En general, los municipios del Gran Buenos Aires cedieron la recolección de residuos a empresas privadas. Hoy gastan un buen pedazo de sus presupuestos en servicios que no son buenos. Los casos de Quilmes y de otro puñado de distritos que avanzan con la municipalización.
Por Enrique de la Calle
El conflicto del municipio de Quilmes con la empresa Covelia y el gremio Camioneros, puso en los primeros lugares de la agenda pública la gestión de los residuos sólidos urbanos. Por lo menos, en uno de sus aspectos: su impacto financiero sobre las cuentas públicas. En la actualidad, una decena de empresas privadas se ocupan de servicios que antes brindaban los estados municipales. Lo hacen de modo deficiente y cobrando una fortuna. La basura, un negocio para algunos.
En 1978, durante la dictadura, se creó la CEAMSE, el ente estatal que se ocupa de la gestión de la basura en Capital y Gran Buenos Aires. Prohibida la incineración de los residuos, se dispuso como única lógica de tratamiento su disposición final en rellenos sanitarios. Por esos años, los municipios comenzaron a desmantelar las capacidades de sus estados y cedieron progresivamente a privados su participación en servicios que eran brindados por trabajadores municipales, como la recolección de los desperdicios o el barrido de calles.
En la actualidad, los municipios del GBA destinan entre el 10 % y el 40 % (en los casos de los distritos más pobres) de sus presupuestos a la recolección de basura. Quilmes (con una población de 580 mil habitantes) pagó en 2013 alrededor de $ 80 millones a Covelia. Según el presupuesto de ese año, destinó $ 580 millones a salarios, 243 millones para vivienda, 118 millones a pavimentación, 25 millones a salud y 22 a desarrollo social. Berazategui, con una población de 320 mil y un servicio en manos del estado, gasta cerca de 10 millones anuales.
Lo que destinaba Quilmes a Covelia está en el promedio de lo que se le paga a la decena de empresas que operan en el GBA. Entre 2 y 8 millones mensuales, dependiendo del tamaño del distrito, según describió un completo informe del sitio Desafío Económico. Los privados que están en el Conurbano son los siguientes: Martín y Martín (La Matanza, Hurlingham e Ituzaingó), Hesurmet (Brown), Eco Ciudad (Malvinas), Olivos (San Fernando, Vicente López y Tigre), Cliba (Avellaneda), Urbaser (Morón), Transur (Pilar), Di Cola (Varela), El trébol (Moreno).
La poderosa Covelia merece un párrafo aparte. Tiene una facturación anual superior a los 300 millones gracias a sus servicios en Esteban Echeverría, Escobar, Merlo, San Miguel, Lanús, San Martín, Tres de Febrero y Lomas de Zamora.
Por su parte, Berazategui, José C. Paz, Ezeiza, Berisso, Ensenada, San Vicente y ahora Quilmes, emprendieron el camino de la municipalización. El distrito que dirige Francisco Gutiérrez está ante un desafío superior, ya que se trata de uno de los partidos más poblados de la provincia de Buenos Aires.
Además del saneamiento de las cuentas públicas (y la liberación de fondos para otros destinos también urgentes), la municipalización del servicio debería permitir avanzar en otras deudas pendientes de la gestión de la basura. Como es la reducción de residuos y la búsqueda de alternativas a la disposición final en rellenos, que hoy están colapsados y tienen un alto impacto sanitario y ambiental.
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