El canciller y el ministro de Economía expusieron en una sesión especial del organismo. Fueron duros con el juez Griesa y los fondos buitre, pero ratificaron la voluntad del país de negociar. Timerman criticó a Estados Unidos y Canadá, que se diferenciaron del resto.
Por Sebastian Abrevaya
Desde Washington
El gobierno argentino consiguió ayer el respaldo de la Organización de Estados Americanos (OEA) en su disputa con los fondos buitre por la reestructuración de la deuda externa. A pocos días de la reunión con el mediador Daniel Pollack, prevista para este lunes, el canciller Héctor Timerman y el ministro de Economía, Axel Kicillof, expusieron en la sesión especial de la OEA, donde por aclamación se aprobó el documento con dos notas al pie de Estados Unidos y Canadá, que marcaron diferencias respecto del resto de los 33 miembros de la organización regional. Sobre el cierre de la sesión, Timerman agradeció a los representantes de Latinoamérica y el Caribe y cuestionó la falta de respaldo de los otros dos países: “Lamento profundamente que dos países no se hayan adherido a esta declaración porque considero que es una declaración balanceada que lo único que pide es que las negociaciones sean justas y que se nos permita pagar a nuestros acreedores”, señaló el canciller argentino, apuntando especialmente a la administración de Barack Obama.
Con un tono más duro que el utilizado la semana pasada en las Naciones Unidas, Argentina planteó su posición en el seno del foro regional, donde consiguió otro claro apoyo, con la mencionada excepción de Estados Unidos y Canadá. A diferencia del encuentro del G-77+China realizado en la ONU, en esta ocasión ya se sabía que el juez Thomas Griesa denegó el pedido de stay (suspensión) de la aplicación de su fallo y le impidió a los bonistas que ingresaron al canje cobrar el pago de 539 millones de dólares realizado por la Argentina antes del plazo del 30 de junio.
“Si hoy en día quieren entrar al canje pueden hacerlo. Está abierto, pero los fondos buitre no quieren lo que tienen los demás, quieren más. Nosotros no vamos a aceptar una extorsión, no vamos a aceptar medidas contra el pueblo argentino. Vamos a negociar y no nos vamos a suicidar”, sentenció Timerman. El ministro de Economía, por su parte, volvió a referirse al fallo del juez Griesa pero en términos más duros que otras veces. Lo calificó de “insólito, inédito, injusto y desquiciado” y aseguró que con una interpretación forzosa de la cláusula pari passu se busca “poner de rodillas a un país”.
“Argentina no quiere ser un caso de estudio de cómo con una decisión absurda sufrió un pueblo y una nación. Lo que necesitamos, pedimos, es que la comunidad internacional actúe, reaccione y que lo haga antes de que el precipicio que estableció el juez Griesa esté delante de nuestras narices”, solicitó Kicillof. Durante una conferencia de prensa posterior, el ministro de Economía explicó que los organismos internacionales ya han estudiado estas situaciones y que deberían establecer modalidades de reestructuración de deuda “para que no sean un camino sin final”, en el que un pequeño grupo de personas pongan en riesgo la totalidad de la deuda reestructurada.
En su exposición frente a los cancilleres y embajadores, Kicillof detalló las consecuencias financieras y económicas de esta situación si la Argentina le pagara a los fondos buitre lo que reclaman, al mismo tiempo que se paga el vencimiento de deuda de los bonistas que aceptaron el canje. Esa situación implicaría, por la cláusula RUFO, que en última instancia se tendría que enfrentar un pago total de más de 120 mil millones de dólares, entre los fondos favorecidos por Griesa, aquellos que no ingresaron al canje pero no están incluidos en la causa judicial y los bonistas reestructurados, que estarían en condiciones de reclamar que se les iguale la oferta.
A su turno, Roberta Jacobson, la subsecretaria norteamericana de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, subrayó que “se trata de un tema tratado por nuestro sistema judicial que es un cuerpo independiente del gobierno de Estados Unidos”. Repitió así la posición expresada el lunes en la asamblea donde se votó la convocatoria a la reunión de cancilleres. Si bien marcó su “beneplácito” por las declaraciones de la presidenta Cristina Kirchner en pos de un acuerdo con el ciento por ciento de los acreedores y reconoció la voluntad de pago de la Argentina, Jacobson adelantó que incorporaría una “nota al pie” en la declaración, consignando que su gobierno no puede acompañar el planteo por considerarlo un tema concerniente al Poder Judicial. En la misma línea que Estados Unidos se pronunció el representante de Canadá.
Antes de concluir el encuentro, el canciller argentino volvió a pedir la palabra para agradecer a los representantes latinoamericanos y del Caribe y responder a la posición norteamericana. Timerman le recriminó al gobierno de Estados Unidos que mientras emite informes sobre temas domésticos de otros países, ahora se abstiene de opinar cuando se plantea en el seno de la OEA un tema de interés para todos los países de la región. “Lo lamento porque recibo en mi oficina los informes calificándonos y juzgándonos. Nosotros no juzgamos a nadie”, concluyó.
