lunes, 2 de junio de 2014

La fórmula del miedo: dólar, reservas y precios

Por Javier Cernadas y Leonela Fauda* I Los expertos que días atrás vaticinaron una “dramática sacudida” del tipo de cambio en Argentina, haciéndose eco de los diarios y portales de nuestro país, que replicaban a The Economist, son los que año a año pronostican sin acierto “el fin del modelo”.
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Ellos saben que el miedo es la clave para aplicar políticas antipopulares sin reacción social, porque una sociedad atemorizada es una sociedad paralizada y tanto el dólar como los precios son dos variables que cumplen con la doble función de generar pánico mediáticamente para luego aplicar políticas de ajuste y a la par transferir ingresos a los sectores agroexportadores. Esta situación es conocida por todos y mucho más por los grandes medios de comunicación, que utilizan estos escenarios adversos que viven en la memoria de los argentinos para promover incertidumbre y así desestabilizar al gobierno popular.
Por otro lado, los economistas del establishment financiero confunden pronósticos con expresiones de deseo, y en sus columnas muestran la insensatez con la que pueden realizarse análisis económicos tan alejados de la realidad como cercanos a los intereses de los grupos concentrados de la economía. Utilizan términos como “eventualmente habrá en el país una dramática sacudida del tipo de cambio”, para expresar de manera encubierta sus pretensiones devaluatorias. Afirmaciones como "no está claro lo que el Gobierno planea hacer en los próximos meses. Podría devaluar alrededor de un 2% cada mes o podría volver a intentar mantener al peso estable, como un ancla contra la inflación", van también en ese sentido.
Aquí es donde comienza a jugar un rol protagónico el nivel de precios. El periódico británico incluye explícitamente el miedo diciendo que "los argentinos están comprensiblemente asustados por la combinación de las expectativas inflacionarias, las reservas estancadas y los movimientos del dólar".
Todas ellas son variables sensibles ya que las innumerables corridas cambiarias, la hiperinflación y el corralito dan cuenta de que los argentinos hemos recorrido un largo y delicado camino durante nuestra historia. Es preciso señalar que afortunadamente estas crisis han quedado en el pasado, pero también es necesario recordar que, en cada una de ellas, han sido siempre las mayorías populares quienes han salido perjudicadas, mientras un reducido grupo perteneciente a las elites nacionales se beneficiaba especulando con la desgracia del pueblo.
En este sentido, y ya refiriéndonos específicamente al tema precios, debemos tomar conciencia de que es fundamental para garantizar la sustentabilidad del modelo de crecimiento con inclusión social, evitar caer en la trampa que proponen ortodoxos economistas, quienes embanderados en la inflación pretenden volver al pasado, “enfriar la economía”, generar desempleo y un congelamiento de salarios y jubilaciones.
Así, la histórica disputa de intereses se ve reflejada en la discusión de fondo sobre qué modelo económico debe aplicarse en el país. Por un lado, están quienes quieren volver a ser el “granero del mundo” y someter así nuestra economía a las directrices de los países desarrollados, un histórico problema de toda Latinoamérica: oligarquías que, en lugar de consolidarse como burguesías nacionales, están al servicio de intereses extranjeros.
Por otro lado, están quienes queremos a través de gobiernos populares conformar una economía independiente con justicia social, apostando al desarrollo industrial, la generación de empleo, la inclusión social y el fortalecimiento del mercado interno. Este modelo es el que genera una distribución equitativa de la riqueza, que es en definitiva lo que más molesta a los grupos concentrados: que las mayorías populares adquieran derechos y que el Estado esté presente para toda la sociedad y no solo para satisfacer las pretensiones de unos pocos.
Por ello, los actores económicos y políticos de la oposición buscan generar desestabilización por medio de las especulaciones y pretenden llevarnos a un escenario de una gran devaluación. Es por ello que el gobierno nacional trabaja de forma activa en la implementación de medidas en defensa de las mayorías populares, lo cual se refleja en la administración del tipo de cambio en relación al dólar y en el programa Precios Cuidados que ayuda a la desaceleración del incremento de precios. Asimismo, estos economistas hablan de la caída de las reservas internacionales desconociendo el crecimiento de las mismas durante los últimos dos meses (incremento de alrededor de 1.500 millones de dólares).
Hoy, la disputa es entre dos modelos económicos y sociales, que se dirimirá políticamente. Esta disyuntiva entre desarrollo o dependencia, inclusión o exclusión depende de la voluntad y la conciencia popular en defensa de todas las políticas públicas para favorecer a las grande mayorías.
* Integrantes del Grupo de Estudio de Economía Nacional y Popular (GEENaP)

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