domingo, 18 de mayo de 2014

No alcanza con devaluar el euro

Francia y el resto de la zona euro, exceptuando Alemania están atrapados sin salida en la lógica del euro y las políticas de austeridad. Una devaluación de la moneda única podría mejorar la competitividad industrial, sí, pero a costa de deteriorar aún más el ingreso popular y acentuando el costo de las importaciones, especialmente de combustibles, situación agudizada por el conflicto en Ucrania.
La depreciación del euro agrava el deterioro de la capacidad de compra de los trabajadores de la zona euro, donde crece el desempleo desde el inicio de la crisis mundial en 2007/8 y bajo el imperio de las políticas de austeridad de la troika: la autoridad europea, el banco central europeo y el FMI. Pero además, exacerbaría la guerra monetaria con el dólar ingresando en una lógica de devaluaciones competitivas que profundizarán los efectos desastrosos sobre los trabajadores y otros sectores populares.
Algunos aspiran a la apreciación del dólar con el paulatino retiro de las intervenciones monetarias de la Reserva Federal de EE UU y las subas de las tasas de interés, pero eso supone apostar a una difícil reactivación norteamericana que evite el alza del euro contra la divisa estadounidense en curso.
Se necesita una nueva arquitectura financiera mundial sobre la base de un nuevo modelo productivo y de desarrollo.

El problema es el euro, su disputa contra el dólar, la hegemonía de la moneda de EE UU y el orden capitalista. 
Se necesita una nueva arquitectura financiera mundial sobre la base de un nuevo modelo productivo y de desarrollo. Es el incipiente camino del SUCRE en los países del ALBA-TCP que se evalúa en estas horas en La Paz; como la insuficiente experiencia desplegada de pagos con moneda local entre Brasil y Argentina. Es lo que sugiere el demorado Banco del Sur, si además, las reservas internacionales de la región se vuelcan para nuevos desarrollos productivos y se abandona la confianza en el sistema financiero mundial en crisis.
¿Es utópico el planteo? Puede ser, pero más irreal es pensar en una salida para la mayoría empobrecida en el marco del orden capitalista en crisis y reiterando políticas funcionales a las clases dominantes, y no sólo desde Francia o Europa.

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