Por Ricardo Rotsztein
Este domingo el compañero Lanata nos brindó una brillante clase de economía y finanzas públicas, mediante la cual nos deslumbró con sus conocimientos técnicos y su gran capacidad de análisis sobre el tema del momento: Los buitres y la deuda pública.
Los que no pudieron disfrutar dicha clase magistral pueden hacerlo acá.
El resto de esta nota en homenaje al nuevo colega economista lo dedicaré a profundizar sus hallazgos.
Empecemos:
Según JL el gobierno miente cuando proclama el desendeudamiento como uno de sus principales logros económicos, dicha mentira queda al descubierto al puntualizar que la deuda al inicio del gobierno kirchnerista era de u$s 144 mil millones y hoy alcanza los u$s 250 mil millones.
Sin dudas este es el punto esencial de los aportes de nuestro candidato al Nobel de economía. Presenta una comparación de niveles de deuda en términos nominales, lo cual consiste en una gran revolución teórico epistemológica. Da vuelta el pilar básico en el que se basa todo análisis económico que consiste en medir siempre las variables en términos relativos que hagan útil la comparación intertemporal o entre países.
En este caso, nuestro héroe deja pasar que mientras que en 2003 la deuda medida en términos de PBI era de 139%, en 2013 dicha ratio se redujo al 45,6%, lo que representa un descenso de 93 puntos porcentuales. Por supuesto que también ignora el fundamental cambio de composición de dicha deuda ya que de ese 45,6% sólo un 18% esta constituía con el sector privado y los organismos internacionales de crédito. Es decir que gran parte de la deuda, un 27% del PBI, corresponde a acreencias de organismos públicos nacionales como son la ANSES y el BCRA.
Asimismo, el exitoso conductor y periodista marca una flagrante contradicción en el relato de la Presidenta al puntualizar que ella “reitera que nadie condiciona nuestra política económica pero somos pagadores seriales”.
Con este hallazgo, JL vuelve a deslumbrarnos al dejar de lado dos típicos lugares comunes en cuando a la deuda y su peso sobre la política económica de los países. Como todos recordarán, el de 15 de noviembre de 2005, Nestor Krichner anunció la cancelación total de la deuda argentina con el FMI. Esa cancelación liberó al país de las condicionalidades que el FMI impone sobre los países deudores y permitió al Gobierno recupera la plena soberanía en términos de política económica.
En términos técnicos, el peso de la deuda sobre las espaldas de un gobierno se suele cuantificar en términos del peso de los pagos de la deuda en el presupuesto nacional. En este caso, los números son concluyentes. Mientras que en 2001, el peso de los servicios de la deuda explicaban el 21,5% del presupuesto nacional, en 2014, dicha cifra se reduce a sólo 8,9%. Cabe mencionar que en este ratio no se discrimina por la composición de la deuda, punto que fue analizado párrafos más arriba.
Al pasar, podemos mencionar que tanto Lanata como su coequiper Bermúdez, dicen que el total de la deuda pública estaría subestimado porque no da cuenta de la deuda con las provincias. Este es un descubrimiento que haría palidecer a Fray Luca Paccioli ya que hasta ahora los expertos en la materia daban cuenta del Programa Federal de Desendeudamiento de las Provincias Argentinas y de Asistencia Financiera que como puede leerse en esta nota de La Nación da cuenta de un pasivo a favor del Estado Nacional por 75 mil millones de pesos.
Pero sin dudas el verdadero giro copernicano en temas de finanzas, Lanata lo aporta cuando se hace la pregunta retórica ¿por qué los buitres están litigando ante la Justicia de EEUU? Y se responde que eso fue una concesión de Nestor Krichner al momento de la reestructuración de la deuda realizada en el 2005.
Hasta que Lanata hiciera su aporte, el saber común entre economistas y expertos en temas de deuda, era que los buitres litigaban en el juzgado de Griesa porque los bonos defaulteados que ellos recompraron a precio vil fueron emitidos por los gobiernos de Menem y de De la Rua bajo la jurisdicción de Nueva York debido a que muchos inversores extranjeros, principalmente aquellos que administran fondos institucionales tienen prohibido por estatutos internos invertir en bonos de jurisdicción extranjera.
En resumen creo que el racconto de los aportes realizados por el programa Periodismo para Todos del domingo 22 de junio da claras muestras de que estamos frente a una revolución de la ciencia económica que por lo tanto merece ser galardonada con el Premio Nobel de Economía, que entrega el Banco Central Sueco. ¿No?
Télam
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