El acto tuvo lugar en una planta cuya piedra fundamental fue colocada en 2007 por el expresidente Néstor Kirchner y luego, en 2011, inaugurada por CFK. Según detalló la mandataria, el 21 por ciento de las piezas con que está armado el nuevo automóvil es de origen argentino y se producirán 15 mil unidades. "El 70 por ciento será para exportación", precisó.
Esa planta, añadió, fue posible por la "inversión del Estado", y en este sentido criticó a los economistas y empresarios que dicen que "para invertir hay que reducir la demanda". "Para aumentar la inversión hay que disminuir un 'cachitito' de rentabilidad", dijo y aclaró que "achicar la demanda es achicar los salarios nominalmente o por paridad de poder adquisitivo; el que les diga otra cosa, les miente (...) Así que, que nadie nos quiera vender pescado podrido."
"El gran desafío entre el gobierno y honda es lograr una mayor integración (de piezas nacionales) en este vehículo y, con el espíritu competitivo de los japoneses, vamos a lograrlo", sostuvo la Presidenta durante su discurso, en el que ponderó el crecimiento de puestos de trabajo que allí se generaron: "En esta planta y en la otra de motos hay 1600 trabajadores. Antes, Honda tenía importadores, concesionarias y vendedores. Ahora tiene operarios".
Para que esta situación se mantenga, añadió "necesitamos investigación y desarrollo en todo el país", y sostuvo que lo que quedó demostrado durante los últimos 12 años es que "el que derrama es el Estado, los privados no. (El Estado) derrama para los que invierten, para los trabajadores, y para los empresarios e investigadores."
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