Nelly Schmalko es socióloga de UBA y directora de la Tecnicatura Universitaria en Economía Social y Solidaria de la Universidad de Quilmes.
Por Daniel Kaminszczik
Agencia Paco Urondo: Para entrar en el tema: ¿Qué es la Economía Social y Solidaria?
Nelly Schmalko: La ESS tiene sus orígenes casi en la Revolución Industrial y con el surgimiento del capitalismo cuando las clases trabajadoras toman una serie de iniciativas de gestión de sus necesidades, para las que no tenían respuestas. Entonces buscan formas de satisfacerlas más solidarias, cooperativas asociativas y bueno eso hizo que surgieran cooperativas y mutuales como formas de gestión de esas necesidades, eso es lo que hoy se conoce como la "economía social" tradicional y es bastante difundida ya que hay empresas cooperativas de servicios, de viviendas, de producción de bienes.
Lo que llamamos ESS, hoy son las nuevas formas que emergieron en América Latina y en nuestro país en la crisis del 2001 que son más de organización de cooperativas de trabajo justamente para dar respuesta a lo que fue el desempleo pero que van más allá de eso especifico porque proponen un modo de vida basado en otros valores y que de alguna manera cuestionan el modelo capitalista en sus objetivos porque se prioriza la reproducción de la vida, la satisfacción de las necesidades de todos los integrantes de éstas nuevas cooperativas. Hay iniciativas productivas, socio-comunitarias, socio-económicas, comerciales que van dialogando con el sistema hegemónico en cuanto a las formas de producir, de distribuir los excedentes de la producción, las formas de consumo.
APU: En nuestro país, ¿En qué estado está la ESS, qué espacio está ocupando en este momento?
NS: La ESS ha crecido mucho a partir del 2003, no?, donde ha habido una serie de políticas públicas en apoyo y así adquirieron no solo visibilidad sino articulación entre los distintos emprendimientos, las distintas iniciativas populares. Hoy día, ocupa un lugar muy importante y es un modelo de producción, de comercialización. Tenemos por ejemplo, las fábricas, no solo pequeños emprendimientos sino también las fábricas recuperadas que han sido llevadas adelante por sus trabajadores y bueno, yo creo que estamos en un proceso. Si bien nace como una estrategia de supervivencia, en este momento es una propuesta productiva comercial de gestión de las unidades económicas, de construir modos de vida que priorizan el vínculo con las personas, la relación con la naturaleza, y tienen propuestas para dialogar con todo la sociedad. El planteo es: “Otra economía está aconteciendo”, como dicen nuestros hermanos brasileños.
APU: ¿Puede considerarse como un especie de trampolín, un punto de partida para una alternativa a la economía capitalista?
NS: Consideramos más que eso, más que un trampolín, consideramos que ya está ocurriendo, que está bastante generalizada porque el mundo cooperativo tiene propuestas que hacen a vivir bien o a mejorar las condiciones de vida, cosa que el sistema no ha podido sostener y no ha podido ofrecer con sus crisis tan recurrentes que han ido configurando estas sociedades cada vez mas fragmentadas.
APU: ¿Cómo incide el programa Argentina Trabaja (AT) dentro del sector?
NS: Surge como una política pública para dar respuesta al núcleo duro de la desocupación, digamos que aquellos a los que con la reactivación económica de estos años, el mercado no ha podido incorporar y me parece una propuesta interesante porque apuesta a construir procesos asociativos y solidarios y lo interesante que tiene es que es a una escala muy importante y esto puede tener un gran impacto.
Creo que AT es un proyecto de mucha escala para dar respuesta a problemas de desocupación, de exclusión y que con todas sus dificultades es una apuesta muy importante porque orienta a la solución de los problemas. Que la gente sea protagonista en la solución de sus necesidades, apuesta a ser una gestión asociada en la producción de bienes y servicios que son de interés público.
APU: Específicamente desde la UNQ se ha implementado una diplomatura y una tecnicatura, cuéntenos un poco de qué se trata.
NS: Si, ésta es una decisión política y una apuesta de la Universidad en un momento de reconstrucción del lazo social y de orientar otro modelo de país, otro proyecto político de país, basado en otros valores y sobre todo, dando protagonismo al pueblo.
Me parece que la universidad no puede estar ausente de un proceso que la interpela porque de alguna manera las universidades también son producto del vendaval neoliberal y quizás un poco antes estaban orientadas para formar profesionales de elite, dirigentes o profesionales para el mercado. En cambio, éste es un proyecto que tiene como objetivo integrar trabajadores y trabajadoras a la Universidad, por lo tanto, nosotros empezamos haciendo un trayecto formativo que es un Diploma de Extensión.
¿Por qué un Diploma de Extensión en ESS formando operadores? Porque permite el acceso a la universidad de gente que aún no tiene el secundario, en una instancia que dura un año y que después es reconocida. Esas materias son reconocidas como parte del proyecto formativo de la Tecnicatura que sí ya es una Carrera. Es abierto, pueden ingresar compañeros y compañeras que han quedado fuera del circuito educativo. Eso es un estímulo para que muchos terminen el Secundario a través del programa FinEs o en muchos casos hasta la escuela primaria.
Estos estudiantes después pueden continuar su formación en lo que es la Tecnicatura, que ya es una carrera universitaria que forma técnicos y técnicas en Economía Social. Es la primera carrera universitaria porque la Economía Social estaba como formación de Post- Grado o como Cursos en general en las universidades.
APU: ¿Cómo fue la respuesta de los estudiantes, de estos trabajadores que se incorporaron a la vida universitaria, en un esquema de educación popular pero con las limitaciones que se traían de toda una destrucción del sistema educativo de las décadas anteriores?
