Como prólogo a la reunión, ayer circuló un artículo firmado por la exsubdirectora del FMI Anne Krueger para un medio especializado, en el que realizó una encendida advertencia sobre los riegos para el sistema financiero de darle la razón a “la posición inflexible” que sostienen los fondos buitre que litigan contra Argentina y por la ausencia de “una ley internacional de carácter vinculante” que permita a los países en default negociar una salida acordada con la mayoría de los acreedores.
Frente a Polllack, López estará acompañado por el responsable del área legal del Palacio de Hacienda, Federico Thea. En el encuentro, la delegación argentina reiterará su pedido de suspensión de la ejecución de la sentencia del magistrado Thomas Griesa, como condición necesaria para negociar un mecanismo de pago del fallo en condiciones “justas, equitativas y legales” y permitir la cancelación de los vencimientos de deuda en tiempo y forma.
A través de la nota publicada en el sitio de opinión especializado Project Syndicate, Krueger señaló que “independientemente de la forma en que se supere la actual impasse, el dictamen judicial genera muchas preguntas para los emisores y tenedores de deuda soberana”, ya que “si los acreedores ahora perciben que mantener una posición inflexible aumenta sus chances de recibir la totalidad del valor nominal más adelante, reestructurar la deuda soberana y recuperar el funcionamiento normal de una economía endeudada, resultará más difícil”.
El título del artículo es “Limitaciones soberanas para la Argentina”y en él Krueger (número dos del FMI entre 2001 y 2006, precisamente el período en el que Argentina cayó en default y luego alcanzó el primer acuerdo por el canje) repasa el sendero recorrido por el país desde el default de 2001 hasta el “intercambio de bonos que fuera aceptado por el 93 por ciento de los acreedores”, y que “cumpliera con el servicio de la deuda por los nuevos bonos” desde 2005 en adelante. “A pesar de ello, algunos acreedores mantuvieron una posición inflexible y presentaron una demanda contra Argentina en Nueva York”, en referencia a los fondos buitre.
Posteriormente, Krueger analiza el fallo de Griesa y advierte que “el dictamen genera muchas preguntas para los emisores y tenedores de deuda soberana”, ya que “si los acreedores ahora perciben que mantener una posición inflexible aumenta sus chances de recibir la totalidad del valor nominal más adelante, reestructurar la deuda soberana y recuperar el funcionamiento normal de una economía endeudada resultará más difícil”.
Krueger señaló, por otro lado, que “desde la crisis argentina, la mayoría de los nuevos bonos han sido emitidos con cláusulas de acción colectiva (CAC), por las cuales los tenedores están obligados a aceptar la reestructuración si una proporción predeterminada del total (habitualmente cercana al 70 por ciento) accede a ello”. Así, “a medida que pasa el tiempo, cada vez quedan menos bonos sin CAC en circulación. Pero estas cláusulas no resuelven el problema en su totalidad, porque sería necesario un voto para cada emisión individual de bonos y se podría lograr una posición inflexible mediante la compra del porcentaje que permite el bloqueo de una pequeña emisión”, dijo la ex vicetitular del FMI.
Krueger consideró “posible que se encuentre una formulación que reemplace a la cláusula `pari passu` en las futuras emisiones de bonos, que proporcione una garantía suficiente a los bonistas para permitir que el mercado funcione de manera muy similar a la vigente hasta el fallo actual”.
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