Memoria autógrafa de Saavedra
El 19 [de mayo de 1810, el virrey Cisneros] nos citó para que a las siete de la noche estuviésemos todos en la fortaleza. [...] Se nos presentó el virrey y nos dijo: "Señores, se me ha pedido [... ]para convocar sin demora, al pueblo, a cabildo abierto, [pero] yo no he dicho que la España toda está perdida, pues aún nos quedan Cádiz y la isla de León. Llamo a ustedes si están resueltos a sostenerme en el mando o no".
Viendo que mis compañeros callaban, yo fui el que dijo al [virrey]: “Señor, ¿este territorio inmenso, sus millones de habitantes, han de reconocer soberanía en los comerciantes de Cádiz y en los pescadores de la isla de León? [...]. No, señor; no queremos seguir la suerte de España, ni ser dominados por los franceses: hemos resuelto reasumir nuestros derechos y conservarnos por nosotros mismos. El que dio autoridad a V.E. para mandarnos ya no existe; por consiguiente, V.E. tampoco la tiene ya, así que no cuente con las fuerzas de mi mando para sostenerse en ella". Esto mismo sostuvieron todos mis compañeros. Con este desengaño [Cisneros] terminó diciendo: “Pues señores, se hará el cabildo abierto que se solicita".
Cornelio Saavedra, Memoria autógrafa, Buenos Aires, 1829
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