La multa de más de US$2.500 millones que tiene que pagar el banco Credit Suisse por ayudar a multimillonarios de los Estados Unidos a evadir impuestos ha dejado al desnudo la compleja trama de abogados, banqueros, contadores y cuentas secretas que aceita el delito fiscal a nivel global.
Empresarios, deportistas, músicos, actores, financistas forman parte de esta élite mundial que elude por todos los medios posibles el cumplimiento de sus obligaciones impositivas. El impacto económico-social de estas maniobras no es marginal. Se estima que el monto total de la evasión fiscal equivale a cinco veces el tamaño de la economía global y es un factor de peso en la creciente desigualdad mundial.
Según un informe, las 91.000 personas más ricas del planeta controlan una tercera parte de la riqueza mundial (y dan cuenta de la mitad de los depósitos en paraísos o guaridas fiscales) y unas 8,4 millones de personas –un 0,14% de la población mundial– tiene el 51% de la riqueza. La evasión fiscal no hace más que profundizar esta brecha.
El monto a pagar al fisco depende de la declaración impositiva. El primer paso de toda evasión es subdeclarar las ganancias obtenidas.
Patrick Stevens, director de Política Impositiva del Chartered Institute of Taxation del Reino Unido, organismo que prepara a todos los funcionarios impositivos del país, identifica dos momentos en este primer paso. 'Por un lado la persona declara menos de lo que gana. Por la otra, esconde la diferencia, de manera que la Autoridad Impositiva no pueda rastrearla', señaló a BBC Mundo.
Para hacerlo tienen una red profesional muy aceitada que, según críticos como James Henry, de la Universidad de Columbia, se han convertido en una parte estructural del actual sistema financiero.
'Es una industria interna dedicada a la evasión fiscal y el potenciamiento de la ganancia financiera. Hay acá una contradicción entre el circuito del dinero financiero abocado a la multiplicación y el del fisco, que tiene que recaudar para hacerse cargo del funcionamiento de una nación, desde las autopistas hasta la salud y la educación', indicó a BBC Mundo.
Una manera de invisibilizar el rastro de la persona en cuestión es nombrar a un testaferro que actúa como presunto propietario del bien o compañía.
'Se puede nombrar a un testaferro por razones legítimas, por ejemplo, para no atraer publicidad sobre la inversión en cuestión en el caso de alguien que está en la mira pública. Mientras se informe a las autoridades impositivas no hay evasión. El problema empieza cuando no se informa, porque entonces lo que se está haciendo es pagar impuestos por una masa menor de dinero', señala Stevens.
No es necesario para este propósito que la compañía y el testaferro operen desde una guarida fiscal. Ambos pueden actuar en el mismo país donde tributa el multimillonario en cuestión. Una variante de esta situación es el fideicomiso o Trust, un antiguo instrumento legal inglés, en el que el dueño de un bien cede el control de ese bien –sea una empresa, un cuadro o un palacio– a alguien para que lo administre en beneficio de un tercero.
'Los beneficiarios de esta cesión se pueden multiplicar al infinito. Puede ser la esposa, los hijos, tíos, primos, etc. Por las reglas internas impositivas en Estados Unidos, estos fideicomisos pueden enviar del extranjero parte de este dinero sin pagar impuestos', explica Henry.
Esto facilita el movimiento de grandes masas de dinero que con frecuencia atraviesan una compleja red de fideicomisos, firmas fantasmas y testaferros que logran el principal objetivo del evasor: borrar el rastro. Es equivalente al 'nada por aquí, nada por allá' de un mago.
Los países con bajos impuestos suelen ser los favoritos de músicos, artistas y deportistas.
En los 70 fue el cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger, quien fijó residencia primero en Francia y luego en Estados Unidos para huir de los entonces altos impuestos británicos. En diciembre de 2012, el actor francés Gerard Depardieu renunció a la ciudadanía francesa en protesta por los altos impuestos que proponía el gobierno de Francois Hollande, se mudó a Bélgica y obtuvo un pasaporte ruso, donde hay un impuesto único del 13%.
'Desde ya que una persona puede elegir el país que quiera para vivir. Si decide irse a un país para pagar menos impuestos es su derecho. Lo que es ilegal es decir que vive en un país para pagar menos impuestos cuando en realidad vive en otro con una carga impositiva más alta', señala Stevens.
Es lo que pasó con el tenista alemán Boris Becker. Éste declaró a las autoridades alemanas que había vivido en Mónaco entre 1991 y 1993 cuando, en realidad, había estado en Munich. El tenista terminó pagando US$3 millones en deuda impositiva con sus correspondientes intereses.
La red de asesores y especialistas que rodean a los millonarios son expertos en encontrar vacíos legales de los sistemas impositivos. En muchos casos no se trata de evasión fiscal sino de elusión fiscal, un mecanismo perfectamente legal: todos tenemos derecho a pagar menos impuestos siempre que lo hagamos dentro de la ley. Las exenciones y deducciones impositivas que ponen en práctica los gobiernos para estimular las economías o la donación a organizaciones caritativas suelen ofrecer excelentes oportunidades.
Este mayo un juez británico dictaminó que el cantante inglés Gary Barlow, cuya riqueza está estimada en unos US$80 millones de dólares, había invertido en 51 sociedades financieras creadas exclusivamente para pagar menos impuestos.
Las organizaciones caritativas suelen ser otro vehículo de evasión.
'En Estados Unidos hay un millón de fundaciones privadas que tienen exenciones impositivas. ¿Alguien sabe qué hacen? Ha habido una explosión de ellos y nadie las audita como corresponde', señala Henry.
Los problemas fiscales que tienen todos los países desarrollados y la fragilidad del sistema financiero internacional han colocado a la evasión impositiva en el ojo público, centro de un debate global. La multa a Credit Suisse ha sido presentada como un gran triunfo del fisco estadounidense y hasta como el fin de la era del secreto bancario suizo, uno de los pilares de todo este sistema.
Según Henry el acuerdo alcanzado es, en realidad, un gran triunfo del banco.
'El Credit Suisse no fue obligado a revelar el nombre de ninguno de los evasores. Con lo cual el secreto bancario quedó en su lugar. Nadie en su actual estructura directiva tiene que renunciar, no han perdido la licencia para operar en Estados Unidos. Si quiere más pruebas de que ganó el banco, fíjese en su valor bursátil: aumentó en un 1,5%. EL negocio sigue intacto. El gran desafío ahora para este banco y el actual sistema financiero internacional es conquistar China y el conjunto de Asia', indicó Herny.
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