viernes, 19 de septiembre de 2014

Nace el kirchnerismo de la resistencia (la era de las movilizaciones)

El autor propone que los análisis sobre el acto de La Cámpora en Argentinos Juniors no enfatizaron qué propone La Cámpora para después del 10 de diciembre de 2015. Qué rol le propone a un M-Evita embalado en la campaña electoral. ¿Y las demás organizaciones?
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Foto: ¡Clarín!
Por José Cornejo
El discurso de Máximo Kirchner tuvo dos ejes. El que levantaron todos los medios, referido al escenario inmediato, de acá a diciembre de 2015. Así, la portada dominguera de Clarín sintetizó: “Máximo pidió que la presidenta se presente a elecciones”. Completó con otros elementos menos difundidos pero igualmente destacables, como aquel párrafo donde el creador de La Cámpora enumeró los estallidos de fines de año y que “por la madurez de la presidenta y los compañeros” el kirchnerismo pudo sostenerse sin bañar de sangre las plazas: “Hubo gobiernos que con la policía matando en la calle desde autos de civil (…) se tuvieron que ir.”
Más interesante es otra definición del orador que permite una segunda interpretación de su exposición. En la misma oración donde desafiaba a la oposición a enfrentar a la Cristina Fernández remataba: “y nosotros volvemos a la calle para reconstruir una fuerza política”. Esa afirmación permite reordenar el discurso. ¿Qué pasa si el kirchnerismo pierde? “Volveremos a la calle”. Es la clave para entender el primer acto masivo exclusivo de La Cámpora en las postrimerías del kirchnerismo… estatal. Asimismo debe leerse el saludo al reciente acto del Movimiento Evita en Ferro.
El M-Evita no envío a su secretario general Emilio Pérsico ni a su candidato ¿presidencial? Jorge Taiana. Rápido de reflejos, el segundo de la organización Fernando Chino Navarro (*) devolvió los saludos y festejó el acontecimiento.
Al día de la fecha hay un cortocircuito entre ambas organizaciones, a las puertas de invertir roles. El camporismo acaba de jugar por primera vez a su pieza principal en un acto en el que movilizó nada menos que a 40 mil militantes. Paradójicamente a su procedencia plebeya y antinoventista, el Evita realizó un estadio para posicionar uno o muchos candidatos electorales. Mientras la organización estatalista gira hacia la calle, la que reivindica que su Patria es el barrio busca entrar en el palacio.
Siempre es arriesgado hacer futurismo, pero las corporaciones lo hacen, no deberían esquivarle las organizaciones populares. Así las cosas, se sabe lo siguiente: que muy probablemente Cristina Fernández de Kirchner abandone la primera magistratura el 10 de diciembre de 2015, que cualquiera de los gobiernos siguientes haga un giro conservador, que CFK continuará haciendo política, y - mucho o poco - objetará ese giro. No será el plano institucional (el palacio) donde mejor se imprima ese cuestionamiento sino en la protesta callejera.
La historia no se repite ni como tragedia ni como farsa. No regresará una resistencia como en los 90 ni por supuesto como en los 70. Será una etapa novedosa del campo popular. La acumulación política desde 2001 hasta acá tendrá su constatación institucional y es pose basista abjurar de él. ¡Si hasta el trotskismo orienta su estrategia para ganar votos! Sin embargo, las principales batallas estarán – una vez más - en las plazas de la Patria.
Es extraordinariamente simplista (y malintencionado) afirmar que la militancia K desaparecerá cuando CFK no sea presidenta. Un militante no dejará de serlo por un cambio institucional. Ahora es seguro que para pesar en el escenario futuro se requerirá un peso cuantitativo importante. ¿Qué pasa con el resto de los espacios militantes? Deberán demostrar cuál es su capacidad movilizatoria; qué arquitectura organizativa tenga tamaño suficiente para soportar el cimbronazo 2015. Así se debe entender el acto de Convocatoria Popular (Luis D´Elía, PC, PH, socialismo K) en el Luna Park el pasado 12 de agosto.
Está claro que todas las fuerzas militantes serán necesarias a partir del 11 de diciembre de 2015. Como reza la marchita: Todos unidos triunfaremos. Pero hasta la fecha, el pilar parece ser la delicada entente Cámpora – Evita.
(*) Nota del autor: Navarro saludó el acto previo al discurso de Máximo Kirchner. A juicio del autor, no debilita el sentido del argumento

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