NS: Creo que eso fue lo más rico de todo el proceso y para quienes ahí participamos. Yo he sido docente universitaria por veinte años pero nunca salí de una clase de la Tecnicatura como entré, nunca. Creo que todos los que estamos comprometidos en el proceso de la comunidad de aprendizaje, quienes estamos participando como docentes, como coordinadores, en realidad, siempre estamos conmovidos por lo que fue esta experiencia porque por el proceso de aprendizaje que es así, único, de todos.
Nosotros trabajamos no tanto, desde un esquema tradicional de acumulación de conocimientos sino de producción a partir de saberes, experiencias, con un objetivo muy preciso que es transformar nuestro territorio, transformar nuestras vidas, transformar, hacer un país mejor cada día y el proceso que nosotros llamamos “el empoderamiento” de la gente.
El proceso de aprendizaje fue realmente increíble porque se trabajó siempre con mucho compromiso, se trabaja y vos ves que en realidad, aunque fueran personas que por ahí no pudieron acceder a una universidad, no significa nada porque la capacidad que hay para trabajar y producir conocimientos es muy grande, vos decís que sólo una situación de injusticia hizo que esta gente no pudiera estar haciendo esto siempre, la verdad que ésta es la parte más rica del proceso porque todos aprendemos.
Aprendemos a escucharnos, a respetarnos, a ver si el otro tiene algo que decir sobre un tema y a partir de nuestra experiencia y conclusiones, debatimos con autores, debatimos con otros autores, con teorías, con pensamientos, los analizamos en función de nuestros objetivos, de nuestras situaciones, de nuestros diagnósticos territoriales y eso es una experiencia de todos en colectivo, todo este proceso es en colectivo.
APU: ¿Cómo ve la ESS de la Argentina con respecto al resto de América Latina?
NS: Yo creo que las de la ESS son construcciones desde abajo, en cada país hay como una impronta dada por eso y otras dadas por cuanto desde el Estado, la política pública se apuesta a esa forma de autogestión, de trabajo, de las condiciones de producción, de consumo, de vida y creo que cada país tiene su particularidad.
Brasil ha hecho mucho esfuerzo porque también hay todo un debate de a qué llamamos ESS o cuales son proyectos de ESS. Las economías populares en América Latina, fueron muy importantes, muy importantes por la tensión y la cantidad de población que involucraban, lo que se llama la economía informal.
Entonces en Brasil se ha hecho un debate acerca de qué es un proyecto en ESS y se ha articulado una experiencia muy importante y ellos tienen hasta un Ministerio de Economía Solidaria, yo creo que la lucha del MST fue fundamental y también está la impronta de la Iglesia.
APU: El MST es el Movimiento Sin Tierra
NS: El Movimiento Sin Tierra que empezó con éstas prácticas y estas luchas. Por ejemplo en Ecuador y en Bolivia es interesante porque la ESS se ha incorporado a la Constitución, por lo tanto tiene no sólo apoyo a través de una política pública, sino que tiene toda una norma jurídica, cosa que en Argentina todavía está en debate o sea las cooperativas de trabajo no tienen una normativa que las ampare, entonces son como parches que se van haciendo que hacen que no pueda desplegarse todo el potencial.
En Venezuela también se habla de la Economía Popular y Solidaria, o sea, cada país tiene distintos espacios, Creo que lo más importante son los logros en este sentido de Ecuador y de Bolivia porque de alguna manera, lo que se legitima es que la economía va a ser Popular, Social y Solidaria, y eso reafirma un montón de cosas, de prioridades, se priorizan como formas de producir, como formas de trabajo, cómo es el tratamiento de los recursos naturales que en esos países son importantes, abre todo un panorama muy interesante y también es interesante en la medida de lo que es la Unasur. No sólo es un intercambio comercial sino también político, cultural, y eso es una fortaleza para que la ESS se vaya armando con sus propias formas, sus propios tiempos.
A lo mejor en algún país hace falta más recorrido, más lucha para lograr ciertos soportes que son importantes, ciertos reconocimientos y creo que ha tenido mucho auge desde los últimos años del ’90 hasta ahora en todos los países la ESS.
APU: ¿Y acá en la Argentina, ve la posibilidad de que sea legislado de alguna manera?
NS: Si, creo que el espacio está en la medida que hay varios proyectos dando vueltas. Acá en la Argentina la historia del cooperativismo tradicional ha sido muy importante, la cooperativa está muy instalada en la sociedad, no es una forma que de repente cayó en paracaídas, tenemos desde los inmigrantes que lo trajeron como forma de organización cuando vinieron.
El tema es que el sector se ha consolidado, tiene sus propias instituciones, de hecho ahora el INAES con el cambio se llama Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, antes había de cooperativas, mutuales y también hay una resistencia de lo que es cooperativismo tradicional a estas formas emergentes porque no vieron como una oportunidad de sumar y avanzar en el sector sino que vieron como que venía a irrumpir tan masivamente y la verdad, es un proceso en el que, creo, se ha avanzado en la medida que el cooperativismo de trabajo ha estado sentado en representación en el INAES, en el directorio.
Se han logrado avances, hay programas específicos -tanto en el Ministerio de Desarrollo como en el Ministerio de Trabajo- para apoyar estos procesos y todavía falta. Falta que la sociedad entienda la autogestión no como un “mientras tanto” o como un paliativo a la pobreza sino como un proyecto de vida y una decisión de muchas personas que piensan que otra economía es posible, que vivir de otra manera es posible. Siendo que acá están tomando un poco más de tiempo algunas cosas, igual el avance ha sido muy, muy importante.
* La entrevista se realizó en el marco del programa radial A Toda Marcha que se emite en FM Zingara 90.9, los viernes de 14 a 16.
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