Por Ana Vainman
La precarización laboral tiene muchas caras. La más aberrante, sin dudas, es la
trata de personas y la reducción a la servidumbre que puede verse en
prostíbulos, talleres textiles o campos de diferentes cultivos. También hay
explotación infantil y trabajo en negro. Pero además existe precarización en
trabajos que estén debidamente registrados. Y ahí la precarización se parece
bastante a la perversión.
Humillación, miedo, bronca, angustia, desprotección, incertidumbre, impotencia,
acoso laboral, alienación. Esos también son sustantivos asociados a la
precarización laboral. Especialmente entre los jóvenes. Esos que hoy tienen
entre 18 y 30 y que nacieron en o poco antes de la década del '90 y que
atraviesan sus primeras experiencias en el mundo laboral.
Esos chicos crecieron escuchando las historias de desánimo de la década
menemista, tiempos en los que en Argentina se le dio una vuelta de tuerca al
perverso sistema de adoctrinamiento de la clase trabajadora: el ejército del
reserva del que hablaba Carl Marx. En los '90 esa masa desocupada que siempre
había ejercido presión aún sin saberlo sobre los trabajadores se volvió cada vez
más sofisticada y sus víctimas cada vez más sometidas.
Es por eso que esos que hoy tienen menos de 30 y salen a buscar trabajo son los
que no quieren ni escuchar hablar de la sindicalización –luego del entreguismo
imperante por esos años–, los que no creen en las demandas colectivas, los que
no conocen sus derechos laborales, los que aceptan condiciones leoninas porque
les vienen con el cuento de que "detrás tuyo tengo una fila de gente queriendo
ocupar tu puesto".
Laura Meradi es una autora argentina que escribió Alta Rotación. El trabajo
precario de los jóvenes y allí se cansó de reflejar esta realidad con ejemplos
reales, en los cuales ella puso el cuerpo. Durante un año, Meradi pasó por
distintos trabajos de baja calificación y relató su experiencia.
Una de estas experiencias es la de haber trabajado en un call center. Y la
elección de este rubro no es sorprendente: la actividad floreció en la década
del '90, hoy ese sector emplea cerca de 70 mil personas y allí se viven
situaciones de precarización laboral que son preocupantes. Tan preocupantes, que
desde hace al menos tres años se está intentando regular la actividad mediante
distintos proyectos de ley que no pudieron prosperar por presión del sector
empresario.
El martes pasado se dio un nuevo paso en pos de conseguir cambiar esa lógica.
Ese paso se dio en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados donde
representates de trabajadores, sindicatos y empresarios expusieron su posición
frente a un nuevo proyecto de ley presentado por el diputado del Frente para la
Victoria, Andrés Larroque.
A través del proyecto se crea un estatuto que regirá para los empleados de esos
centros de atención telefónica, donde se establece que esos trabajadores no
podrán exceder las seis horas de trabajo ni superar los cinco días por semana;
que deberán descansar 15 segundos entre llamado y llamado y que tendrán una
pausa de 15 minutos cada dos horas de trabajo.
Frente a las comisiones de Legislación del Trabajo, que preside Héctor Recalde y
de Comunicaciones e Informática, a cargo de Mario Oporto, hablaron
representantes del Sindicato Argentino de Televisión (Satsaid), Federación de
Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA), de la
Asociación Bancaria de la República Argentina y la Federación Argentina de
Telecomunicaciones (FATEL). También asistieron referentes de Trabajadores de
Calls Center de Salta, la Federación de Cámaras de Emergencias Médicas (FEM), la
Asociación de Trabajadores de Centros de Contactos y Afines de Córdoba (Atccac)
y de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
Pero lo más interesante fueron las intervenciones del presidente de la Comisión
de Asuntos Laborales de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Pedro Echeverry y
de una ex trabajadora de call center y abogada que actualmente está defendiendo
a algunos de sus ex colegas, Emilia Calmejane.
"No estamos de acuerdo con la ley porque tiene forma de estatuto y este es un
instituto perimido, que sólo tiene importancia en ausencia de negociación
colectiva. Habiendo negociaciones colectivas instaladas en Argentina no hay
motivo para imponer por ley características del trabajo", explicó Echeverry,
quien agregó que para los call center se establen condiciones laborales dentro
del convenio de Comercio desde 2010.
