyar sus computadoras y tomar apuntes de comentarios y artículos a cuestionar.
"Nos toca llevar a cabo esta tarea en soledad", expresó Julián Domínguez, después de la exposición de Conti sobre el proyecto de Código unificado. Pidió un momento para hablar, antes de que comenzaran a exponer el resto de los diputados, y aclaró que esta situación se corresponde con "la que le ha tocado a Néstor y a Cristina (Fernández de Kirchner), de tomar en soledad las decisiones más importantes de la historia de nuestro país". Consideró que todo lo que suceda y se diga a lo largo de la sesión "formará parte de la historia", y pidió a los diputados que dediquen el tiempo necesario para plantear "la voluntad política" de cada legislador, dado que eso permitirá interpretar de mejor manera el Código Civil y Comercial en el futuro. "La oposición lo priva al pueblo de su aporte", lamentó Domínguez.
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