Finalmente, en el documento aprobado ayer los miembros de la OEA declararon:
1. Su respaldo a la República Argentina a fin de que pueda seguir cumpliendo con sus obligaciones, pagando su deuda, honrando sus compromisos como lo viene haciendo y logre un diálogo en condiciones justas, equitativas y legales con el ciento por ciento de los acreedores.
2. Que es esencial para la estabilidad y predictibilidad de la arquitectura financiera internacional garantizar que los acuerdos alcanzados entre los deudores y acreedores, en el marco de los procesos de reestructuración de las deudas soberanas, sean respetados permitiendo que los flujos de pago sean distribuidos a los acreedores cooperativos, según lo acordado con los mismos en el proceso de readecuación consensual de deuda.
3. Su pleno apoyo al logro de una solución que busque facilitar el amplio proceso de reestructuración de deuda soberana argentina.
La reunión de cancilleres convocada a pedido de la Argentina contó con una importante presencia de ministros y funcionarios de primera línea de todos los Estados miembros, lo que marcó el interés que el tema genera en la región. Según la información oficial hubo 17 ministros y viceministros, además de los representantes permanentes ante la OEA. Al arrancar la presentación argentina, Timerman remarcó que el tema de la deuda argentina no es una cuestión meramente económica: “Este no es solamente un tema económico, sino fundamentalmente un tema político, porque de lo que estamos hablando es de un grupo de personas que nosotros denominamos fondos buitre, que utilizando influencias políticas, medios de comunicación, acciones de lobby, medios financieros, quieren intentar controlar el sistema financiero internacional y adaptarlo a sus necesidades. Tener el control de como se manejan las economías y los recursos naturales de nuestros países”, aseguró Timerman.
DUROS DISCURSOS DURANTE LA SESION EN APOYO A LA ARGENTINA
Un acompañamiento contundente
Los representantes de gobiernos de centroizquierda de Latinoamérica pronunciaron fuertes mensajes que apuntaron al sistema financiero mundial. Resaltaron la voluntad argentina de pagar sus compromisos.
Por Sebastian Abrevaya
Desde Washington
La postura argentina contó ayer en el seno de la OEA con un cerrado y contundente acompañamiento de los países latinoamericanos y caribeños, que trasladaron a la mayor parte de sus cancilleres y condenaron el accionar de los fondos buitre. Las delegaciones de Brasil y Uruguay fueron las que propusieron el documento que finalmente fue aprobado, mientras que países como Bolivia, Venezuela, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, México y Chile expresaron sus críticas por las dificultades en que se colocó a la Argentina para cumplir con los bonistas que ingresaron a los canjes de deuda de 2005 y 2010. “Estamos unidos frente a una crisis insostenible del sistema financiero mundial. Esta es una demostración de que el capitalismo no tiene alma, moral ni ética y parecería que no tiene plan. Una vez más se demuestra que el sistema capitalista es un cáncer que amenaza a la humanidad”, sentenció el canciller boliviano, David Choquehuanca, uno de los más enfáticos.
Pasadas las 15, el Salón de las Américas de la OEA comenzó a poblarse con los representantes diplomáticos de toda América. La convocatoria se había realizado el viernes pasado y la realización de la reunión había sido aprobada el lunes. La sesión estuvo presidida por el representante salvadoreño, el canciller Hugo Martínez. El primero en hacer uso de la palabra fue Luis Figueredo, de Brasil, quien destacó las “abundantes demostraciones” de la voluntad de negociación de la Argentina, en contraposición con los cuestionamientos de los fondos buitre y del juez Thomas Griesa sobre la actitud de nuestro país. Figueredo señaló que el precedente sentado en el caso argentino debe ser visto como una “señal de alerta” y expresó la solidaridad de su país.
El venezolano Elías Jaua, representante del gobierno de Nicolás Maduro, recordó una carta enviada a su país por el argentino Luis María Drago, hace 112 años, en la que respaldaba a Venezuela en un conflicto sobre deuda externa. Esa carta, explicó Jaua, se convirtió luego en lo que hoy se conoce como la Doctrina Drago, que establece que “ningún Estado soberano puede ser obligado por la fuerza a pagar sus deudas”. “Argentina no puede ser compelida a pagar en condiciones inaceptables una deuda, por lo demás inmoral, con visos de ilegalidad”, señalo Jaua, que también condenó el intento de “hacer prevalecer el derecho de propiedad de estos fondos predatorios contra los derechos de los Estados al desarrollo de sus pueblos”. El representante bolivariano reclamó el fortalecimiento del Banco del Sur y la creación de tribunales regionales para resolver los conflictos judiciales en materia de deuda. En la misma línea, el secretario de Desarrollo de Ecuador, Pabel Muñoz, sostuvo que es necesaria la creación de un “fondo común de reserva” y un “sistema regional de pagos para eliminar la dependencia de las monedas extranjeras en el intercambio comercial”. “Lo que hoy ocurre con Argentina ocurre con todos nosotros. Lo que hoy vive el pueblo argentino es una vil agresión”, remató Jaua.
