La TV
pública es objeto de un arduo debate en el país, desde su misma
creación, hace ya más de 60 años. El grado de pluralismo, diversidad,
transparencia, calidad y acceso del sistema estatal mediático es una
cuestión que siempre está en el ojo de la tormenta. Con mayores o
menores argumentos, signados o no por intereses partidarios y/o
comerciales, lo cierto es que en esta parte del mundo la discusión
siempre se mantuvo encendida, cuando no indiferente en aquellos períodos
en los que la TV pública fue directamente vaciada y olvidada por los
distintos gobiernos. Esa discusión –o al menos parte de ella– comenzará a
saldarse en algunos meses, cuando la TV Pública firme un convenio
mediante el cual adoptará los indicadores de calidad elaborados por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (Unesco). La dimensión de este acuerdo se explica en que por
primera vez en su historia los contenidos y la operatividad de Canal 7
será evaluada por una institución externa independiente, sobre la base
de normas internacionales.
En junio de 2012, la Unesco publicó el trabajo “Indicadores de
calidad de las emisoras públicas-Evaluación contemporánea”, un estudio
en el que se detalla más de un centenar de preguntas agrupadas en
diferentes ejes, con la finalidad de que de la evaluación de sus
respuestas se pueda determinar el grado de calidad de las emisoras
públicas asociadas. La guía de calidad elaborada por Eugenio Bucci,
Marco Chiaretti y Ana María Fiorini, sobre la base de experiencias y
bibliografía al respecto, desarrolla sus inquietudes en diferentes
aspectos que rodean a la emisoras públicas: “Transparencia en la
gestión”, “Diversidad cultural”, “Cobertura geográfica y oferta de
plataformas”, “Patrón público (democrático y republicano) del
periodismo”, “Independencia”, “Carácter público del financiamiento”,
“Grado de satisfacción de la audiencia”, “Experimentación e innovación
del lenguaje” y “Estándares técnicos”.Si bien el texto se encuentra en etapa de adaptación al contexto cultural local, tal la recomendación del informe de la Unesco, vale la pena repasar algunos de los interrogantes que forman parte de la guía: ¿Se publican balances de forma regular? ¿Son auditados los balances por organismos externos independientes? ¿Se publican los costos detallados de la programación? ¿Existe un ombudsman o defensor del público? ¿Incluye la grilla programas destinados a públicos de diferentes regiones geográficas? ¿Se difunden producciones culturales generadas por las diversas regiones de cuya población se reciben recursos? ¿Están representados los diversos puntos de vista en los debates sobre ideas? ¿Existe un consejo editorial u órgano análogo independiente del gobierno y/o del órgano del Estado y/o del gobierno con el cual está vinculada en último término la emisora? ¿Tiene la emisora independencia para la producción de sus programas? ¿Tienen los periodistas autonomía cuando participan en programas y/o noticieros? ¿Es la originalidad del lenguaje una premisa básica para la creación de los programas? ¿Se sitúan los estudios de la emisora dentro de los mejores patrones técnicos disponibles?
Del resultado de estas y otras preguntas surgirá la evaluación de la calidad de la emisora estatal, cuyos informes se conocerán semestral o anualmente (aún resta definirse este punto). La Universidad de Buenos Aires, a través de la Facultad de Ciencias Sociales, será la encargada de desarrollar los mecanismos que permitirán implementar los compromisos que la TV Pública asumirá ante la Unesco, promoviendo una adaptación de la propuesta original al contexto argentino. Lo interesante del convenio que suscribirá la emisora estatal es que el mismo permanecerá como guía evaluatoria permanentemente, más allá de los gobiernos de turno. La TV Pública se convertirá, con este acuerdo, en el primer canal de este tipo en Latinoamérica en iniciar un proceso de adaptación e implementación de los indicadores del organismo internacional. No será el único: desde la Unesco adelantaron que ya tienen abiertas varias negociaciones con otros canales estatales de la región.
En caso de rubricarse el acuerdo, el proceso de trabajo entre las instituciones participantes será el siguiente: la UBA hace la adaptación de los índices, la TV Pública se compromete a cumplir esos indicadores, la Unesco certifica el procedimiento (podría sumarse la Relatoría de la Libertad de Expresión de la ONU) y, finalmente, la UBA elaborará los informes parciales periódicos y un informe anual. Esos informes permitirán conocer debilidad y fortalezas de la TV Pública argentina. Se estima que el acuerdo con la Unesco, que permitirá contar con indicadores objetivos de evaluación de la TV pública, se firmará en las próximas semanas.
“Es una herramienta concreta para mejorar la calidad de la TV Pública de la región”, cuenta a Página/12 Guilherme Canela, representante de la Unesco para el Mercosur. “Es importante que una emisora pública con la historia de la argentina se sume a nuestros indicadores. Es importante que se termine rubricando este convenio porque cuanta mayor calidad haya en los medios públicos, mayor democracia y pluralidad de voces habrá en el ecosistema mediático argentino. La democracia funciona sobre la base de, entre otras cosas, un sistema mediático en el que haya medios privados y públicos de calidad”, subrayó el representante.
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