Publicada el 26/5/87
Por
Juan Gelman
Desde París
C
omo todos los días desde el
14 de mayo, hoy Klaus Bar-
bie se quedó en su celda de
la prisión de San José y se
negó a comparecer ante la Corte de
Lyon que lo juzga por crímenes contra
la humanidad. La legislación francesa
otorga ese derecho al acusado. Los tes-
tigos de cargo, nuevamente, han decla-
rado ante un banquillo vacío.
¿Quién se sienta allí, en realidad? Para
la gran prensa norteamericana, no hay
dudas: “Un capítulo de la historia fran-
cesa que la vergüenza ha ocultado mu-
cho tiempo”, opinó el
Washington Post
.
“Muchos (franceses) estiman que el pro-
ceso Barbie es un proceso contra Francia
misma, cuya actuación en materia de re-
sistencia y colaboración (con el nazis-
mo) nunca fue objeto de un examen pú-
blico serio”, sostuvo
The New York Ti-
mes
. Esa es, en todo caso, la tesis que el
defensor de Barbie, Jacques Vergés, se
propone explotar.
Para este ex abogado del Frente
de Liberación Nacional de Argelia
durante la lucha por la indepen-
dencia de ese país, buena parte
de la sociedad francesa colaboró
con la maquinaria nazi, y la
Francia colonialista –como
los Estados Unidos en Viet-
nam, como Israel contra los
palestinos– cometió críme-
nes análogos a los perpe-
trados por Barbie. Estas
últimas semanas, la prensa
argelina se hace eco de los
argumentos de Vergés. El se-
manario
Argelie-Actualité
se-
ñala que Barbie torturó hasta
la muerte a resistentes france-
ses, tal como militares franceses
hicieron con resistentes argeli-
nos, y que deportó a niños y civi-
les durante la ocupación de Fran-
cia por los nazis, tal como militares
franceses masacraron a niños, muje-
res y ancianos cuando Argelia lucha-
ba por liberarse del yugo francés. “Fran-
cia juzga a un criminal, pero ¿quién juz-
gará a los suyos?”, pregunta
Révolution
afriquéenne
, semanario del FLN.
Vergés intentaría demostrar que si
Barbie pudo apresar y dar muerte a Jean
Moulin, jefe de la Resistencia francesa
en el interior, fue porque éste fue delata-
do por sus propios compañeros. La iz-
quierda biempensante del país reacciona
contra este intento de ensuciar a la Re-
sistencia y de poner un signo igual entre
nazismo y colonialismo. Vergés procura
en realidad –dice Jean Daniel, director
del semanario
Nouvel Observateur
– rela-
tivizar la legítima condena al nazismo
en función de las atrocidades del colo-
nialismo, quiere sentar en el banquillo
de los acusados a Europa entera. Sin mi-
nimizar los horrores del nazismo, tal vez
haya motivos para sentar a Europa ente-
ra en el banquillo. Desde la conquista y
colonización europeas del resto del
mundo, por ejemplo.
Tal proceso contra Barbie toca, ade
más, otras irritaciones. Ya fue juzgado
por crímenes de guerra y condenado a
muerte en contumacia por tribunales
franceses en 1952 y 1954, que estable-
cieron el siguiente balance de la actua-
ción del teniente SS en la zona de
Lyon: 4342 asesinatos, 7591 deporta-
ciones, 14.311 arrestos seguidos de tor-
tura, a los que hay que agregar el pillaje
y los incendios, manía que Barbie solía
practicar. Vencido el plazo de veinte
años y prescriptos por ley esos delitos,
hoy se lo procesa por crímenes contra
la humanidad, cometidos esencialmen-
te contra judíos: 84 fueron detenidos el
9 de febrero de 1943 en una ratonera
tendida por la Gestapo en el local de la
Unión General de Israelitas de Francia,
de Lyon, y enviados a Auschwitz; eran
en su mayoría judíos los prisioneros ha
cinados en “el último tren hacia Ale-
mania” que partió de Lyon el 11 de
agosto de 1944 transportando a los
campos de concentración a 650 france-
ses; eran judíos los 44 niños de cinco a
diecisiete años de edad y los cinco
maestros detenidos el 6 de abril de
1944 en el hogar infantil de Izeu y en-
viados a Auschwitz.
El tema judío no es de poca monta en
el país donde el conde de Gobineau hace
más de un siglo inventó la teoría de
la superioridad de la raza aria que
Hitler adoptaría en el
Mein Kampf
.
Julian Benda solía decir que Francia
vivía en un caso Dreyfus permanen-
te. El día anterior al comienzo del jui-
cio contra Barbie, en todos los quios-
cos de París, se ponían a la venta los
ejemplares de los
Anales de historia revi-
sionista
, publicación trimestral cuyo artí-
culo liminar se titula “El mito de la ex-
terminación de los judíos”. Se pre-
tende allí que ni hubo cámaras de
gas ni genocidio, y que “dudar de
la realidad histórica del extermi-
nio de los judíos no sólo es le-
gítimo, sino un deber, pues es
un deber la búsqueda de la
verdad histórica”. Días des-
pués, la protesta de varias
asociaciones de ex deporta-
dos lograba que un juez or-
denara el secuestro de la re-
vista y la suspensión de su
distribución. Pero este “re-
visionismo” no es cosa nue-
va en Francia. En el dece-
nio pasado se multiplicaron
las revistas de ese tipo y los
atentados racistas, y en los
años ochenta se consolidó
una neoderecha cuyas tesis
abrevan en la seudociencia na-
zi. Y antes aún, en junio de
1944, Simone Kadosche, sobre-
viviente de Auschwitz, a los tre-
ce años y medio de edad, era
torturada en Lyon por Barbie, en
cuyo poder cayó por la denuncia de
unos vecinos. La denunciaron por judía.
Algunos temen que se use a Barbie
para exorcizar los demonios de la socie-
dad francesa en un alemán, que el acu-
sado se convierta en acusador y que se
produzca una amalgama abominable de
verdugos y de víctimas. Otros piensan
que los hechos que se juzgan ocurrieron
hace mucho tiempo y que cabe arrojar
sobre ellos el manto del olvido. Pero
una mayoría de franceses cree lo con-
trario: según una encuesta realizada an-
tes del juicio, un 72 por ciento de los
interrogados, fueran de izquierda, de
centro o de la derecha liberal, opinó
que el proceso debía hacerse y un 68,
que así debía ser aunque hubieran
transcurrido más de cuarenta años des-
de la comisión de los crímenes.
La ausencia de Barbie y los aconteci-
mientos de la actualidad fueron redu-
ciendo el interés de la prensa en el
proceso. De los 845 periodistas y técni-
cos de radio y televisión que se apiña-
ban en la sala el primer día del juicio,
lunes 11 de mayo, sólo quedaban 68 el
viernes quince. Pero en estos días, por
boca de las víctimas, ha comenzado a
hablar la Historia
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