Más moderado, el canciller uruguayo, Luis Almagro, consideró que “exigir rígidamente el pago de la deuda sin considerar las circunstancias es una fórmula económicamente equivocada, con consecuencias devastadoras”. El canciller, que suena como uno de los competidores de Insulza para presidir la OEA, recordó que las máximas autoridades de Uruguay, el presidente José Mujica y el vicepresidente Danilo Astori, advirtieron que los Estados nacionales pueden quedar “rehenes” de las “pretensiones irracionales” de los fondos buitres. El vicecanciller nicaragüense, Denis Moncada, sostuvo que los daños provocados por los fondos buitre a millones de personas “constituyen un delito de lesa humanidad” y calificó a estos capitales especulativos como “aves de rapiña” que constituyen “otra forma neocolonial de agredir la soberanía de nuestras naciones”. “La voracidad insaciable del capitalismo salvaje nos obliga a construir diques de contención”, exclamó Moncada. Para el representante centroamericano, la Argentina representa un intento por romper el enfoque ortodoxo de la economía. Sobre esas líneas giraron los discursos latinoamericanos y del Caribe, que mostraron ayer un claro marco de unidad en la política regional.
“ES UN PAIS EXTRAORDINARIO”
Con Lula a favor
El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva respaldó al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en su disputa con los fondos buitre y descartó que haya un ciclo de decadencia en América latina.
“Desde que asumió Néstor Kirchner, el 25 de mayo de 2003, que escucho decir que la Argentina va a quebrar –advirtió el ex mandatario brasileño y líder del PT–. El hecho concreto es que es un país extraordinario que está conversando con los organismos sobre el tema de la deuda.”
Tras subrayar su respaldo al gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner en el tema de la deuda externa, el ex jefe de Estado agregó: “No veo ninguna decadencia en América latina, que nunca en su historia vivió en estabilidad como vive hoy”.
Sus declaraciones fueron durante una conferencia de prensa que tuvo con corresponsales extranjeros en San Pablo. Allí Lula elogió también al presidente de Bolivia, Evo Morales, por haber estabilizado la economía del país andino y haber llegado a reservas internacionales de 15 mil millones de dólares, “lo que representa la mitad de su PBI”.
Sobre Venezuela, dijo que existe un “pesimismo loco” frente al gobierno de Nicolás Maduro pese al potencial del país. “Venezuela puede tener problemas, cometer errores, no dejar subir la inflación, cuidar del cambio, pero tiene un potencial extraordinario”, destacó.
También se mostró conforme con la reelección de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia y respaldó un acuerdo de paz con las FARC. “Con ese acuerdo estaremos libres del único foco de violencia, estaremos libres de todo en nuestra querida Suda-mérica”, consideró Lula da Silva.
EL DISCURSO DE INSULZA
Una cita de Kirchner
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, expresó ayer, durante la reunión de ministros de Relaciones Exteriores, su solidaridad y apoyo a la situación argentina, “que no sólo amenaza su estabilidad financiera, sino que además daña gravemente los mecanismos de reestructuración de deuda soberana que se han venido desarrollando, con el acuerdo de los organismos internacionales de crédito, para permitir a numerosos países superar sus crisis de deuda y ponerse nuevamente en la perspectiva de crecimiento”.
Insulza habló antes de comenzar la exposición de los ministros Héctor Timerman y Axel Kicillof y de la presentación del resto de los cancilleres y representantes que integran la organización regional. El secretario de la OEA recordó un discurso del ex presidente Néstor Kirchner, de enero de 2004, en México. “Asumiendo que nuestra deuda es un problema central, mantenemos una posición que nos interesa aquí reafirmar: no podemos pagar de un modo que lesione las perspectivas de crecimiento económico y la gobernabilidad, generando más pobreza, hambre, exclusión y conflictividad social. Esto ya se hizo y el resultado fue poner al país al borde de la ruptura institucional y la desintegración social. Nadie obtendrá beneficios si se ahoga el crecimiento de nuestra economía. La falta de crecimiento imposibilitaría pagar siquiera lo comprometido con los organismos multilaterales; la falta de crecimiento mataría nuestras esperanzas”, citó Insulza, quien consideró “paradójico” que a pesar de que los gobiernos americanos y los organismos internacionales están de acuerdo en que “se está llevando a cabo una aberración”, hasta ahora no se pudo corregir.
04/07/14 Página|12
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