Nació en Chuquisaca, el 12 de julio de 1780.
Fue heroína de la independencia. De una familia de buen pasar, y muertos
sus padres, la educación queda a cargo de sus tíos, en un convento
para consagrarse como monja, pero abandonó la rígida disciplina
religiosa y se casó con el general patriota Manuel Ascencio Padilla, con
quien en las guerras de emancipación del Alto Perú. Habla
perfectamente el quechua y el aimará, lo que le permite relacionarse con
los aborígenes.
Fue popular por su coraje. Su acción más famosa se produjo cuando su
marido le encomendó la defensa de la hacienda de Villar, mientras él
dirigía un ejército hacia la región del Chaco. Los realistas atacaron
Villar para cortar la retirada al general Padilla, y Juana Azurduy lo
defendió con sólo treinta fusileros. En uno de los asaltos mató ella
misma al jefe de la fuerza enemiga y le arrebató una bandera que luego
presentó a su esposo.
Se trasladó a Salta en donde se convirtió en un valioso combatiente
junto a Güemes quien en 1816, obtuvo permiso del director Pueyrredón
para designarla teniente coronel con derecho al uso del uniforme y con
todos los privilegios del rango el mismo.
Tras la victoria en 1824 Belgrano le entregó el sable. Juana regresó a
Chuquisaca junto a su hija llevando una vida tranquila y pobre, hasta su
muerte en 1862 en Jujuy, el 25 de mayo.
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