La nueva crisis de los misiles
Año 6. Edición número 285. Domingo 3 de Novimbre de 2013
El gobierno de Putin critica la instalación de plataformas militares norteamericanas en Europa del Este.
Estados Unidos y Rusia
El gobierno de Putin critica la instalación de plataformas militares norteamericanas en Europa del Este.
Estados Unidos y Rusia amenazan con reeditar en el siglo XXI la crisis de los misiles en Cuba que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear. El establecimiento del escudo antimisiles de la OTAN en Europa amenaza con ser un factor con graves implicancias a la seguridad mundial y con derivaciones que pueden afectar a otras regiones.
La OTAN ha iniciado en Rumania la primera fase de la instalación de la base antimisiles (DAM) destinada a proteger a Europa de eventuales ataques con misiles de mediano y corto alcance. El proyecto contaría de cuatro etapas que concluirían en el 2020. La base de Deveselu, a 180 kilómetros de Bucarest, será operativa con los sistemas AEGIS y equipada con misiles Satandar 3, a partir del 2015.
En la ceremonia de inauguración, el subsecretario de Defensa de EE.UU., James Miller, indicó que “cuando la segunda fase este completa, Europa será más segura, las fuerzas armadas de Estados Unidos estarán mejor protegidas, y la alianza OTAN será más fuerte”.
El sistema misilistico que se establecerá en Rumania tiene un carácter defensivo y ofensivo. Esa doble condición de los interceptores es lo que Rusia considera como “escudo misilistico” y estima como una amenaza grave a su seguridad. El Kremlin ha señalado de manera categórica que resulta “inadmisible” su instalación ya que se encuentra en la proximidad de los misiles balísticos intercontinentales de Rusia y de la flota de submarinos nucleares estratégicos. El sistema DAM, desde la percepción de Moscú, podría afectar o debilitar la eventual necesidad de un contraataque ruso en caso de agresión.
Estados Unidos ha señalado que las baterías de misiles no están orientadas a blancos rusos y que tienen el propósito de prevenir un ataque de Oriente Medio u otras áreas asiáticas, como podría ser el caso de Irán o Corea del Norte. Rusia pone en duda ese argumento por cuanto dichos países no contarían con la capacidad misilistica de amenazar a Europa. Tampoco parece haber otro riesgo en el horizonte. En este contexto, ha reclamado a Estados Unidos y a la OTAN garantías de no agresión.
El tema del escudo antimisiles es un elemento que ha afectado gravemente las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en los últimos años a punto que se han suspendido negociaciones anunciadas como las relativas al desarme nuclear y otros temas de seguridad estratégica global. El avance de la instalación del sistema DAM en Rumania amenaza con un mayor distanciamiento entre Washington y Moscú como la posibilidad que Rusia intente represalias. Las autoridades del Kremlin han señalado que Rusia “responderá muy fuerte” cualquier despliegue norteamericano sobre sus fronteras o zonas costeras.
El plan de la OTAN en Rumania, en particular la insistencia de Estados Unidos, no parece razonable y hasta tiene condimentos de provocación. No sería de extrañar que Rusia se vea obligada a responder con contra medidas como podrían ser un aumento considerable de la presencia militar rusa en Kaliningrado con el despliegue de misiles tácticos del tipo del Iskander e incluso que Moscú pueda intentar hacer algo similar a lo de Rumania con países que no son amigables con Estados Unidos. Tampoco se descarta que el tema del escudo antimisiles en Europa pueda tener consecuencias negativas respecto a Siria. Es decepcionante que en las actuales delicadas circunstancias internacionales tenga lugar manifestaciones de fuerza innecesarias.
La OTAN ha iniciado en Rumania la primera fase de la instalación de la base antimisiles (DAM) destinada a proteger a Europa de eventuales ataques con misiles de mediano y corto alcance. El proyecto contaría de cuatro etapas que concluirían en el 2020. La base de Deveselu, a 180 kilómetros de Bucarest, será operativa con los sistemas AEGIS y equipada con misiles Satandar 3, a partir del 2015.
En la ceremonia de inauguración, el subsecretario de Defensa de EE.UU., James Miller, indicó que “cuando la segunda fase este completa, Europa será más segura, las fuerzas armadas de Estados Unidos estarán mejor protegidas, y la alianza OTAN será más fuerte”.
El sistema misilistico que se establecerá en Rumania tiene un carácter defensivo y ofensivo. Esa doble condición de los interceptores es lo que Rusia considera como “escudo misilistico” y estima como una amenaza grave a su seguridad. El Kremlin ha señalado de manera categórica que resulta “inadmisible” su instalación ya que se encuentra en la proximidad de los misiles balísticos intercontinentales de Rusia y de la flota de submarinos nucleares estratégicos. El sistema DAM, desde la percepción de Moscú, podría afectar o debilitar la eventual necesidad de un contraataque ruso en caso de agresión.
Estados Unidos ha señalado que las baterías de misiles no están orientadas a blancos rusos y que tienen el propósito de prevenir un ataque de Oriente Medio u otras áreas asiáticas, como podría ser el caso de Irán o Corea del Norte. Rusia pone en duda ese argumento por cuanto dichos países no contarían con la capacidad misilistica de amenazar a Europa. Tampoco parece haber otro riesgo en el horizonte. En este contexto, ha reclamado a Estados Unidos y a la OTAN garantías de no agresión.
El tema del escudo antimisiles es un elemento que ha afectado gravemente las relaciones entre Estados Unidos y Rusia en los últimos años a punto que se han suspendido negociaciones anunciadas como las relativas al desarme nuclear y otros temas de seguridad estratégica global. El avance de la instalación del sistema DAM en Rumania amenaza con un mayor distanciamiento entre Washington y Moscú como la posibilidad que Rusia intente represalias. Las autoridades del Kremlin han señalado que Rusia “responderá muy fuerte” cualquier despliegue norteamericano sobre sus fronteras o zonas costeras.
El plan de la OTAN en Rumania, en particular la insistencia de Estados Unidos, no parece razonable y hasta tiene condimentos de provocación. No sería de extrañar que Rusia se vea obligada a responder con contra medidas como podrían ser un aumento considerable de la presencia militar rusa en Kaliningrado con el despliegue de misiles tácticos del tipo del Iskander e incluso que Moscú pueda intentar hacer algo similar a lo de Rumania con países que no son amigables con Estados Unidos. Tampoco se descarta que el tema del escudo antimisiles en Europa pueda tener consecuencias negativas respecto a Siria. Es decepcionante que en las actuales delicadas circunstancias internacionales tenga lugar manifestaciones de fuerza innecesarias.
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