“Los fondos buitre no son víctimas, son sólo extorsionadores.” Con esa afirmación comienza un artículo de opinión enviado ayer por el Ministerio de Economía al periódico inglés Financial Times. El texto lleva la firma del titular de esa cartera, Axel Kicillof, y enfatiza la reticencia de los demandantes a buscar un mecanismo de pago para su sentencia que no viole las condiciones acordadas con el 92,4 por ciento de los bonistas del canje. “No quieren negociar; de ese modo creen que pueden obtener el total de su reclamo o forzar a Argentina al default. Pero esto no sucederá: Argentina defenderá su exitoso proceso de reestructuración de la deuda mediante el pago a sus tenedores de bonos”, afirma el funcionario en la nota difundida ayer entre los medios locales.
En forma breve pero contundente, el titular del Palacio de Hacienda buscó refutar afirmaciones de Jay Newman, representante del fondo buitre Elliott Management, que fueron difundidas por el diario especializado el lunes pasado. Por eso, Economía reclamó la publicación total de su artículo, invocando el derecho a réplica a la editorial del fondo buitre. “¿Qué tipo de negociación equitativa que involucra cientos de miles de millones de dólares puede llevarse a cabo en tres semanas?”, advierte el artículo de Kicillof, en referencia al renovado pedido argentino de suspender transitoriamente la ejecución del fallo del juez Thomas Griesa para avanzar en la definición de pautas “justas, equitativas y legales” y permitir, mientras tanto, el pago normal de los vencimientos de deuda.
En la disputa entre Argentina y los buitres existen varios frentes abiertos en simultáneo: la negociación judicial con el abogado Daniel Pollack –el mediador designado por el tribunal–, la intimación al Bank of New York Mellon y a Euroclear, agentes de pago, para que transfieran los 532 millones de dólares que depositó el Gobierno a fines de junio en favor de los bonistas que entraron al canje; los distintos foros regionales e internacionales que respaldan la posición argentina; y los medios donde los buitres desplegaron –millonarias inversiones mediante– una intensa campaña contra el Gobierno a través de sus lobbistas.
La editorial firmada por Newman el lunes en el Financial Times generó renovado malestar en el equipo económico, que se encontraba en Nueva York dialogando con Pollack. Durante el viaje de regreso a Buenos Aires, el ministro Kicillof terminó de pulir los borradores de respuesta a los argumentos buitres. El texto lo leyó la presidenta Cristina Fernández, que dio el visto bueno y luego fue enviado al periódico inglés que, según explicaron en la cartera económica, accedió a publicarla aunque solicitó que la versión original sea ligeramente reducida por cuestiones de espacio.
“Newman está tratando de retratar a la Argentina como un país que no negocia. Esto es rotundamente falso. Tras largas negociaciones, Argentina ofreció dos canjes de deuda, en 2005 y 2010, que fueron voluntariamente aceptados por el 92,4 por ciento de los tenedores de bonos del país”, enfatizó Kicillof. “Los fondos buitre nunca quisieron cumplir con los términos aceptados por la inmensa mayoría de los acreedores. Tratan de extorsionar a un país soberano”, profundiza el texto al advertir que esos inversores especulativos “quieren condiciones privilegiadas y no se detendrán ante nada para conseguir su objetivo”. “Van a causar daños irreparables en el sistema financiero internacional, haciendo que todas las reestructuraciones de deuda futuras sean prácticamente imposibles”, advierte el ministro en su artículo.
La dureza del texto no implica abandonar las conversaciones a través del mediador, donde Argentina reiteró anteayer que reponer una medida cautelar para la ejecución de la sentencia es condición necesaria para hallar una solución sustentable. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo ayer que una delegación argentina y los buitres se reunirán con Pollack pasado mañana en Nueva York, aunque anoche en Economía no estaba confirmada la presencia de Kicillof (ver aparte). Lo que sí se confirmó es que a esa reunión irán el secretario de Finanzas, Pablo López, y el responsable del área legal de Economía, Federico Thea.
“Es una paradoja que un fondo buitre como Elliott intente limpiar su reputación arrogándose la representación de los jubilados y tenedores de bonos traicionados”, cuestiona Kicillof en la nota que envió al diario inglés al advertir el modus operandi de esos inversores carroñeros. “NML Capital ubicó su base en las islas Caimán para evitar el pago de impuestos en Estados Unidos, compró bonos argentinos en 2008 y de inmediato demandó a la Argentina. Estos bonos, en cesación de pagos desde 2001, fueron adquiridos con el único fin de obtener una sentencia favorable para hacer una ganancia exorbitante”, reseña el texto.
Por eso, la columna de opinión de Kicillof recuerda que “los fondos buitre nunca prestaron dinero a Argentina” sino que adquirieron un paquete de bonos en 2008 por 50 millones de dólares. “La orden del juez Griesa permitiría a NML cobrar más de 800 millones de dólares asegurándose un rendimiento del 1600 por ciento en sólo seis años. Si en lugar de litigar, NML hubiera aceptado los canjes de deuda ofrecidos por Argentina habría triplicado o incluso cuadruplicado su inversión. Pero quieren más que un beneficio del 300 por ciento, ya que no son los prestamistas de buena fe a los países emergentes. Son lo que son: buitres judiciales y financieros”, afirma el texto que será publicado en los próximos días en el diario especializado en economía y finanzas.
Página 12
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