La comunidad educativa del barrio Ramón Carrillo desarrolló ayer un acto patrio para denunciar la falta de servicios y precariedad en el inmueble de Mariano Acosta al 2400 donde funciona una escuela primaria y un jardín al que asisten todos los días más de 1000 alumnos. "Venimos a recordar lo que pasó hace 200 años en una plaza como esta pero frente al Cabildo, cuando el pueblo quiso saber de qué se trataba", anunció la directora de la primaria, Liliana Pesce tras cumplir con la formalidad de recibir la bandera de ceremonia y entonar el himno nacional argentino. "Hoy estamos aquí, también en una plaza. Hemos hecho muchas cosas todos juntos pero en nuestra línea de tiempo no hubo tantos cambios como hubiéramos querido", sostuvo Pesce al abrir el acto que se celebró bajo un cielo plomizo en un playón ubicado con gradas de cemento que colmaron niños y niñas con delantal blanco, maestros y decenas de padres y madres.
Claudia Robles, vecina, mamá de alumnos y maestra de la escuela primaria, recordó que la historia a la que refería Pesce, "comenzó hace 23 años, cuando se creó el barrio Ramón Carrillo y se decidió que iba a haber una escuela y un jardín". Según relatan padres y docentes, el establecimiento existe "a fuerza de unirse y trabajar sin descanso". "Ni planos había de la escuela hace 23 años, cuando nos trajeron a vivir a este barrio provenientes del Albergue Warnes, del barrio Querandí y del Rawson. Vivíamos aquí y llevábamos los chicos a escuelas de Constitución o de Lugano", rememoró Robles.
Hasta que se logró que la escuela y el jardín tuvieran edificio propio pasó bastante tiempo y "muchos padres y docentes tuvimos que poner plata de nuestro bolsillo, tan sólo para movilizarnos en busca de elementos necesarios", aportó otra de las vecinas, hoy maestra de música.
Otra mamá, Andrea González, informó: "Ayer (por el jueves) milagrosamente nos vinieron a arreglar la caldera, creo que porque fuimos a plantear el tema a la Legislatura. Igual, aunque desde ayer tenemos calefacción, todo es tan precario que lo que se arregla hoy, deja de funcionar mañana."
El jardín de infantes, que tiene con 680 alumnos, no tuvo clases por una semana porque la gran mayoría de los padres y madres decidieron no mandar a los chicos "porque se morían de frío". "Yo vivo en una casa humilde pero prefiero tenerlos calentitos en mi casa y no que sufran frío en el jardín", dijo González.
Javier Galarza de la Multisectorial por la Escuela Pública denunció que "la primaria está oscura y sin agua hasta las 8 de la mañana y desde las 18, porque restringen el combustible, lo que afecta al turno noche y a los auxiliares que deben limpiarla antes de las 8. El reclamo más urgente hoy es la torre trifásica que es la que podría alimentar de energía los edificios para que tengan agua, luz y gas. Incluso para poder usar alguna vez los ascensores con los que cuentan."
El diputado porteño José Cruz Campagnoli (Nuevo Encuentro-FPV), presente en el acto, consideró que el gobierno porteño "podría resolver rápidamente este problema, pero como está en el sur de la Ciudad está invisibilizado, y esto puede generar una tragedia en este barrio".
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