Por Tomás Lukin
El Salario Mínimo, Vital y Móvil aumentará 31 por ciento y llegará a 4716 pesos mensuales a comienzos de 2015. La actualización del piso legal para las remuneraciones se realizará en dos partes: 23 por ciento desde septiembre y el 8 por ciento restante a partir de enero. El acuerdo alcanzado anoche en el Ministerio de Trabajo entre Gobierno, cámaras empresarias y centrales sindicales supera el promedio de 29,7 por ciento registrado en los aumentos acordados en paritarias, pero es inferior a la mejora de 40 por ciento en la Asignación Universal por Hijo. El undécimo Consejo del Salario Mínimo consecutivo desde 2004 estuvo acompañado por el lanzamiento del Observatorio del Empleo. Desde la cartera laboral indicaron a Página/12 que ese nuevo espacio de discusión tripartita sumará herramientas para prevenir que los menores niveles de crecimiento económico se traduzcan en la destrucción de puestos de trabajo (ver aparte).
“Cada vez es menos mínimo, más vital y más móvil. Tenemos el salario mínimo con mayor poder adquisitivo de toda América latina”, expresó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al participar del cierre del encuentro. La jornada fue extensa y la discusión no fue sencilla, reconoció el ministro Carlos Tomada, pero el acuerdo se alcanzó por unanimidad entre los sindicalistas y empresarios. El mínimo legal para los trabajadores en relación de dependencia pasa de 3600 a 4400 pesos mensuales desde el 1º de septiembre y trepará hasta 4716 pesos a comienzos del próximo año.
El encuentro comenzó a las 17 en la cartera laboral (iba a realizarse el viernes, pero se postergó hasta ayer). Los representantes del sector empresario, encabezados por la UIA, junto a los sectores de la construcción y comercio, arribaron a la reunión con una propuesta de mejora del 28 por ciento. Por su parte, la CGT y la CTA que encabezan Antonio Caló y Hugo Yasky pretendían un incremento de 35 por ciento en un pago a partir de agosto, para sostener el poder adquisitivo del piso salarial. Las implicancias que tuvieron sobre los ingresos de los trabajadores la aceleración en la inflación luego de la devaluación de comienzos de año y los problemas de empleo en diferentes ramas de actividad, como la metalmecánica y la construcción, también fueron parte del debate planteado por la representación gremial. Los dirigentes de ambas centrales estuvieron acompañados por el titular de la Uocra, Gerardo Martínez; el representante de los peones de taxis, Omar Viviani; el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, y el responsable del sector neumático, Pedro Wasiejko.
La Presidenta llegó alrededor de las 22 junto con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el viceministro de Economía, Emmanuel Agis, cuando el Consejo del Salario Mínimo ya había logrado un acuerdo. CFK aprovechó la presencia de los representantes de las principales cámaras empresarias para cuestionar algunas prácticas del sector automotor. “Suspenden gente porque no hay demanda, pero no venden los autos que tienen encanutados. ¿Están acopiando autos esperando que ocurra qué cosa maravillosa que les haga ganar demasiado dinero? Les pedimos que vendan”, expresó. El presidente de la UIA, Héctor Méndez, no estuvo presente. Pero la comitiva estuvo encabezada por el abogado Daniel Funes de Rioja y los empresarios Guillermo Moretti y Juan Carlos Sacco.
Toda una institución laboral
Desde el equipo del ministro Tomada enfatizaron la institucionalización del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil como espacio tripartito para la determinación del nivel del piso salarial de los trabajadores. Entre 1993 y 2003, el SMVM se mantuvo paralizado en 200 pesos/dólares. Desde entonces, el instituto laboral se actualizó en forma ininterrumpida más allá de los vaivenes macroeconómicos. La mejora nominal, enfatizó ayer CFK, fue de 2389 por ciento, superior a cualquier medición de la inflación.
La Cepal estimó en una publicación reciente que “la intensa política de actualización del SMVM desde 2003 implicó un fuerte incremento real, superior al 200 por ciento entre ese año y 2012”. Para el organismo regional, un tercio de la mejora en el índice de Gini argentino –un indicador que mide la desigualdad de ingresos– entre 2003 y 2012 puede atribuirse a la modificación del salario mínimo. Sin embargo, la Cepal advierte, en sintonía con las preocupaciones sindicales, que “esta tendencia positiva comenzó a debilitarse en gran medida a partir de 2007, cuando la aceleración de la inflación redujo la capacidad que tenía esta herramienta para incrementar su poder adquisitivo”.
En el actual escenario de menor crecimiento económico, CFK enfatizó la necesidad de sostener y mejorar el poder adquisitivo del salario, ya que constituye el principal dinamizador del mercado interno. Pero también reclamó a los empresarios que cesen algunas prácticas especulativas y defendió las modificaciones impulsadas desde la Casa Rosada a la Ley de Abastecimiento.
La actualización del salario mínimo tiene un impacto inmediato limitado, ya que “beneficia” a un pequeño universo de trabajadores registrados con ingresos salariales alrededor del piso legal: son menos de 300 mil. Pero desde el Ministerio de Trabajo enfatizan su rol como instrumento para mejorar los ingresos de los trabajadores más vulnerables y reducir la desigualdad salarial que prevalece en el país. La proporción de trabajadores no registrados con ingresos inferiores al mínimo legal se ubica entre 45 y 50 por ciento del total de ese universo.
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