Este es uno de los puntos de mayor enfrentamiento con quienes quieren regular la
actividad: por convenio se establecen jornadas de seis horas, pero seis veces
por semana, no se establecen pausas entre llamados ni los descansos a lo largo
de la jornada. Y eso solo cuenta para las empresas en las que se firmaron
convenios, porque según indican trabajadores, no en todas las empresas cuentan
con estas pautas y las condiciones son peores. Calmejane indicó que "no hay
convenios colectivos de alcance nacional y que sólo hay convenios por empresa,
pero en algunas no existe".
Según el abogado del sector empresario, la actividad de los call center debe ser
regida por el Convenio de Comercio, "porque el núcleo principal son las ventas".
Y ahí radica otro punto de conflicto: el encuadramiento. Según los trabajadores,
a la CAC le conviene que se rijan por Comercio porque el sindicato no defendió
los intereses de los trabajadores en la medida en la que ellos lo hubieran
deseado. Así lo aseguró Calmejane, quien detalló: "El sindicato de comercio
siempre estuvo ausente de esta actividad. Sólo desde hace un tiempo atrás está
presente en algunos casos. Pero lo que hay que tener en cuenta es que esta
actividad no es parecida a la de comercio: es diferente la mecánica, los
tiempos, la utilización de tecnología, etcétera".
Para los empresarios, la iniciativa persigue el objetivo de generar que FOETRA
se convierta en el sindicato que controle la actividad, con los problemas de
encuadramiento que eso podría acarrear y que, según Etcheverry, perjudican
principalmente al empleador.
Pero el sector empresario además realizó las advertencias esperables sobre lo
que podría ocurrir si se aprobase la iniciativa: "El contenido genera costos
inmenejales, lo que puede provocar pérdida de fuentes de trabajo". "Estamos de
acuerdo con que se regule, pero no para que un sindicato maneje todo esto. Si a
las empresas no le damos condiciones claras, las empresas se van a llevar a sus
call centers al exterior", sostuvo el empresario.
La semana próxima habrá una nueva reunión para avanzar en el dictamen del
proyecto que podría contribuir a reducir la precarización en este sector, pero
que, se sabe, es profundamente resistida por el sector empresario.
Pero el de los call center no es el único sector sobre el que hay que poner
atención. La actividad informática también está generando alerta del
sindicalismo ante reclamo de los trabajadores de este incipiente y floreciente
sector.
Por otro lado, la iniciativa del Poder Ejecutivo de reducir el trabajo en negro
en el sector de las pequeñas y medianas empresas estaba en pleno tratamiento en
la Cámara Baja al cierre de esta edición y, de aprobarse, se convertiría en ley.
Pero además, hay otros proyectos en danza para intentar reducir la precarización
o para buscar protección en tiempos en los que la economía no está atravesando
su mejor momento. Instaurar la doble indemnización y modificar los montos del
seguro de desempleo están entre las alternativas que se piensan desde diferentes
sectores de la oposición.
Es más, esas dos iniciativas podrían servir para volver a unir a Sergio Massa y
a Facundo Moyano. Ellos eran aliados pero ahora están distanciados desde que el
ex intendente presentó un proyecto para inlcuir a los alquileres en las
deducciones del Impuesto a las Ganancias ninguneando el articulado que ya había
presentado el sindicalista. Pero Moyano hijo no se quedó atrás y también desairó
al tigrense: se sacó una foto con Mauricio Macri en un claro intento por mostrar
independencia política. Ahora ambos parecen querer hacer las paces y se pusieron
a trabajar en estas dos iniciativas.
Se descarta que el Frente para la Victoria no apoyará elevar el seguro de
desempleo ni implementar la doble indemnización porque siempre que se barajaron
esas alternativas las desató por ser gestos muy negativos para la ciudadanía.
Hacerlo significaría reconocer que puede haber despidos masivos.
Los sectores vulnerables son muchos, aunque el nivel de precariedad pueda
variar. Todos merecen atención, más allá de las resistencias empresarias.
Infonews
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